Los sindicatos agrupados en la UNT-Zulia han venido denunciando en los últimos meses las numerosas irregularidades que vienen ocurriendo en las Inspectorías del Trabajo en el Estado Zulia, en perjuicio del sindicalismo bolivariano, clasista y revolucionario.
Estas denuncias realizadas en numerosas ocasiones, no han encontrado ningún tipo de respuesta favorable de parte del Ministerio del Trabajo, y por el contrario se ha desatado en las últimas semanas una campaña de retaliaciones políticas en contra de los sindicatos de la UNT-Zulia, campaña dirigida por el Coordinador de la Zona, Sergio Fernández, y la Inspectora de Maracaibo, Rosana Borjas.
Una breve reseña de las numerosas denuncias las ofrecemos a continuación:
1) Desde el 2003, los sindicatos clasistas y revolucionarios en el Zulia le vienen exigiendo al Ministerio del Trabajo la destitución del actual Inspector de Cabimas, Julio Ascanio. Este señor, cuando era inspector de Maracaibo, despidió al secretario general del sindicato SINTRACARMIQUIM, de Carbones del Guasare, Arsenio Reverol, en una componenda con la empresa, representada por el abogado Luis Fereira, líder la Coordinadora Democrática en el Zulia y uno de los principales dirigentes del paro golpista del 2002. Desde esa fecha, los trabajadores del carbón quedaron desguarnecidos, y actualmente sufren las consecuencias de una directiva sindical propatronal. En otra ocasión, Ascanio desconoció el resultado de un referéndum ganado por el sindicato de los choferes transportistas de carbón, con el fin de favorecer a una empresa disfrazada de cooperativa que controla el transporte del carbón en el Municipio Mara. Ya estando en Cabimas, Ascanio homologó seis contratos colectivos fantasmas de las empresas camaroneras del Sur del Lago, cuando no eran de su jurisdicción (500 kilómetros de distancia), y era con sindicatos patronales no registrados debidamente; esa acción ayudó a la empresa a destruir al sindicato bolivariano. En general, existen multitud de denuncias contra Ascanio, estas son sólo una muestra. No obstante, el Mintra lo mantiene al frente de la Inspectoría de Cabimas, en donde sigue haciéndole daño al movimiento obrero bolivariano.
2) Desde hace algunos meses, la UNT-Zulia también viene exigiendo la destitución de la Inspectora de Maracaibo, Rosana Borjas. Una de las irregularidades de dicha inspectora ocurrió en enero pasado durante el referéndum realizado en la CocaCola. La inspectora Borjas, luego de aceptar una propuesta de la patronal, decidió a última hora modificar los mecanismos de realización del referéndum, a pesar de que existía un acta firmada entre los dos sindicatos. En un referéndum sindical no interviene la patronal; la inspectora violentó esta condición, y favoreció con ello el triunfo del sindicato cetevista (no se permitió el ingreso de las delegaciones de trabajadores bolivarianos que se habían hecho presentes, pero si se permitió la entrada de una representación patronal venida de Caracas y desde México). Otra irregularidad se viene presentando con la modificación arbitraria de las Juntas Directivas de los sindicatos: en el Sindicato de Canalizaciones, la inspectora Borjas permitió la destitución del Secretario General, de la mayoría de la directiva y de todo el tribunal disciplinario, basándose en actas forjadas que no fueron revisadas y obviando los procedimientos estatutarios. De la misma forma se han modificado las directivas de otros sindicatos, como ocurrió en OSMV (marinos petroleros), en el cual incluso se avaló una nómina fantasma de inscritos en el sindicato, y se dejó por fuera a los sindicalistas bolivarianos, los cuales ni siquiera pudieron participar en las elecciones recientes del sindicato, por no aparecer inscritos en el mismo.
3) Caso especial ocurrió con el sindicato camaronero de Inmarlaca. La inspectora registró en cuestión de minutos un sindicato patronal, destinado a obstruir el proyecto de contrato introducido por el sindicato bolivariano. Las maniobras de la empresa, ayudada por la inspectoría de Maracaibo, llevaron al despido de 125 trabajadores (ya antes habían despedido a toda la directiva). Una vez consumado esto, el sindicato patronal que había avalado la inspectora Borjas, también renunció, y actualmente los trabajadores de Inmarlaca no tienen representación sindical.
4) En el caso de empresas del Estado, la inspectoría de Maracaibo ha cedido a las presiones de Corpozulia, para rechazar un pliego de peticiones introducido por un sindicato de los trabajadores del carbón. De igual forma, en acuerdo con los representantes de Ipostel, la inspectoría mantiene una persecución contra el dirigente bolivariano Edison Hernández, directivo del sindicato de Ipostel, al cual se le ha abierto una calificación de despido.
5) En cuanto al Coordinador de Zona, la UNT-Zulia ha solicitado su destitución debido a la incapacidad manifiesta de este ciudadano en corregir las numerosas irregularidades que se vienen presentando, y por su conducta provocadora y abiertamente propatronal. El coordinador Fernández viene exigiendo a los sindicatos afiliados a la UNT-Zulia que declaren públicamente y le entreguen a la vez una comunicación escrita en la cual se retracten de las acusaciones formuladas en contra del ministerio del trabajo y manifiesten su conformidad con las acciones del coordinador y los inspectores del trabajo en este estado.
Específicamente, la inspectora Borjas se inhibió esta semana de conocer el proyecto de convención colectiva introducido por el sindicato de empleados de la CocaCola, y el coordinador Fernández se reunió en varias oportunidades con los trabajadores y los invitó a declarar públicamente en contra de la UNT y a entregarle una declaración similar por escrito, como condición para retirar la inhibición de la inspectora y canalizar el proyecto de convención colectiva. Similares solicitudes las ha realizado a otros dirigentes sindicales, como ocurrió con el sindicato de industrias farmacéuticas.
