El mundo ha tenido sus revoluciones, nosotros los venezolanos tenemos la nuestra, forjada bajo la herencia de Simón Bolívar. Nos ha tocado a esta generación desde el año 1989 vivir una de las etapas más interesantes en la política venezolana, cuando hace más de una década el tema político era aburrido, mucho más para los más jóvenes, pero algo sucedió que dio al traste con los viejos paradigmas y desde entonces lo político se nos metió en la sangre que no dejamos de interesarnos por todo el acontecer social de nuestra sociedad.
Gracias al Presidente Hugo Chávez nos volcamos al debate y al quehacer social como nunca antes. Las personas no dejan de conversar sobre lo que hace o deja de hacer Chávez, sus detractores no descansan de opinar en contra de él y todo lo que representa, las naciones observan con atención lo que aquí sucede a tal punto que extendimos el fuego por América Latina siendo ahora el mayor contraste con el mundo Europeo, Norteamericano y el Oriente Medio.
Nuestra revolución aún niña, apenas aprendiendo a crecer, ha tenido que pasar por unas duras etapas, defenderla en paz pero con gran pasión, de todo nos ha tocado; Guarimbas, saboteos, guerra de Cuarta Generación, traiciones y hasta golpes de Estado. Un proceso que ha soportado un sector social y poderosamente económico, más no político, que con el dinero robado y producto de la explotación y la especulación han utilizado para contratar a especialista en derribar gobiernos democráticos y progresistas, han levantado figuras políticas contrarias al Proceso Revolucionario para infiltrarse entre el Pueblo, permear ministerios y al mismo Estado, hombres y mujeres de los Medios, el Arte, la Política para diseñar formas de ataque con la finalidad de desvirtuar lo que se está construyendo.
Sectores que se han valido de todo, como por ejemplo, la siembra de paramilitares en los sectores populares para profundizar y estimular la violencia a través de la droga y las armas, han pagado bastante dinero para asesinar, caso especial el del Fiscal Danilo Anderson, un sector malévolo que ha puesto todo su interés en las ganancias deshonestas y asirse del poder a como sea con el enorme peligro de traer los modelos conspirativos que se practica de manera legal e injusta en Libia y Siria que aunque esto sucede bien lejos de nuestra Patria, su formato está siendo preparado para ejecutarlo aquí.
Chávez se nos enferma, o lo enferman, en un momento crucial para la Revolución, en un momento donde el proceso ha echado raíces pero no se ha consolidado a plenitud porque aún tenemos un importante sector social que no ha entendido para nada lo que se está tratando de construir. Sectores ciegos atrapados por el miedo a no sé qué, influenciados por los mensajes negativos de los Medios de Comunicación, atrapados en la confusión, cortos de visión política, acechados por un sistema capitalista que los roba y maltrata y no logran zafarse porque han creído a ciencia cierta todo lo que la oposición les dice.
Uno se sorprende que cientos de miles de personas no alcancen a diferenciar un sistema del otro, que no se percaten de una nueva realidad política que a pesar de los errores muchas veces cometido, se destine un gran porcentaje del Producto Interno Bruto a favorecer los sectores de la población más necesitada. No sé si es egoísmo, fanatismo político, mediocridad, sentido de antipatria, colonización mental, se podría decir tanto de estas formas de actuar, pensar y decidir. Yo no puedo decir que este ha sido un gobierno perfecto, hay muchos vicios que persisten, hay estructuras mentales y de forma de vida contraria a los postulados que se predican y se busca de llevar a cabo en lo que respecta a cambios social. El daño espiritual y mental que el sistema capitalista y perverso que ha hecho a nuestra población es muy profunda. Ni yo mismo he podido en un cien por ciento depurarme de estructuras mentales y perspectivas de las cosas.
Uno entiende que para desarrollar una percepción clara de las cosas hay que leer mucho, analizar, ser realista, subjetivo y objetivo a la vez, escuchar a todos, ver las fallas y las desviaciones, no dejar de escuchar los exabruptos, aunque también estar atento a las políticas del Estado, entender las leyes que se aprueban, conocer el destino de los enormes capitales que se producen en la nación, conocer muy bien al Presidente en sus ideas, propuestas y estrategias, hasta ver al país a como lo percibe o lo ven las naciones dentro y fuera del continente, no dejar de mirar para comparar los gobiernos del pasado, comprender más a fondo lo económico y lo jurídico en torno a la nación.
Chávez está en plena lucha contra una enfermedad inesperada, sea está por descuido en la salud, o por naturaleza propia y para no descartar nada impuesta tecnológicamente que es posible hoy en día. Estamos en un proceso electoral muy importante y vital. Aquí está en juego la nación porque tenemos una mayoría que impulsa un cambio político, económico y social distinto a los 50 años anteriores, pero hay sectores no mayoritarios muy poderosos en dinero, en propiedades que influencia a políticos, juristas, economistas, periodistas, etc. para detener esos cambios que les afecta porque si estos sectores privados y públicos hubieran hecho lo que Chávez y el Estado han realizado en 13 años Chávez hoy estuviese cumpliendo sus funciones como Militar.
El pueblo minoritario que respalda la contrarrevolución ha dado muestra de una inmadurez política de enormes proporciones, un desconocimiento profundo de la historia venezolana y universal, un despertar político viciado, miope, carente de ideología social e inmersa de temores infundados. Así lo percibo lo que no quiere decir que uno se ciegue de los errores y vicios que en el mismo proceso se han manifestado.
