En toda revolución socialista el proletariado se valdrá de su dominación
política para ir arrancando gradualmente a la burguesía todo el
capital, para centralizar todos los instrumentos de producción en manos
del Estado, es decir, del proletariado o pueblo trabajador organizado
como clase dominante, y para aumentar con la mayor rapidez posible la
suma de las fuerzas productivas.
Esto no podrá cumplirse al principio más que por una acción decidida
contra el derecho de los capitalistas a la propiedad y de las
relaciones burguesas de producción, es decir, por la adopción de medidas
severas que desde el punto de vista económico parecerán insuficientes e
insostenibles, pero que en el curso del movimiento se sobrepasarán a sí
mismas y serán indispensables como medio para transformar radicalmente
todo el modo de producción. Algunas de estas medidas son:
1 - Expropiación de los latifundios.
2 - Fuerte impuesto progresivo.
3 - Confiscación de toda la propiedad de los contrarrevolucionarios.
4 - Centralización del crédito en manos del Estado.
5 - Centralización en manos del Estado de todos los medios de transporte.
6 – Creación y masificación de empresas fabriles pertenecientes al Estado junto a los instrumentos de producción.
7 – Derecho al trabajo para todos y todas.
8
– Alianzas entre los proletarios de los sectores de agricultura y la
industria con medidas encaminadas a hacer desaparecer gradualmente la
oposición entre la ciudad y el campo.
9 – Una educación combinada con la producción material.
Hoy la
tarea inmediata del proletariado es convertir el socialismo en una
realidad viva y destruir el capitalismo hasta su raíz. No sólo es un
deber para con el proletariado, sino que nuestra solución le ofrece a la
humanidad la única vía para escapar a la destrucción. Es por este
motivo que el socialismo es una necesidad histórica. El socialismo es
inevitable, no sólo porque los proletarios ya no están dispuestos a
vivir bajo las condiciones que les impone la clase capitalista, sino
también porque si el proletariado no cumple con sus deberes de clase, si
no construye el socialismo, nos hundiremos todos juntos.
La lucha por el socialismo debe ser librada por las masas, frente a
frente con el capitalismo; se tiene que librar en todos los lugares de
trabajo. Sólo así podrá ser una revolución socialista.
No basta con
derribar a un viejo gobierno, poner un gobierno socialista a la cabeza
de los asuntos de la nación, y proclamar el socialismo por decreto. El
socialismo no puede ser ni será creado por decreto; por socialista que
sea el gobierno. El socialismo lo deben crear las masas, cada
proletario. La tarea es romper las cadenas del capitalismo como la única
manera de implantar el socialismo.
Para garantizar el triunfo de la revolución hay que extender el sistema
de consejos de trabajadores, que incluyan a los trabajadores rurales y a
los campesinos pobres. Esta es la forma de minar el Estado burgués. Los
consejos deben ejercer todo el poder estatal. Todo el poder estatal
debe pasar de la burguesía al pueblo organizado en los consejos de
trabajadores y trabajadoras.
Hay que hacer comprender al pueblo que el consejo de trabajadores debe
ser el eje de la maquinaria estatal, que debe concentrar todo el poder
popular y que este poder debe emplearse para realizar la revolución
socialista. El trabajo revolucionario debe ser desde abajo, para
transformar la estructura de la sociedad.
Luego del triunfo popular del 7 de Octubre, las fuerzas del proletariado
debemos atacar las bases mismas de la sociedad capitalista, debemos
enfrentar el patrón que maltrata a sus esclavos asalariados; para lograr
arrancar el remanente de poder de las clases dominantes, tomarlo en
nuestras manos para el pueblo bolivariano.
lucidiowx@gmail.com
Independencia y patria socialista...venceremos
(*) Asesor del sindicato unitario de trabajadores de Intevep
Corriente de los trabajadores marxistas de Intevep