A Robert Ménard, quien unos meses atrás seguía negando cualquier lazo con el Gobierno de los Estados Unidos, se le cae la máscara a grandes pedazos, con cada semana que pasa. Las últimas noticias, después de que fuera revelada desde París su asociación con Otto Reich, vienen de California, donde una periodista investigadora, Diana Barahona, intenta perforar el muro de protecciones que le han creado a Ménard sus amistades ocultas.
El 18 de abril último, en un foro de Le Nouvel Observateur de París, Robert Ménard hizo una primera confesión acerca de lo que negaba desde siempre cuando un participante anónimo citó un artículo publicado el 11 de marzo por la periodista norteamericana, donde decía que RSF recibía dinero de la llamada Fundación Nacional para la Democracia (NED, por sus siglas en inglés).
“Absolutamente”, contestó Ménard con su habitual arrogancia. Y añadió: ”Recibimos dinero de la NED y esto no nos crea problema alguno”.
En un foro similar en el mismo sitio web, semanas antes, Ménard había reconocido de repente que conocía al operativo CIA Frank Calzón, que pretendía hasta entonces desconocer.
En realidad, a Ménard no le quedaba otra alternativa que confesar.
En el curso de sus solicitudes de informaciones, una representante de la NED ha confirmado de viva voz a Barahona que una cantidad de 39 900 dólares estadounidenses fue entregada a RSF el 14 de enero de este año mientras la representante de RSF en Washington, Lucie Morillon, no tuvo otro remedio que confirmarle que el grupo recibió una cantidad de 125 000 dólares del Cuba Solidarity Center, organización fachada de la CIA, oficialmente financiada por la USAID. ¡Además de la existencia de un contrato secreto firmado con Otto Reich!
Después de haber obtenido en los propios Estados Unidos esas confirmaciones de las “contribuciones” recibidas por Ménard de parte de Washington, la investigadora solicita ahora oficialmente a la USAID, en virtud de la ley de acceso a la información, todos los documentos que se refieren a ese personaje y a su organización.
En una carta fechada el 9 de abril y dirigida a la División de Información y Archivos de la United States Agency for International Development (USAID), Diana Barahona invoca la Freedom of Information Act (5 U.S.C. § 552) para requerir “copias de archivos y de entrega de dinero” a Reporteros Sin Fronteras y su secretario general Robert Ménard, ciudadano francés.
Señala la periodista de Long Beach en su carta que “recoge información sobre el financiamiento de Reporteros Sin Fronteras de parte del Gobierno de EE.UU., lo que es de interés público, varios medios de comunicaciones refiriéndose a RSF como fuente”.
“Todo financiamiento gubernamental tendría que ser divulgado de tal manera que reporteros no vayan usando sin conocimiento adecuado fuentes que no sean objetivas”, afirma en su carta Barahona.
Se indica en ese mismo documento que varios medios de la prensa escrita y electrónica usan a RSF como fuente “sin saber o sin decir al público acerca del conflicto de interés de RSF al recibir subsidios gubernamentales”.
Diana Barahona colabora actualmente con el Council on Hemispheric Affairs, dirigido por Larry Birns, que estudia la política de EE.UU. en América Latina desde 1975, en la redacción de un artículo amplio sobre este mismo tema.
Según la investigadora, este documento señalará, entre muchos otros elementos, cómo RSF fue fundado en 1995 cuando la ley Helms-Burton estaba presentada en el Congreso.
Esa ley dictó el otorgamiento de fondos a llamados “disidentes” cubanos a través de ONGs. Otto Reich fue el primer lobbysta de esa legislación a través de su firma consultora cuando se encontraba contratado por la Bacardí y como director del U.S.-Cuba Business Council.
Diana Barahona es miembro de la Northern California Media Guild y ha publicado textos sobre RSF en el Guild Reporter (www.newsguild.org).
NEGOCIO EN EL 2001 CON REICH Y CALZÓN
Por su parte, el 27 de marzo último, el investigador francés Thierry Meyssan publicó un artículo revelador en el cual anunciaba que Robert Ménard negoció un contrato con Otto Reich y el Center for a Free Cuba del agente CIA Frank Calzón en el 2001.
Según Meyssan, periodista y presidente de la prestigiosa Red Voltaire (www.redvoltaire.net), el contrato ha sido firmado en el 2002 cuando Reich representaba al Gobierno norteamericano como Enviado Especial de Estados Unidos para el Hemisferio Occidental.
“En el 2002, Reporteros Sin Fronteras firmó con el Center for a Free Cuba un contrato cuyos términos no se conocen y recibió después una primera subvención de 24 970 euros. Esa subvención aumentó a 59 201 euros en el 2003 y se desconoce su monto en el 2004”, escribe el investigador.
“El Center for a Free Cuba es una organización creada para derrocar a la Revolución Cubana y restaurar el régimen de Batista a través de sus personeros incrustados en el gobierno de Bush. Lo preside el propietario de Rones Bacardí, lo dirige el ex terrorista Frank Calzón y está adscrito a una dependencia de la CIA, la Freedom House”, informa Thierry Meyssan.
Ménard negó rotundamente en varias oportunidades conocer a Calzón hasta que apareciera en Bruselas, en marzo del 2004, en una reunión de eurodiputados con el personaje, uno de los más activos agentes cubanoamericanos de la CIA desde los años 60.
“PREGUNTAS INQUIETANTES” EN MONTREAL
Por otro lado, en un artículo titulado Preguntas inquietantes para Reporteros Sin Fronteras, publicado el 30 de abril en el influyente diario La Presse, de Montreal (Canadá), el periodista Marc Thibodeau confirma cómo Ménard tuvo que confesar en una asamblea pública el día anterior que RSF recibe parte de su presupuesto “de parte de organizaciones americanas estrechamente asociadas a la política extranjera de los Estados Unidos”.
“El secretario general de RSF, Robert Ménard, quien hacía una estancia en Québec esa semana, declaró en el curso de un debate acrimonioso ese jueves en la Universidad de Québec en Montreal que su organización disponía de fondos de la USAID, agencia de ayuda internacional del gobierno norteamericano, y de la National Endowment for Democracy (NED)”, informó el periodista.
En el curso de una conversación con La Presse, Ménard indicó que las cantidades recibidas de la NED y de USAID para el año entrante representaban menos del 2% del presupuesto de RSF “que totaliza más de 5 millones de dólares”.
“Más de 90% del total es reunido, según la organización, por la venta de álbumes de fotos”, escribe, irónico, el reportero.
Granma Internacional denunciaba ya en el 2003 la connivencia entre Robert Ménard, su ONG y los servicios de inteligencia de Estados Unidos. Poco a poco se confirma la información a través de documentos, publicaciones, revelaciones de los implicados y las propias confesiones del secretario-agente de RSF. Según varias indicaciones, lo mejor está por venir.