Casi 16.000 muertos van desde que comenzó La Revolución en Siria y ese bravo pueblo sigue resistiendo. No es cualquier cosa lo que esta pasando allá, es la encarnada lucha de un pueblo contra la burocracia y contra el capital. El régimen despiadado y cobarde que encabeza Bashar Al-Assad ha sentido el levantamiento de las masas y aunque no ha habido contemplación del ejército para accionar los fusiles en contra de niños, ancianos, mujeres y todo aquel, el insurrecto pueblo Sirio tiene todas las intenciones de ir a fondo en contra de algo al que ya no le soporta más.
Cabe decir que la Revolución Siria tiene muchos enemigos y “alacranes con alas” a su alrededor. Por un lado está el imperialismo de occidente y por otro está Rusia, Irán y los chinos. Si finalmente logran triunfar las masas, esto activaría bárbaramente las alarmas en una región donde la cosa no esta “como para tirar cohetes” para aquellos que han mantenido el control durante tanto tiempo.
La falta de dirección es el gran enemigo que se tienen así mismo los obreros y los sectores populares especialmente de las principales ciudades: Damasco y Alepo. Esto pudiera ser aprovechado consustancialmente tanto por el Imperialismo como por los mercenarios del llamado Ejercito Sirio Libre. También es cierto que un pueblo al verse ametrallado no va a mirar al instante quien le este ofreciendo un armamento para defenderse, y es ahí donde es fundamental tener una dirección revolucionaria, pues se corre el riesgo que las masas inconcientemente terminen levantando las banderas de quienes pérfidamente actúan al asecho y aspiran ser los grandes ganadores de tal situación.
Apostar por los principios de La Clase Obrera es la salida, de ahí emergen las soluciones. Las movilizaciones y huelgas generales de las masas son las armas a las que más temor tienen tanto Al-Assad como los EE.UU. y sus esbirros. En ese marco también es pertinente la solidaridad de la Clase Obrera mundial. Que se vaya estableciendo un objetivo claro y específico: derrocar al dictador y su aparato burocrático e instaurar un gobierno Obrero, Popular y revolucionario.
Los pueblos del mundo debemos ubicarnos con esta fogosa lucha que están dando nuestros hermanos de clase Árabes. La verdadera Revolución es permanente y mundial. Hay más similitudes entre un obrero Venezolano y un Obrero Sirio, que entre un Obrero Venezolano y un burócrata o un patrón de misma nacionalidad. Levantemos nuestra voz y en conjunto gritemos: no más Bashar Al-Assad ni dictadores en el mundo.
NI BUROCRACIA, NI CAPITAL!
QUE VIVA EL PUEBLO DE SIRIA Y SU LUCHA!
QUE VIVAN LOS PUEBLOS DEL MUNDO!