La decadencia estadounidense (1)

Flagrancia en el caso Posada Carriles





México.- Las relaciones de Estados Unidos con América Latina pueden quedar gravemente dañadas por el caso del terrorista Luis Posada Carriles debido a que el agente de la CIA quedó al descubierto y su protección revela en flagrancia la verdadera naturaleza del Departamento de Estado, pero representa la punta del iceberg de las muchas afrentas que ha cometido el imperio contra los países del área.

Uno de los ideólogos del Sistema Interamericano de Defensa, George Brown, quien enumeró en un informe de 1979 los postulados de seguridad, estabilidad y hegemonía recomendaba “no entrar en contradicciones flagrantes con la política de Derechos Humanos” 1.

El informe del general decía “Argentina, Chile, El Salvador, Guatemala y Uruguay han sido excluidos o han rechazado varias clases de asistencia en seguridad de los Estados Unidos, temporal o indefinidamente, en conexión con problemas de derechos humanos”, 2.

Aunque Luis Posada Carriles es un solo terrorista confeso y contra quien las pruebas se acumulan de manera avasalladora, sus crímenes han sido juzgados ya y esto pone en evidencia toda la política de Terrorismo de Estado que practica la potencia desde que fue lanzada la doctrina Monroe.

El contexto es el presente periodo de decadencia de Estados Unidos que ya se extiende por tres décadas. Este periodo empieza en 1975 al ser derrotado por el ejército de Vietnam integrado por valientes e ingeniosos campesinos armados con fusiles y varas de bambú, y abarca hasta la actualidad (2005) en que la potencia va contra los mismos principios que le han permitido mantener su dominio en América Latina.

EL POLICIA BUENO Y EL MALO

En la decadencia romana las instituciones se pudrieron en manos de sátrapas e incapaces, los patricios ya no peleaban sus guerras y mejor pagaban mercenarios. Mientras la otrora rica economía era una ficción. Son muchas las semejanzas con el gobierno actual de Estados Unidos. Al frente del imperio se han sucedido policías buenos y malos.

La receta aplicada a América Latina y a otros pueblos es la siguiente: el policía “bueno” habla con el interrogado y ejerce sobre el toda suerte de sugerencias y apelaciones para convencerlo, si se resiste llega el “malo”, el golpeador y torturador.

Los policías buenos se dedicaron a generar el prestigio de Estados Unidos, con políticas internas y externas que les permitían ejercer el poder imperial de una manera creíble como el New Deal, la distensión y los acuerdos binacionales, después llegaban los “malos” como Monroe, Reagan, Ford, Truman, Nixon, Bush primero y el peor de todos: baby Bush o Bush segundo.

Si el emperador Calígula nombró cónsul a un caballo, el policia “malo” Bush II llama a compartir el gobierno a los “genios” de Miami, así Roger Noriega es nombrado Jefe de asuntos del Hemisferio Occidental del Departamento de Estado. Igual que elefante en cristalería.

Los países latinoamericanos ya no creen en el cuento del policía bueno y el malo, papel que se han repartido sucesivamente los presidentes de Estados Unidos. Entre los “buenos”, generalmente del Partido Demócrata y los “malos”, del Republicano, la esencia imperialista es la misma.

Entre los “buenos” han estado Roosevelt, Carter, Kennedy y –por supuesto- William Jefferson Clinton. Este ùltimo como buen chico buscaba la distensión con Corea del Norte, promovió el Acuerdo del Buen Viernes para resolver el conflicto de Irlanda del Norte, dio su respaldo a los Acuerdos de Oslo para el reconocimiento del Estado Palestino, mientras hacia lo interno promovió programas sociales y educativos como el Medicare y la Internet.

En ocho años Clinton también generó un superávit económico e hizo un acuerdo secreto con la República de Cuba para combatir al terrorismo, según reveló el presidente Fidel Castro en fecha reciente.

