Nos cuenta Don Francisco Herrera Luque:

Bolívar y Piar

De que Manuel Piar estaba resentido con el Libertador no hay ni la menor duda. En el año de 1814, cuando Bolívar escapa de Cumaná, acompañado de Mariño, e intenta desembarcar en Pampatar, el héroe de San Félix lo recibe a cañonazos, teniendo que regresarse los dos libertadores a Carúpano, donde José Félix Rivas, tío de Bolívar, lo hace arrestar al grito de: Cobardes, desertores, ladrones… Rivas, al igual que muchos jefes patriotas, interpretaron la huida de Bolívar con el tesoro de la Catedral como un acto de cobardía y robo, cuando era clara su intención de rehacer la resistencia contra las tropas de Boves en algún lugar de Las Antillas.

Rivas: —Ustedes dos han sido sustituidos como Jefes Supremos del Ejército; el ejército los ha sustituido por Manuel Piar y por mí.

Bolívar: — ¿Cómo? ¿Pero, Rivas, están ustedes locos?

Rivas: —No tenemos más nada que hablar ¡Capitán Villapol! Lléveselos de inmediato, y enciérrelos en el castillo.

Bolívar: —Nunca me imaginé que nadie pudiera acusarme de ladrón. Es la mayor infamia que hasta la fecha se me haya hecho.

Villapol: —Rápido, Libertador… Vámonos ya… Que ya se avista en el horizonte la nave del general Piar, y tenemos noticias de que alberga muy malas intenciones respecto a usted. El general Félix Rivas su, tío, teme por su vida, y me ha encomendado sacarlo, junto con el general Mariño, hacia el puerto, para que se vayan ahora mismo a Cartagena. Aquí le manda una carta al gobernador de la Fortaleza. Vamos rápido, Libertador, no hay tiempo que perder.

Que se sepa, no hay ningún texto corriente que señale que el Libertador y Piar se conocieran hasta entonces. La vez primera en que hallamos juntos a los dos héroes es en Haití, un año después de estos sucesos. Si no se conocían: ¿de donde procedía el resentimiento de Piar, hasta el punto de que su socio en aquella rebelión, José Félix Rivas, sacudido en sus sentimientos de familia, prefiriera arrostrar la ira de Piar antes que entregar a Bolívar al pelotón de fusilamiento, como es claro tenía por intención el Libertador de Guayana?

Cuando en 1816 regresa el Libertador a Venezuela a solicitud de un consejo de guerra presidido por Piar, pareciera que hubiese variado su hostilidad contra el Padre de la Patria. Pero no es así, Piar antepone Bolívar a Bermúdez, a quien también detesta, y no espera su arribo, sino que se marcha a la campaña de Guayana, en la seguridad del fracaso del Libertador.

Lo que sigue después —muchos de ustedes lo conocen—, las relaciones entre los dos jefes patriotas se van agriando de tal manera que Bolívar se ve obligado a fusilar a Piar, un año después de la batalla de San Félix.

El odio de Manuel Piar contra el Libertador fue intenso e inextinguible, al parecer incluso antes de conocerlo en Haití. Y decimos al parecer, porque hay dos historiadores que sin suscribir la explicación que sigue, dan pie, por los datos que aportan, a una hipótesis que explicará ese resentimiento. Uno de estos historiadores es Tavera Acosta y el otro don Felipe Larrazábal, autor de una famosa biografía del Libertador.

Dice el primero en sus Anales de Guayana, que cuando Miranda, luego de su fracaso en Ocumare en 1806, recaló en Barbados, Lord Cochrane, el Almirante Británico, le presentó a Piar, y simpatizaron el caraqueño y el héroe de Guayana, y si no, escuchen lo que dice Miranda:

Los mantuanos caraqueños han hecho fracasar mi intento de libertad, porque no soy uno de ellos. Sólo cuando todos los hombres sean iguales, como sucedió en Francia con la revolución traicionada por Napoleón, Venezuela alcanzará la felicidad y la justicia que tanto necesita.

Dice Tavera Acosta que Piar absorbió con deleite el ideal revolucionario de Miranda, alistándose en sus filas, para intentar un segundo desembarco en Coro, que como el primero terminó en fracaso, separándose los dos hombres en Trinidad, donde quedó Piar hasta 1810.

Cuando el generalísimo llega Caracas a finales de ese mismo año, a solicitud de Bolívar y con la oposición de la Junta Suprema, Piar se traslada de inmediato de Cumaná a la capital trayendo un mensaje de solidaridad de la Junta Revolucionaria de Oriente.

De acuerdo a las fuentes referidas, y que no es recalcado en la mayoría de los textos de historia, Piar pasa a ser miembro del estado mayor del Generalísimo Miranda. Lo que habla a favor de una profunda relación amistosa entre los dos hombres.

Otro de los oficiales de Miranda es Carlos Soublette. A quien Miranda detesta por mantuano —como se lo hecha en cara en algún momento— y por ser una imposición de los oligarcas.

Piar —según Tavera— acompaña a Miranda a todo lo largo de su ruinosa campaña.

Y en la noche del 31 de julio de 1812, en el momento en que Miranda es hecho prisionero por Bolívar, Piar se encontraba en La Guayra.

Dicen los historiadores que logró huir hacia Trinidad.

Pero esa noche, con excepción hecha del “Zafiro”, el barco en el que Miranda pretendía zarpar en la madrugada, ningún navío logró escapar, con excepción de un paquebote que fue hundido por orden del Comandante Las Casas, ya en connivencia con Monteverde. De lo que se infiere que Piar huyó en el barco de Miranda, trasladándose posteriormente a Trinidad. ¿Qué relación tienen todos estos hechos con los que venimos planteando? Caben varios hechos y suposiciones: Bolívar —según se creyó por mucho tiempo— hizo prisionero a Miranda y lo entregó a Monteverde. De acuerdo a esto, Bolívar había sido un traidor. Por esta razón, muchos seguidores de Miranda, y entre ellos el capitán Labattut, con quien tendrá serias dificultades en la Nueva Granada, detestaban al Libertador.

Por esta falsa creencia, Carlos Marx, admirador de Miranda, tiene tan duras palabras para con Bolívar.

El Libertador pensó por mucho tiempo, y lo expresó con ira, que Miranda además de ser un cobarde y un traidor, era también un ladrón, ya que llevaba consigo al huir el tesoro de la República.

Si Piar veneraba la figura del Precursor, como quiere el alumno al maestro; si le estaba agradecido por haberlo cubierto de distinciones y haberle dado salida y forma a sus resentimientos de clase, es de cajón que había de odiar al hombre que, además de traicionar a su maestro, mancilló su nombre tildándolo de ladrón. Si la conducta de Bolívar en 1814 es idéntica a la de Miranda en 1812; si en aquel entonces Bolívar pretendió fusilar a Miranda. ¿No es razonable creer que Piar, ante situaciones similares pretendiese aplicarle la ley del talión? Ojo por ojo, diente por diente. Aunque Piar tenía motivos muy profundos y silenciados para odiar al Libertador y los mantuanos, creemos que de los hechos expuestos se deriva la razón de aquel odio.

¡Pa’lante Comandante! Lucharemos. Viviremos y Venceremos.

¡Gringos Go Home!

¡Libertad para los cinco héroes de la Humanidad!



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Manuel Taibo


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