6) En relación con el Ministerio en Caracas, la UNT-Zulia introdujo en febrero pasado los requisitos para su debida legalización; se venció el lapso de 30 días para responder por parte del ministerio, y fue sólo el pasado jueves 2 de junio, a casi cuatro meses de introducida la solicitud, cuando el Mintra formuló unas primeras observaciones. En otro caso, el despido masivo de Celadores Mara estuvo retenido por 8 meses en la consultoría jurídica del ministerio, hasta que salió a fines de mayo (desde septiembre pasado); tiempo durante el cual buena parte de los 72 trabajadores despedidos se arregló con la empresa, debido a la presión económica que sufría su respectivo grupo familiar. Coincidencialmente, el abogado de la empresa afirmó desde el año pasado que él había logrado un acuerdo con el ministerio en Caracas para resolver eso a su favor (aunque no fue a su favor la decisión, el retardo favoreció evidentemente a la empresa).
Lo planteado con anterioridad es sólo una muestra de las irregularidades que se vienen presentando en el Ministerio del Trabajo en el Zulia. Algunas de ellas se vienen denunciando desde el 2003, otras denuncias datan del año pasado, y en el presente año se han ido acumulando con rapidez las acciones en contra de los sindicatos clasistas y revolucionarios.
Personalmente ocupé durante el 2004 el cargo de Coordinador de Zona del Mintrabajo. Renuncié precisamente en diciembre pasado por la ausencia de respuestas que encontraba dentro del Ministerio para controlar las irregularidades presentes, y por la falta de autoridad que poseía para tomar decisiones en esta zona. Dentro del ministerio existe una pelea interna entre distintas facciones burocráticas, las cuales se acusan unas a otras de ser las responsables de las irregularidades. Nunca se ha podido plantear una solución real a los problemas, porque cada autoridad de Caracas (directores generales sectoriales, asesores de la ministra, viceministro, etc) argumenta que la otra parte no le permite tomar las decisiones correspondientes. De esta forma se salen del paquete y las irregularidades continúan, y la destrucción del sindicalismo bolivariano avanza inexorablemente en el Zulia.
El sindicalismo clasista, cuyos orígenes históricos se encuentran precisamente en este estado, fue destruido durante la dictadura de Pérez Jiménez, particularmente a raíz de la fallida huelga petrolera de 1950. Durante el período puntofijista, el sindicalismo clasista no pudo extenderse en el Zulia, debido a la hegemonía burocrática que ejercía la CTV y sus partidos AD y COPEI. Un grupo de revolucionarios, entre los cuales me cuento, hemos venido trabajando desde 1998 por reconstruir en el Zulia un movimiento sindical clasista y revolucionario. La deserción en el 2000 de F. Barrios destruyó temporalmente lo que habíamos construido al calor de esta revolución bolivariana.
Pero desde mediados del año pasado, a través de la Fuerza Unitaria de Trabajadores Ezequiel Zamora (FUTEZ), y en acuerdos con sectores sindicales del MVR, de Podemos, del PCV y la CUTV, hemos logrado agrupar a un buen número de sindicatos, y se logró reconquistar sectores laborales como Enelvén, La Polar, PepsiCola y otros, que por décadas habían sido controlados por Acción Democrática y Fetrazulia. El estado Zulia ha sido la última región en que se ha conformado la Unión Nacional de Trabajadores. Pero ese difícil paso, ante el cual naufragaron los dirigentes burocráticos que pretendieron encabezar al sindicalismo bolivariano zuliano encerrados en una oficina o metidos en una cafetería, lo logramos en una gran asamblea de trabajadores realizada en diciembre de 2004. En este esfuerzo hemos actuado con la mayor amplitud, invitando a todos los sectores organizados a participar en ese esfuerzo por avanzar con la UNT-Zulia.
La UNT-Zulia ha desarrollado importantes jornadas de lucha recientemente, como el conflicto realizado en el Puente sobre el Lago, en contra de la gobernación del Zulia, por el despido de 26 trabajadores del sindicato bolivariano SEPSIAEZ. De igual forma, se realizó con centenares de trabajadores la marcha del 1° de Mayo, superando el saboteo de la dirigencia burocrática de algunos partidos chavistas, que pretendían no realizar marcha alguna en el estado, encuadrando en su política de regalarle el Zulia a Manuel Rosales. De igual forma, hemos promovido la constitución del Curso de Formación Sindical que se viene realizando desde hace tres meses, con participación de directivos de 21 sindicatos de la UNT-Zulia, con el aval de la Universidad del Zulia.
La lucha que mantiene la UNT-Zulia no está desligada de la lucha general por decidir el rumbo que toma la revolución bolivariana. La campaña de destrucción de sindicatos bolivarianos que viene ejecutándose desde el Ministerio del Trabajo es parte de los esfuerzos de la burocracia por mantener sus cuotas de poder dentro del aparato del Estado. Es la misma lucha que se ha planteado en el Zulia dentro de instituciones como el Inti, el Inder, en la lucha contra la explotación del carbón, en las exigencias de las emisoras comunitarias a CONATEL, y dentro de la misma PDVSA.
Los trabajadores y todo el pueblo bolivariano deben dar respuestas contundentes a las irregularidades que se siguen presentando en las distintas instituciones. El ejercicio de la contraloría social es imprescindible para lograr la depuración de los ministerios y demás organismos públicos. Sólo la movilización popular puede frenar y corregir los numerosos vicios que vienen apoderándose de toda la estructura del Estado bolivariano.
Roberto López Sánchez es profesor de LUZ y miembro de la coordinación de la UNT-Zulia.
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