Eso de calificar a los actores del quehacer político a partir de la inteligencia parece que no es nuevo. Hemos leído recientemente una nota sobre un estudio canadiense de la universidad Brock en Ontario, el cual señala que las personas de izquierda son más inteligentes que las de derecha. “En 2011, Boaventura de Sousa narraba en entrevista en “La Jornada” que escuchó decir al ex presidente Fernando H. Cardoso, que la “izquierda es burra”. Cardoso planteaba que la “izquierda”: no aprende de la historia, el mundo le resulta demasiado complejo y no tiene líderes”. Boaventura replicó que la izquierda es lenta pero no bruta” (J. Berdieu)
La mente decadente de Cardoso, confunde al sujeto. Estos atributos corresponden exactamente a nuestra obtusa derecha. Enceguecidos por una racionalidad individualista y tecnocrática, abstraen los problemas de una realidad social que conciben fragmentada y dispersa. Una muestra reciente es su plan de empleo que se reduce a superar “el divorcio entre estado y empresa privada”
Retomar la falacia de “la diosa” inversión privada, significa reeditar, el “Plan Tinoco” de CAP, con su “burguesía emergente”. La torpeza tecnocrática no les permite comprender la existencia de “un pueblo emergente” organizado y consciente que se alzó contra toda esta barbarie. Tampoco el hecho de que el parque tecnológico de la empresa privada desplaza fuerza de trabajo. En consecuencia la concepción de trabajador homogéneo, estable, dentro de la fábrica de bienes de consumo durable excluye a otras expresiones sociales de trabajo.
La propuesta bolivariana, propone superar el desempleo con una visión humanista que comprende una formación integral del trabajador que se concreta hoy en la misión Saber y Trabajo.
En la nueva ley del trabajo, el concepto de trabajador, supera la determinación de clase obrera según “el lugar que ocupan en el proceso de producción” o la de los sindicatos “clasistas”. “Los que participan en la administración, distribución y comercialización de bienes y/o servicios” también son trabajadores, clase obrera. El Seguro social se extiende a los trabajadores por cuenta propia.
Esta ley sintetiza el batallar histórico de la clase obrera, una concepción socialista del trabajo, y la presencia de un líder sensible e inteligente, capaz de asimilar los valores del pueblo en este momento bolivariano. La izquierda se deslastra del individualismo tecnocrático embrutecedor.