¿Qué tienen en común los parques infantiles de primera línea que patrocinados por el Estado se multiplican por todo el país con Miguel de Cervantes? Desde este análisis, todo.
Cambiar, entendido como transformación estructural y no como mutación nominal, sólo es posible en tanto y en cuanto se construye una nueva cultura, en cuanto se aprenden vivencialmente nuevas maneras de ser y de hacer, resultantes de una concepción liberadora e infinita de la educación formal e informal y aún más importante, en cuanto se consolidan nuevas relaciones sociales abiertas y creativas, nuevas experiencias que permitan aprender, desaprender y reaprender. En una idea, desplegar nuestra subjetividad y allanar el camino que nos permita construir y reconstruir nuestro sentido de humanidad.
Desde los parques que permiten el compartir lúdico de niñas y niños y mucho más, la conciencia sobre la necesidad colectiva de preservar los espacios públicos y la excusa para que sus representantes se sienten a conversar; hasta una caminata por la FILVEN, feria que irriga de letras a Caracas y que pronto comenzará su peregrinar de luz por todo el país, son gratas muestras de ello. Un rio de palabras y otro de apegos, ambos cada vez más caudalosos, que riegan a su paso conciencias y sentimientos que fecundan ideas y afectos. Una fiesta en la que todas y todos estamos invitados; basta ver la enorme oferta editorial de la feria y la diversidad de usuarios de los parques para certificarlo.
Justo en el marco de la FILVEN escuché al Ministro del Poder Popular para la Cultura ejemplificar desde la vida lo que intento plantear. A propósito de la edición y distribución gratuita por parte del Estado de Don Quijote de la Mancha en 2005, explicó que la lectura de esta gran obra era apenas uno de los propósitos, pero que el objetivo era mucho mayor: crear la inquietud de qué hacer con él, dónde guardarlo, a quién leérselo; era sembrar un “problema” cultural. Recorrer la FILVEN permite cosechar los jugosos frutos que han crecido de esa y muchas otras semillas que en Revolución seguiremos sembrando por el florecimiento de la sociedad. ¡Cambiar es vivir!
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