El Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Chávez Frías, desmintió personalmente los rumores sobre su salud que se propagaron este fin de semana, solicitando a los venezolanos no dar credibilidad a las versiones especulativas que surgen en los medios y aconsejó a los periodistas serios a investigar antes de publicar noticias montadas sobre medias verdades." (VTV, 30 de mayo de 2005)
Dicha solicitud es oportuna y pertinente. Venezuela toda sufre en estos momentos las consecuencias de la guerra psicológica que desde hace muchos años le ha sido aplicada por los medios comerciales de difusión masiva y exacerbada en estos últimos tiempos. Baste preguntar desde cuándo los venezolanos han escuchado señalar que el país está en crisis, así como también desde cuándo se oye plantear que si se toma esta o aquella medida, la misma puede generar conflictos.
Esos argumentos son típicos de la guerra psicológica, cuyo objetivo es crear en la población estados emocionales como incertidumbre, angustia, desasosiego, temor y rabia, principalmente. Esos estados favorecen la difusión del rumor. El trauma vivido con el golpe de Estado de 2002 dejó una situación propicia para la difusión de rumores, en especial aquellos relacionados con golpe de Estado y magnicidio. De allí la recomendación del Presidente Chávez de atender con "cautela" la situación creada por la ola de rumores en el último fin de semana. Sin embargo, actuar con cautela plantea una serie de interrogantes ¿qué hacer ante el rumor?, ¿qué es el rumor?
Aprender a diferenciar rumor de información
Alcanzar esa capacidad implica transformarse en receptor(a) crítico(a). Receptor que sabe que quien inicia el rumor espera que este sea creído y estimule a la vez a quien lo recibe a seguir propagándolo. Por esa razón hay dos reglas de oro a respetar para no ser víctima del rumor:
1°.- Al recibir una "información" preguntar ¿quién lo dijo?, dónde, cuando, cómo, por qué y todo lo que resulte pertinente. No caer en la trampa de aceptar como válido algo que llega a nosotros sustentado en: han dicho, que dicen, que dijeron…
2°.- Preguntarse y preguntar si la "información" (el rumor) recibida tiene la suficiente solidez para transformarse en difusor(a) de la misma.
Rumor versus comunicación oportuna y creíble
La comunicación oportuna y creíble será el freno que impida la expansión del rumor y evitará los daños que éste provoca. En esa dirección apunta otra recomendación formulada por el Jefe del Estado el lunes 30 de mayo recogida por Aporrea.org al señalar: "hay que atender las redes de comunicación popular, los liderazgos políticos a todo nivel. Chequear los canales de comunicación y los voceros, para así evitar que se generen 'rumores que salen de la nada'."
Esa atención a las redes de comunicación popular y a los liderazgos políticos significa lograr una profunda articulación con esos sectores, es la creación de vasos comunicantes que permitan la circulación expedita de información que pueda ser verificada entre las autoridades y los miembros de estas organizaciones. El establecimiento de esa articulación es uno de los desafíos de la nueva estrategia comunicacional.
Los lineamientos emanados del recién creado Gabinete Comunicacional deberán estar orientados en esa dirección y su aplicación por todos los actores será de gran ayuda para establecer la mencionada y necesaria articulación.
El desarrollo y profundización de la comunicación entre los voceros oficiales y las redes populares y la observancia de las reglas que impiden la propagación del rumor es una tarea urgente en la cual todos(as) debemos poner nuestro esfuerzo. De nosotros depende impedir que nuevamente que las redes bolivarianas sean víctimas de informaciones no confirmadas o de origen anónimo que en un momento de verdadera crisis pueden crear confusión, división o desmovilización.
La experiencia deja enseñanzas: cautela, obligación de verificar las fuentes de la información y la articulación entre las autoridades y las redes populares de comunicación que permita la confianza.