La Revolución del Amor

La definición de la palabra amor va mas allá de un simple concepto teórico, cuyo significado puede ser aprendido "al caletre" como si de un término enciclopédico se tratase. Desde un punto de vista poético podemos darle una connotación con belleza estética de las palabras, enriquecimiento léxico y profundidad en el pensamiento. Podemos analizar mil teorías y mil definiciones sobre el amor, pero la verdad es que no existe un significado como tal que pueda explicar ese sentimiento incuantificable que penetra en nuestra alma, recorre nuestras venas y se adentra en lo profundo de nuestro corazón. Es una característica intrínseca del ser humano.


Ahora, si tratamos de definir la palabra "Revolucionario" tendríamos que explicar primero ¿Qué es una revolución? cuya definición no es mas que, un proceso de cambios profundos a un pasado inmediato enmarcados bajo distintos contextos ¿Por qué bajo distintos contextos? porque no podemos caer en el error de creer que solo existen revoluciones políticas y sociales, también existen revoluciones de nuestra conciencia, alma y corazón. Cualquiera que se considere revolucionario, no solo debe transformar las estructuras socio-políticas de una nación, sino tener la suficiente humanidad como para autoevaluar, autocorregir y autorectificar los pensamientos y sentimientos que emanan desde su ser interior para ponerlos en práctica y adaptarlos de manera tal, que esas ideas sean el principio fundamental de los cambios estructurales endógenos y exógenos.

El socialismo del siglo XXI para su correcto funcionamiento a largo plazo, requiere deslastrarse del antiguo modelo que imperaba en nuestra nación, y para ello es necesario cambiar profundamente el sistema, a través de una revolución que abarque diferentes ámbitos. Una revolución educativa, que permita la formación y transformación de los seres humanos, sembrando conciencia y sabiduría que permita una correcta interpretación de nuestra historia, para crear criterios propios con principios éticos y morales en cada uno de los ciudadanos. Una revolución cultural que sea el eje principal en el desarrollo creativo y proactivo de la persona, que permita enriquecer nuestros conocimientos y liberar nuestra mente a nuevos proyectos de índole cultural, cuya importancia radica en la erradicación de nuestra ignorancia. Una revolución deportiva que invite a nuestros jóvenes a deslastrarse de viejos vicios, contribuyendo a su formación personal a través de la actividad física ofreciéndoles esparcimiento y recreación para su bienestar físico y emocional. Una revolución popular, donde el pueblo tenga la potestad de dar, no solamente su opinión e interpretación sobre los distintos temas de incumbencia nacional, sino también tenga relación directa con las decisiones que emanan del ejecutivo nacional, dándole así un carácter participativo y protagónico, tal como lo consagra nuestra constitución bolivariana. Delegando el poder en la gente, tal como lo decía Marta Harnecker.

Ahora analicemos, profundicemos y planteemos la siguiente interrogante ¿De qué sirve una revolución educativa, cultural, deportiva y popular, cuando no existe un revolución del amor en nuestro corazón? Simplemente, de nada sirve que construyamos un sistema político donde no se revolucione nuestros sentimientos, donde no aprendamos a amar desde lo mas profundo de nuestra alma a nuestros familiares, seres queridos y a la hermosa tierra venezolana, hija de grandes próceres y heroínas que derramaron sus sangre por nuestra independencia. ¿Cómo no amar a esta tierra, si cada vez que observas su territorio desde el punto mas alto donde te encuentres y recuerdas su historia, sientes como las lágrimas salen de tus ojos emanando el mas puro sentimiento? ¿Cómo no amar a tus seres queridos, quienes forman parte esencial, principal, elemental y fundamental en tu vida y representan tu felicidad? ¿Cómo construir una revolución sin la nobleza de tu corazón? ¿Cómo construir un socialismo que no esté enmarcado en la sensibilidad y calidad humana de las personas?

La revolución del amor no es una simple utopía o una alucinación, es revolucionarte a ti mismo en cuerpo y espíritu, creando en ti algo mas que un sentimiento, que una cualidad, que una destreza, creando la virtud de amar de manera desinteresada. Si queremos o pretendemos cambiar el mundo, comencemos por cambiar nosotros mismos, sembrando endogenamente: La Revolución del Amor. 

lfgj5847@hotmail.com



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Luis Fernando Guanipa Jiménez

Chavista crítico pero siempre leal. Cero medias tintas. Comentarista aficionado del Voleibol, Baloncesto, Fórmula 1 y Béisbol.

 LuisGuanipa94@gmail.com      @LuisFGJ

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