Con el pretexto de que se prepara un gran fraude que le garantiza la victoria al llamado oficialismo, y no tiene sentido participar en las elecciones municipales del 7 de agosto, viejos ex dirigentes de AD reclaman al CEN de ese partido su decisión de presentar listas de candidatos y llamar a su militantes y simpatizantes a votar por ellos. Es cierto, los resultados de estos comicios están bastante anunciados, pero no por las razones que aducen estos ex líderes en retiro.

En primer lugar, habrá una alta abstención.

Históricamente, las municipales despiertan en todos nuestros países menor interés que las parlamentarias o presidenciales, y ahora se le añade la tendencia abstencionista después del referendo y la desconfianza en el sistema electoral. En las regionales de octubre, el oficialismo, en cuyas filas había descontento por la forma como fueron escogidos muchos de sus candidatos, perdió la tercera parte, y la oposición, desde donde se llamó a la abstención, la mitad.

Dos millones de votos cada bando.

Los partidos que apoyan a Chávez obtendrán un triunfo abrumador, y en esa misma proporción será la derrota que dirigentes de AD y del MAS han reconocido públicamente.

Creo que puede acercarse a 75%, si es que las divergencias en elMVRy en la alianza no se acentúan y tienen efecto en la conducta de sus electores.

Tales resultados no serán consecuencia de ningún fraude. El apoyo a la gestión de Chávez no ha hecho sino crecer en los últimos meses, Datanálisis lo lleva a 70% . Entre los partidos, el MVR aparece con 58,6% de aprobación. El 1º de mayo en Caracas fue desproporcionada la asistencia. No creo exagerado hablar de 10 a 1 favor de la multitudinaria marcha de UNT frente a la lánguida de la CTV.

La época de las grandes manifestaciones de fuerza de la oposición se cerró con el referendo:
41% de votos, el más alto porcentaje desde diciembre de 1998 cuando por primera vez Chávez la derrotó. ¿Qué hizo con esos cuatro millones de sufragios? Comenzaron a perderlo desde el mismo 16 de agosto, cuando denunciaron un fraude que nunca pudieron probar y que les fue refutado cada vez que lo asumían, aquí o en el exterior.

El cacareado “informe Haussman” fue demolido en las “Conclusiones de una comisión independiente sobre alegaciones de evidencia estadística de fraude en el referendo revocatorio presidencial”, financiada en EEUU por el Centro Carter. Quienes quieren tener acceso al informe de esa calificada comisión pueden buscarlo en www.cartercenter.org/documents/2020.pdf Todos los intentos de convocar manifestaciones opositoras han fracasado no ruidosamente, sino silenciosamente. Ya ni los medios que las apoyaban las consideran noticia.

Me parece que centenares de miles de esos votantes hoy se sienten engañados, y muchos recapacitan e incrementan el porcentaje de aprobación a Chávez. Los condujeron a derrotas tras derrotas. Les decían tener el triunfo a la vuelta de la esquina, que ya Chávez estaba por caer, era cuestión de días. Después de ninguno de los tres grandes fracasos (golpe de abril, paro de 62 días y referendo) la dirigencia opositora reflexionó, nunca se preguntó ¿qué había pasado?
¿por qué perdían tanto? Como en peleas callejeras, se levantaban, salían “pa’ la otra”, y los volvían a tumbar. Pocos de sus dirigentes (Ramos Allup, Julio Borges) reconocieron algunos de esos errores, pero tardía y tímidamente.

No es en un supuesto fraude ni en trampas de la automatización, sino en esa reiterada conducta de la oposición, de su liderazgo, en su falta de coraje para reconocer errores, es donde pueden encontrar las causas de esta nueva y anunciada derrota que tendrán el 7 de agosto. Aunque Chávez puso su granito de arena.