Ahora no nos quedemos con lo que la oposición es; nuestro enfoque es la prueba de fuego que se nos presenta con la lo de la salud del Presidente Chávez. Nos preocupa su diagnóstico porque depende mucho este proceso, no porque otros tengan la capacidad de llevarlo a cabo y defenderlo sino que Chávez ha tenido una fuerza ideológica y emocional para llevar a cabo todos los logros y cambios que se han producido en el país.
Debatíamos en casa algunos escenarios de una revolución sin Chávez como Presidente, barajeábamos nombres posibles de actuales líderes políticos del PSUV como de Ministros que pudieran ocupar el puesto del presidente si éste se vea obligado a un reposo absoluto que lo inhabilitaría, cosa que no deseamos para nada. Salían nombres pero junto a ello falta de capacidad tanto en lo político y algunas veces en lo moral, no por corrupción sino por principios de lealtad al Proceso debido a los saltos de talanqueras que se han visto dentro del Chavismo.
Algo que si concordamos mucho es que en 13 años no se ha visto dentro de la Revolución una mujer u hombre que iguale y aún supere a Chávez en lo que él ha logrado, en su conexión con la población, en su radicalismo antimperialista, su pasión y desbordamiento social a nivel mundial. Ese es la preocupación que a millones nos confronta. ¡Sin Chávez, esta revolución se va para el carajo!, es lo que se dice, no sé hasta dónde será cierto esto y solo se sabrá si nos tocará experimentar ese momento. Chávez con buena salud podría llegar a dos períodos más, pero vamos a esperar 13 años para ver si con Chávez al frente o no la revolución va a continuar.
Allí es lo que nos debe poner a reflexionar y cambiar en muchas actitudes; muchos han endiosado al Presidente, piensan que sin él todo está perdido porque hemos sido egoísta en no ver que hay tantos que aunque no sean Chávez, pueden seguir impulsando los cambios porque desde el inicio del proceso lo jurídico ha dado sustento a través de la Constitución nuestra que es posible una nación venezolana desarrollada. Lo que tanto Chávez nos ha dicho que la esperanza está en el pueblo, en el cambio de conciencia, de derribar los viejos paradigmas políticos, en renunciar a la forma viciada de hacer política, es decir, de apartarnos del populismo y el oportunismo y ejecutar acciones políticas a la mejora de las cosas, a elegir hombres y mujeres desde nuestra comunidad, parlamento, instancias de poder con corazones y mentes ideológicamente claras y socialmente limpias.
La Prueba de Fuego para la revolución está en que con Chávez o sin él, ganemos las próximas elecciones. Deseamos con todo el corazón de que sea Chávez quien las gane y esté en plena salud, pero sinos toca elegir a otro revolucionario o revolucionaria vamos a bajar la guardia. Decía en el artículo anterior que no podemos seguir dejando en Chávez toda la carga, y Chávez debe de preparar líderes que estén dispuestos a continuar la obra que él desde hace trece años viene desarrollando. Uno crítica a Chávez por haber creado, a conciencia o no, que de él solo depende todo, conociendo que convirtiéndose en el centro de ataque de la ultraderecha, se hace sentir que eliminándolo se derrumba todo este nuevo sistema.
Tenemos un pueblo más consciente, más político sanamente hablando, más decidido, más liberador que puede defender lo que se ha logrado hasta ahora. Es posible, porque si Chávez lo siente a profundidad, estoy seguro de que él se someterá a un reposo completo para que cáncer alguno u enfermedad lo inactive. Aún más, si le garantizamos de aquí a septiembre nuestro voto y el de toda nuestra familia y amigos, no necesitará desplazarse por todo el país porque él sabe que nadie se va a quedar en su casa sin salir a votar confiados en que estamos sobrados.
Son formas de ayudar a que nuestro Comandante se rehabilite y no se nos enferme recorriendo la nación. Hasta en eso debemos estar ya pensando, una campaña con Chávez como Presidente y candidato pero sin que él tenga que esforzarse mucho en recorrer cada rincón de la nación, que seamos nosotros la que recorramos el país, las comunidades. Chávez es vital para el proceso, aunque es más importante que no lo dejemos desgastarse y que su enfermedad resurja.
Para los cuadros altos y medios del PSUV en todos los rincones del país, han de ser muy consientes y maduros en lo político de no estar fortaleciendo y reagrupando sus parcelas en un escenario sin Chávez al frente, porque sabemos que en la nación, y es por esa mala formación ideológica de la Cuarta República, hay muchos lideres y lideresas que hacen sus combos de poder que sí le hacen daño al proceso, ese cáncer social que tanto daño hace. Chávez se sanará y así oramos, aunque es hora de que el pueblo todo que ama esta nación y quiere su desarrollo y plena liberación asumamos con seriedad y madurez que somos parte de este proceso y que Chávez como nuestro orientador y líder lo que más aspira es que la nación y sus cambios profundos sean cada vez más impulsados y defendidos por todos.
Así como lo hicimos el 13 de Abril, pero no nos enfrentamos en este momento a un golpe, sino a un cáncer que no quiere morir. Dios así lo quiera que esa lesión de la que fue operado el Comandante sea rápida y se elimine para siempre.
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