El Padre Freites, Iris Varela i Yo

La iglesia venezolana i la Conferencia (léase Conspiración) Episcopal, tiene tan pocos hombres de talento que, dado el desprestigio que han tenido sus Cardenales i ese energúmeno adeco que es Baltasar Porras, ahora saca al ruedo contra la despenalización chucuta del aborto, al Pbro. Pedro Freites, un hombre que por el hablar descubre que no ha debido ser sacerdote, que carece de preparación política por las ideas que expresa (que también es impreparación histórica) i que de paso arremete contra la diputada Iris Varela, diciendo que es una mujer cargada de odio, que no debe saber lo que es amar i otras “flores” de “pecados” a su juicio. Yo, que apartando toda modestia, sí tengo preparación tanto en los temas políticos, históricos, científicos, biológicos, filosóficos i religiosos, debo decirle que su intervención en un cuestionado programa de televisión, fue una muestra sencillamente de ignorancia, fanatismo i agresión a un gobierno que considera (sin saber de esos términos) de nazi fascista, totalitario, con intención de “dominar” a la población (¿?), etc. Le diré que mis estudios sobre estos temas (Cuatro Cursos sobre Regulación de Nacimientos, o sea, Demografía Planificada) los hice en la primera i más antigua universidad católica del mundo (pero liberal como ninguna) i con hombres como el Padre Pierre Locht, mil veces más inteligente i preparado que él, sin su fanatismo i violencia i sin mentir intencionalmente como lo hizo, a menos de ser tan escaso de conocimientos. La mayoría de los métodos i técnicas anticonceptivas del mundo, han venido de los Estados Unidos, Inglaterra, Francia, etc., i más bien se decía que era política del imperio, el no dejar prosperar la población en los países subdesarrollados. Usted ignora todas estas cosas; no sabe quien fue Malthus ni el maltusianismo; no sabe lo que fue la Alemania Nazi ni la Italia Fascista, no sabe geografía humana, no sabe historia, i naturalmente no sabe medicina ni nada sobre aborto. No ha visto nunca un aborto ni una muerte injustificada por un acto criminal, como es el aborto clandestino. Opinar sobre lo que no se sabe es deshonestidad intelectual. El padre Freites lo ha hecho con repetición.

En cuanto a la diputada Iris Varela, desde que la conocí en la ANC me percaté de ser una mujer excepcional; ojalá tuvieramos siquiera dos o tres más como ella. Inteligente, decidida, honesta i comprometida de todo corazón con su pueblo i honrando el compromiso para el cual fue electa. En ocasiones he estado tentado a escribir sobre ella, sobre todo con la valentía que enfrentó el golpe de estado i cómo la vimos en papeles protagónicos junto a su pueblo. Más bien la he criticado por sus declaraciones sobre el aborto, advirtiéndole que eso de despenalizar dos situaciones mui concretas o aisladas, no es realmente una despenalización como se ha hecho en la mayoría de los países, del mundo civilizado. Cómo me gustaría enfrentar a un sacerdote dogmático, enfermo de dogmatismo i macartismo agudo, viendo o sintiendo terror donde no lo hai, porque su única motivación es atacar al gobierno i al presidente Chávez, porque así se lo ha impuesto el Imperio del Norte i el Imperio del Vaticano, especialmente con esos dos monstruos inexistentes que maneja este último: la noción de pecado (la idea más dañina según Russell) i el negocio del infierno i el diablo, todo absolutamente inexistente. La supuesta ética cristiana, como decía el filósofo Nicolai Harttman, es una ética interesada; se pretende actuar bien en la vida, no por convicción, sino por el temor de alcanzar un premio o un castigo, en un supuesto reino en el más allá. Un eudemonismo falso. Para resumir lo que escuché al padre Pedro Freites, solamente debo usar la palabra deplorable.

Como no debe poseer una buena biblioteca, sino meramente “cristiana” llena de catecismos repetitivos, medievales i desvinculado de la vida o realidad del siglo XXI, debería al menos por Internet instruirse un poco, aunque naturalmente por ese medio no podrá aprender mucha medicina ni menos aún, filosofía. Los libros de Teología no le enseñarán nada, porque lo que está allí son puros inventos de los hombres i jamás la palabra de Dios ni del tal Espíritu Santo. Recuerdo a nuestro primer decano en Medicina, un hombre culto i erudito como pocos, quien decía amar los libros, pero que si le tocara quemar algunos, escogería solamente los que no aportan nada: los libros de teología. Lenín dijo que la religión es el opio del pueblo; yo creo que es una síntesis de todas las drogas de la humanidad, para la Humanidad. Por eso indigna cuando vemos a un sacerdote predicando mentiras, atacando al gobierno más democrático i con mayor libertad de expresión que le permite vociferar disparates i falsedades, i en consecuencia agrediendo a su patria i a su historia de país, cuna de libertadores.


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Roberto Jiménez Maggiolo


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