Las empresas básicas que están en Guayana presentan una dinámica financiera complicada que requiere un análisis científico para poder entenderla.
Los capitalistas, en función de su lógica explotadora, dicen que estas empresas están quebradas por el “exceso” de personal en nomina y el común de la gente comienza a creerles y decir lo mismo. Peor aún, parte de la clase trabajadora también se suma a esa predica capitalista.
Los revolucionarios socialistas debemos asumir esa batalla de ideas que se plantea en el seno de nuestras empresas básicas. Hay que llevar luces y organizar a la clase trabajadora dentro y fuera de los portones para salvar a esas empresas de las garras del capitalismo.
Dijo el Padre Libertador, Simón Bolívar: “Por la ignorancia nos han dominado más que por la fuerza”
II.
Los capitalistas primero despiden trabajadores que disminuir sus ganancias. Las empresas privadas pagan a tiempo pero no tienen planes de HCM, ni pagan la educación de los hijos de los trabajadores, ni tienen planes de jubilación, tampoco otorgan plan de vivienda, mucho menos pagan al IVSS. Podemos contar con los dedos las empresas privadas que tienen servicio de transporte, comedores o guarderías. Ahora mismo las privadas hacen mil maniobras para no emplear a los tercerizados. También hay que revisar lo que pagan en vacaciones o utilidades. Como será que hay un chiste malo que dice que los trabajadores de las privadas son 4x4: cuatro mil de vacaciones y cuatro mil de utilidades.
Esa realidad hay que contrastarla con la que se vive en las empresas básicas. ¿Por qué los capitalistas quieren que las empresas básicas paguen las cosas que ellos no pagan en sus empresas?. ¿Por qué todo el mundo quiere trabajar en las empresas básicas y nadie de los que ya está en ellas renuncia para irse a las empresas privadas.?
Nuestra realidad tenemos que contrastarla con lo que pasó en las grandes empresas de Estados Unidos y con lo que ocurre hoy en España, Grecia y los países del Sureste Asiático.
III
Lo que pasa en las empresas básicas, es que se desangran económica y financieramente porque siguen funcionando con la lógica que solo sirve para mantener al gran capital.
Para despertar la conciencia, es suficiente que los trabajadores saquen la cuenta cuanto se gasta y cuanto debería gastarse en siete aspectos:
Seguros: Hay empresas que pagan seguros por vehículos que están fuera de servicio o por edificaciones y maquinarias que no existen. Los seguros de HCM se los chupa la especulación que impera en las clínicas.
Comidas: Se cancelan mayor cantidad de comidas que trabajadores en el turno. Los precios son a nivel de exquisiteces.
Educación: Las empresas de educación venden el preescolar al mismo precio de un postgrado internacional. De liceos y universidades, ni hablar, están por las nubes.
Importación de repuestos: Compran en el exterior, a precios inmensamente altos, piezas que se pueden construir en los talleres de las propias empresas. Por ejemplo, las Superpalas de aluminio que utilizan en Venalum.
Software: Las transnacionales del Software se meten una “bola” de billete porque en nuestras empresas básicas no ha llegado el Software libre.
Juguetes: Los precios son exagerados, diferentes para cada empresa y se compran en el exterior.
Publicidad: No entendemos cómo es que la matriz de opinión está en contra de las empresas básicas, si gastan millones de dólares en medios de comunicación.
Sin duda que es el capitalismo quien está acabando con las empresas básicas y no la nomina de trabajadores.
En la segunda parte, nombres de funcionarios, organizaciones y empresas privadas responsables de la hemorragia, montos de los gastos y una propuesta revolucionaria para salvar las empresas básicas de las garras del capitalismo.
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