Seguir luchando

El Artículo 3 del texto constitucional señala como uno de los fines esenciales del Estado "la defensa y el desarrollo de la persona y el respeto a su dignidad". En consonancia con esos fines se encuentra el establecimiento de los valores superiores propugnados, la vida, la libertad, etc., y la preeminencia de los derechos humanos estipulados en el Artículo 2.

En el marco de ese mandato constitucional que coloca al ser humano en el centro del quehacer del Estado se inscribe el anuncio de MERCAL II realizado por el Presidente Hugo Chávez en el programa dominical Aló Presidente número 226, realizado en Santa Ana de Coro, estado Falcón. Reafirmando la disposición de cumplir con ese mandato el Jefe del Estado señaló: "la principal energía que necesita el pueblo no es el petróleo, es la alimentación".

Esta nueva etapa, la fase dos de MERCAL contempla:
- El aumento de 4 mil a 6 mil toneladas en la distribución diaria de alimentos que realiza Mercal, lo que implicará que en un futuro cercano el número de personas atendidas pasará de 10 a 15 millones de personas.
- La incorporación de dos mil Casas de Alimentación de aquí al próximo viernes 15 de julio, que elevará a 6.052 el número de estos espacios que atienden a 150 personas en estado de pobreza extrema cada una, aumentando con esta ampliación a 907.800.
- El aumento del número de personas atendidas por Mercal Protección, quienes se benefician al obtener los productos ofrecidos por Mercal a mitad de precio, se ampliará a un millón sesenta mil personas.
- La entrega de becas mensuales por un monto de 180.000 bolívares a las voluntarias que colaboran en las Casas de Alimentación

Soberanía alimentaria

La responsabilidad de garantizar el derecho a la alimentación como derecho humano básico, ha obligado al Estado venezolano a ejercer su papel rector en la seguridad alimentaria y a promover la participación corresponsable de la sociedad en la formulación y aplicación de planes estratégicos. En esa dirección apuntan la promulgación de la Ley de Tierras y el combate al latifundio.

Sumada a esta responsabilidad se encuentra la evidencia que dejó al descubierto el paro patronal y sabotaje petrolero de diciembre de 2002 y enero de 2003, de la dependencia de importación de alimentos que tiene el país para cubrir las necesidades alimentarias de su población. Esa importación supera el 70% de los requerimientos. Superar la práctica de las importaciones, es una tarea urgente que tiene por delante el Ejecutivo Nacional

Conciente del deber de garantizar el derecho a la alimentación y de la vulnerabilidad por la dependencia de las importaciones el Gobierno Bolivariano ha asumido como uno de sus más sólidos compromisos la Soberanía y la Seguridad alimentaria, entendidas como: la disponibilidad suficiente y estable de alimentos y el oportuno y permanente acceso a éstos por parte de la población.

Alcanzar esas condiciones pasa indiscutiblemente por el pleno cumplimiento del Artículo 299 de la Constitución Nacional, es decir, el establecimiento de un régimen socioeconómico en Venezuela fundamentado en los principios de justicia social, democracia, etc. La Soberanía Alimentaria es uno de los pilares fundamentales de la para que un pueblo pueda ejercer la independencia y autodeterminación.

El voluntariado de las Casas de Alimentación: un ejemplo de solidaridad

La respuesta creada por el Gobierno Nacional para enfrentar la vulnerabilidad acusada por la dependencia de productos importados durante el paro patronal y sabotaje petrolero de diciembre de 2002 y enero de 2003, fue un programa alimentario. Este comenzó contando con la infraestructura y personal de la FAN y se conoció como Programa Estratégico de Seguridad Alimentaria.

Con el tiempo este programa pasó a llamarse como hoy se conoce: Misión MERCAL y comprende la labor conjunta de varios organismos: Corporación de Abastecimiento y Servicios Agrícolas (CASA), Programa de Alimentos Estratégicos (Proal) y la red Mercal, todas coordinadas por el Ministerio de Alimentación.

La inversión de 244 mil 200 millones de bolívares aprobada por el Ejecutivo para MERCAL II tiene por finalidad: capacitar y adiestrar al personal que trabaja en la Misión; la instalación de una plataforma tecnológica que permita el control interno, el orden, la sana administración y la seguridad; el desarrollo y acondicionamiento de la infraestructura de la cadena de frío y, el abastecimiento alimentario.

Una de las actividades de la misión alimentaria consiste en atender a venezolanos de escasos recursos, especialmente, ancianos, indigentes, discapacitados y niños abandonados. Esa atención se realiza a través de 4.052 Casas de Alimentación distribuidas en todo el país, las cuales suministran un almuerzo y merienda a más de 600.000 venezolanos, atendiendo más o menos 150 personas por casa. La selección de los beneficiarios la realiza la propia comunidad a través de un trabajo en equipo de los comités de salud, agua y tierras.

La elaboración de las comidas y atención de los beneficiarios es realizada principalmente por mujeres, que lo hacen de manera voluntaria, quienes trabajan desde las siete de la mañana de lunes a sábado, obteniendo sólo como beneficio material el alimento para sus familias. Su dedicación y entrega es un ejemplo de solidaridad, digno de imitar. Para descalificar esta actividad de la Misión MERCAL algunos medios comerciales de difusión masiva la tildan de asistencialista, sobre el ejemplo solidario que entrega su voluntariado nada se dice.

Junto con señalar el Jefe del Estado que "no debe haber un venezolano sin comer en Venezuela, por eso se ha consolidado el sector alimentario de nuestro país" también agregó que los sectores cercanos a las Casas de Alimentación deben constituirse en espacios de recreación y hospicios para ancianos, a su alrededor debe nacer un nuevo eje de interacción entre la comunidad. Y formuló un llamado a los gobernadores, alcaldes, diputados, concejales a que atiendan a la población, aclarando que no se trata sólo que la gente compre en Mercal, ni que reciban un plato de comida, sino que mediante ayudas sociales, económicas, medicas y psicológicas, sea insertada a la vida como se lo merecen.

"Yo aspiro -expresó el Primer Mandatario- que cuando entregue mi mandato ya estas Casas de Alimentación no existan, no porque sean eliminadas, sino porque el índice de pobreza ya esté en lo más mínimo, y no sea necesario darle un plato de comida a las personas, sino que ellas pertenezcan a la vida normal como todos los venezolanos".

Alcanzar esa aspiración significa lograr la dignificación del ser humano, uno de los fines del Estado. Ello será posible si se cumple el establecimiento del régimen socioeconómico estipulado en el Artículo 299. Para alcanzarlo se requiere como dijo la señora de la Casa de Alimentación de Santa Ana de Coro, estado Falcón, al despedirse del Presidente Chávez: "seguir luchando".


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