El proceso revolucionario bolivariano en los actuales momentos se dispone a transitar el camino del socialismo, el presidente Chávez, estamos seguros, está realmente convencido de la necesidad de adelantar todo lo que sea necesario para que ello ocurra de esa manera, el nivel de compromiso de la gente es cada vez mayor, se palpa, se insinúa, se vislumbra, se siente.
De cuál gente estamos hablando, es bueno el recorrido sobre el, qué es, lo que está pasando en el seno de la enorme cantidad de venezolanos y venezolanas que apoyan la revolución. No obstante, estar informados sobre la necesidad de ahondar sobre los procesos de ideologización, de convencimiento pleno, nos preguntamos, qué se está haciendo al respecto, acaso basta con la guía permanente y clara del líder de la revolución, es eso suficiente, la respuesta debe estar en cada uno de nosotros mismos, estamos preparados para insertarnos en la búsqueda del nuevo socialismo venezolano, hasta que punto el compromiso marca pautas de condicionamiento o distancia en muchos de los dirigentes ubicados en los partidos del cambio, organizaciones sociales y movimientos comunitarios.
La preparación mental, esa disposición de quienes nunca se imaginaron la vía del socialismo como puerta de entrada en el siglo XXI para la meta definitiva de la verdadera justicia social, económica y cultural, de quienes apoyan el proceso de cambios necesarios, se presenta como el paradigma para continuar el desarrollo del proyecto socialista venezolano, hay dudas y es justificable, no estamos preparados para ello, aunque se diga lo contrario.
Por un lado, hablar o decir que se apoya irrestrictamente el proceso revolucionario es la primera condición, de suma importancia, diríamos de importancia vital, pero de allí a lo otro, requiere algunas definiciones en el contexto ideológico y político. Es esto posible en el mundo militar, hay demostraciones palpables y claras, allí hay un universo que al igual que el resto de compatriotas se dispone a seguir adelante en la búsqueda de la confrontación definitiva capitalismo-socialismo, aunque éste último no sea una imposición, en plena libertad y bajo el imperio de la ley, que necesariamente en estos momentos no es revolucionaria.
Es bueno recordar que este tema en particular, a veces, no es fácil digerir, se trata de muchas cosas juntas, de paradigmas inimaginables de romper años atrás y se han cumplido en el curso del proceso, uno de ellos, romper los lazos que gobiernos anteriores tenían con la oligarquía criolla e internacional, por ello, la vía revolucionaria involucra imponer el curso de estos rompimientos, en las condiciones necesarias y útiles para alcanzar el desarrollo de una sociedad justa y solidaria, ese es el fin en la búsqueda o ruta hacia el nuevo socialismo del siglo XXI.
Por último, para transitar lo que haya que transitar, se debe advertir la imposición y asunción de todos los factores que apoyan el proceso revolucionario, el nivel de conciencia ideológica revolucionaria hacia el nuevo socialismo, debemos insistir en la necesidad que los factores del cambio produzcan elementos o signos de acompañamiento hacia el camino dispuesto que no tiene marcha atrás, no se debe dejar solo al presidente, la solidaridad es de primer orden, amén de la unidad en férrea disciplina política y organizacional.
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