Justo en un mes estaremos ante los resultados de la elección presidencial. El próximo 8 ya las cartas que regirán el presente y el futuro del país estarán sobre la mesa y se habrá trazado uno de dos posibles rumbos para la Nación, claramente opuestos entre sí. Es tal la importancia de este proceso que sin temor a equivocarme defiendo que es alentador para todas y todos que aún las encuestas que tradicionalmente han sido favorables a los sectores opositores, indiquen una ventaja importante del Presidente Chávez para continuar frente al timón nacional. ¿Y alentador por qué? Pues razones sobran. Expondré sólo 2 en este breve espacio:
1. La consolidación del Poder Popular. Ésta, lejos de ser una consigna, es verbo y alegría, es vida y trascendencia. Que los colectivos sean protagonistas y corresponsables de su desarrollo es una manifestación cónsona con la conformación de un nuevo orden social, que en la medida en que reconoce a los olvidados, a los históricamente invisibilizados, adquiere más legitimidad y blinda un mayor sentido de pertenencia. Pensar que esa nueva visión de la vida pueda ser borrada de un plumazo o asumida de manera voluntaria y desganada es de nuevo menospreciar al Pueblo, como en abril de 2002. Algunos sectores quisieran negar la probada capacidad de respuesta popular ante la vulneración de sus derechos, pero deben convencerse que ello ya no es posible.
2. El voto responsable. La diametral diferencia entre las propuestas de país dota de particular importancia a estas elecciones. Y es que desde los planes públicamente presentados hasta los documentos internos que no han sido negados por sus firmantes denotan que para los sectores opositores efectivamente hay un camino: uno que conduce directo a una agenda liberal. Quienes decidan votar por este sector deben hacerlo conscientes de su responsabilidad y del país que aspiran. Por eso, les recomiendo pasearse antes por la historia de nuestros años 80 o por lo que en Europa pasa en estos días, luego mantener la mirada frente a un espejo preguntarse si es eso lo que quieren para Venezuela.
Piénsenlo, siéntanlo. Sólo existe una opción de votar como acto patrio. Lo demás, sería botar.
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