Mientras algunos tienen la tendencia a arrodillarse ante George W. Bush, la propuesta de "monitoreo" de las democracias, impulsada por dicha administración en la XXXV Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA) a través de la "Declaración de Florida", fue rechazada por los pueblos de América Latina.
Estados Unidos pretendió incluir la creación de un mecanismo de "supervisión democrática" que incluyera la integración de ciertas agrupaciones de la llamada "sociedad civil" para mantener informado al Secretario General de la OEA de las violaciones en que estuvieran incurriendo los gobiernos, mecanismo de supervisón que fue presentado por el secretario general José Miguel Insulza como una manera de "adelantarse a las crisis y preverlas de algún modo". Sin embargo, tal como ya lo había previsto el Presidente Hugo Chávez Frías durante su programa "Alo Presidente" del domingo, Estados Unidos sufrió una derrota.
América Latina no está de rodillas
Para el Jefe de Estado venezolano "Si hay que monitorear a algún país es a ellos" -refiriéndose al gobierno de George W. Bush-, porque "América Latina está dispuesta a ser libre" y se equivocan "quienes pretendan colocar de rodillas y en un redil a sus pueblos". "Atrás quedó el tiempo en que la OEA era un instrumento del gobierno de Estados Unidos, porque América Latina no es hoy la misma que antes, cuando estaba arrodillada a los mandatos de la Casa Blanca y del Pentágono", resaltó el presidente Hugo Chávez.
Junto a la posición Venezolana, otras voces, como la del canciller brasileño Celso Amorim se unieron al calificar a este comité de monitoreo como un "mini Consejo de Seguridad". Amorím, quien también respondió a unas declaraciones de la secretaria de Estado estadunidense, Condoleezza Rice, declaró lo siguiente: "Señora presidenta, la democracia no se puede imponer. Ella nace del diálogo, y más que intervención o supervisión debemos hablar de cooperación".
De igual forma, el canciller de México, Luis Ernesto Derbez, calificó como "complicada de entender" la propuesta del gobierno de Estados Unidos debido a que en la carta de la OEA ya están incluidos todos esos mecanismos propuestos, y la Carta Democrática Interamericana es "lo suficientemente flexible para enfrentar un quebrantamiento democrático". El portavoz de la presidencia de México, Rubén Aguilar, igualmente fustigó la propuesta de Estados Unidos: "En principio, no estamos de acuerdo con ningún tutelaje de nadie. En lo que sí está de acuerdo México, es en ampliar las garantías y los derechos de los pueblos en el continente. Sí estamos de acuerdo con ampliar el respeto a los derechos humanos, pero nunca con el tutelaje de nadie'', enfatizó Aguilar.
El necesario monitoreo al gobierno de Bush.
A juicio del Jefe de Estado Venezolano, Estados Unidos es el primero que irrespeta la democracia al no cumplir los tratados de extradición "y proteger al terrorista Luis Posada Carriles". Para el Presidente Chávez, "Si hubiera que monitorear a algún Gobierno de la OEA sería al de Estados Unidos que apoya terroristas, invade naciones, atropella a su propio pueblo y pretende instalar una dictadura global".
Razones sobran para monitorear al gobierno de George W. Bush, quien apoyó el golpe de Estado ocurrido en Venezuela en abril del 2002. El ministro de Comunicación e Información de la República Bolivariana de Venezuela, Andrés Izarra, recordó el pasado 07 de junio que "En Venezuela, la Administración Bush le dio la bienvenida a un nuevo gobierno, de quienes buscaban llevar a cabo un golpe de estado en abril de 2002, mientras el presidente elegido se encontraba bajo custodia de las fuerzas militares. Eso minó la autoridad moral y política de los EEUU en la región".
Las críticas a la política exterior del actual gobierno estadounidense, no surge sólo desde otros países. Un comunicado elaborado por el partido demócrata estadounidense, específicamente firmado por Howard Dean, presidente del comité demócrata, acusa a Bush "del fracaso en la OEA" y agrega que "una vez más los intereses y los objetivos de la política extranjera de EEUU, han sido perjudicados por la arrogancia de la administración Bush".
A esto se suman las múltiples críticas a la política exterior norteamericana, especialmente después de la invasión injustificada a Iraq en la búsqueda de armas inexistentes de destrucción masiva o la construcción en Guantánamo de campos de concentración para ciudadanos de cualquier nación que han sido calificados por la administración norteamericana como terroristas.
América Latina y el Caribe de pie
Nueve países del continente aglutinados por Chile, presentaron una alternativa al proyecto de la administración Bush. La propuesta chilena sugiere que sea el secretario general quien presente un informe que explique la manera en que se ha aplicado la Carta Democrática Interamericana desde su entrada en vigencia en el año 2001 y proponga formas de cooperación regional para asegurar una efectiva y equilibrada aplicación de la Carta Democrática.
A su vez, la comunidad caribeña (Caricom), de 14 naciones, presentó otra propuesta de declaración final, que elimina la mención de cualquier papel preventivo de la OEA en crisis de gobernabilidad.
El canciller venezolano Alí Rodríguez Araque ha declarado en varias oportunidades que la OEA es un organismo "promotor de la democracia y no un órgano interventor", por tanto no puede haber injerencia en asuntos internos de los países y entrar así en contradicción frontal con la propia carta de la OEA. Para Rodríguez Araque, son los propios pueblos los llamados a establecer mecanismos correctivos cuando sea necesario hacerlo y que la OEA o cualquier organismo internacional sólo puede acudir ante una solicitud emanada por el Estado interesado en recibir la ayuda.
Una primera lectura de la recién culminada XXXV Asamblea General de la OEA, arroja como resultado que América Latina se rebeló contra la iniciativa de Estados Unidos para convertir a la OEA en un organismo que vigile y pueda intervenir en las democracias de la región, al presentar 24 de los 34 países miembros, propuestas alternativas.
Se mantienen firmemente así los principios universales que están contenidos en la Carta fundamental del la OEA, los cuales deben ser escrupulosamente respetados y no alterados bajo ninguna circunstancia en la práctica y no sólo a nivel discursivo, especialmente principios como la soberanía de las naciones, la autodeterminación de los pueblos y la no intervención.