Luego llega el policía malo Bush junior y genera el mayor déficit en la historia de ese país, encarcela a los enlaces cubanos que combatían al terrorismo de Miami y deja un desastre en las relaciones con América Latina que difícilmente otro presidente “bueno” podrá enmendar algún día.

En la era del miedo y la decadencia, el vuelo de una simple avioneta sobre Washington desata una alarma naranja y hasta Bush II se espanta de sus propias flatulencias, el Departamento de Estado no entiende el significado de un terrorista suyo atrapado in fraganti, o mejor dicho su política real quedó al descubierto.

Al igual que los romanos, los estadounidenses ya no pueden con la ilegalidad de su guerra contra Irak, -la más ilegal de todas si ello es posible- y contratan mercenarios, esclavizan mexicanos, “hispanos” y otros inmigrantes despojados de identidad y nacionalidad.

El gran general Vo Nguyen Giap quien llevó a Vietnam a la victoria sobre Estados Unidos y Francia resaltaba, al igual que Napoleón, que no importan tanto la tecnología o el armamento, sino la moral de los soldados. El Ejército de Estados Unidos tiene armas de cuarta generación, pero nunca la moral de sus soldados estuvo tan baja como ahora.

Al respecto el analista de geopolítica Jalife Rahme ha comentado que “Hoy son pocos los reclutas dispuestos a entrar al infierno iraquí para defender los intereses del grupo Carlyle y Halliburton. Hoy se puede vaticinar que serán echados de ahí a patadas por la resistencia. Bush está perdiendo la guerra en Irak”, concluye.

Además los soldados de Nintendo tienen más riesgo que nunca de ser atrapados por el “fuego amigo” de las propias granadas racimo porque queda activa tras ser lanzada un 80 por ciento y son un riesgo para la infantería (no se diga la población civil), o pueden morir lentamente por el Síndrome del Golfo.

La misteriosa enfermedad que han contraìdo ingleses, estadounidenses desde la primera Guerra del Golfo, pasando por Kosovo y otros escenarios no es tan misteriosa es la enfermedad por radioactividad gracias al uranio empobrecido utilizado en munición y blindaje.

En la decadencia presente, dos grupos de cabildeo de la ultraderecha influyen más en la política, los israelíes y el exilio cubano de Miami: el primer grupo recibe derecho de picaporte en la Casa Blanca y los contratos de Defensa (como el de capacitación en asuntos de tortura); para el segundo se le entregan las relaciones con América Latina y los medios de comunicación para el mundo “hispano”.

En los medios masivos, el papel de gran educador dentro de los valores estadounidenses para América Latina era jugado por corporativos criollos a quienes se les dejaba un trozo del pastel. Hoy en día los corporativos de televisión latinoamericanos privados ceden ante la presiòn de Miami, que va desde pràcticas mafiosas hasta persecución por las autoridades de regulación bursátil.

El imperio reserva para Miami la producción de contenidos adocenados, de una calidad cultural más baja todavía que las producciones de cada nación en un proceso cuyo objetivo es la prevalencia financiera de este sector. El resultado es que los empresarios del área ya rechazan el esquema de “Libre Comercio”.

La política aislacionista y decadente hace agonizar también al Acuerdo de Libre Comercio de las Américas (ALCA), asì como al Tratado de Libre Comercio (TLC). Y un mejor ejemplo de estas políticas es la construcción de un muro entre Estados Unidos y México, mientras el gobernador de California y mal actor, Arnold Schwarznegger, está por recibir un boicot de los gobernadores de estados fronterizos mexicanos: Baja California, Sonora, Coahuila, Chihuahua, Nuevo León y Tamaulipas.

1.- Cavalla Rojas, Antonio. Estados Unidos, América Latina: FUERZAS ARMADAS Y DEFENSA NACIONAL, Universidad Autónoma de Sinaloa, Culiacán, México 1980. pág 162.

2.- Idem.

3.- Giap, Vo Nuguyen, Guerra del Pueblo, Ejército del Pueblo, Editorial ERA, México 1979.

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*`periodista mexicano


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Marcos Culebro *


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