¡Viva la nueva LOT!

Tal es su profunda trascendencia, la historia ratificara la importancia sustantiva de este soberano acto constituyente que por primera vez en; más de 76 años, reivindica triunfalmente la eterna; histórica e inevitable confrontación de clases con un triunfo cualitativamente superior a todo lo hecho hasta ahora por el Proceso Bolivariano.

En el 97, la agonía del Puntofijismo se mostraba implacable a través del decrepito rostro de un anciano Rafael Caldera; presidente sin fuerzas, pero muy envilecido y perverso, ligado íntimamente al vaticano y a la Conferencia Episcopal, permanentemente adormecido por drogas y que no gobernaba; manejado cual marioneta por sus hijitos y por un consumado ladrón y sinvergüenza como Teodoro Petkof; a su vez apoyados y legitimados por una destartalada CTV, totalmente corrompida y entregada a los ilegítimos intereses de la burguesía; conjurados contra el pueblo y los trabajadores en la trampa cazabobos llamada Tripartita.

Confabulados y sin escrúpulos despojaron de una vez a los trabajadores de las más preciadas conquistas logadas en más de 60 años de lucha, robo que impactó inmediata y devastadoramente en los ya magros niveles de vida del pueblo, convirtiendo al país en una fabrica gigantesca de pobres y de hambrientos, con una deuda pavorosa externa impagable y fraudulenta, una inflación de las más altas del mundo, el barril de petróleo en 7 dólares y PDVSA lista para la venta, con los índices más altos de desnutrición, deterioro familiar, abandono de niños, un sistema educativo caro, malo y excluyente, negación de la salud en un proceso acelerado de privatización, represión bestial a los reclamos del pueblo, etc., etc. De esta forma la burguesía cipaya recibió una patente de corso para esclavizar al máximo a la clase trabajadora venezolana. Esto fue otro golpe fascista y antihumano al pueblo venezolano, fue un 11-A social, una derrota.

Indudablemente, así como el 13-A de 2002, fue un triunfo revolucionario estrictamente político que se expresó con el surgimiento de la unión cívico-militar contra el fascismo, la restitución de la República Bolivariana, se salvó la patria y salvamos al Presidente; hubo de pasar 76 años de la vieja Ley y 15 de su nefasta reforma, para que llegara nuestra revolución “estrictamente” socialista, nuestro 13-A social, es decir un triunfo revolucionario de gran trascendencia desde el punto de vista de los trabajadores, del hombre concreto, de lo material, de lo social y económico, un hermoso y siempre relegado sueño haciéndose realidad.


ricardomonsalve58@gmail.com


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