Los pobres eran cada vez más pobres, los ricos más ricos y una clase media en vías de extinción. Ese fue el país que recibió la Revolución Bolivariana, un país con grandes divisiones sociales y una gran desigualdad.
Para los pobres era imposible acceder a servicios de salud, tanto curativos como preventivos. Ya era normal la “colaboración” en los establecimientos de salud: tenía que llevar usted sus insumos hospitalarios. La educación se estaba privatizando: el pago de la matrícula escolar en las escuelas y liceos públicos se incrementaba hasta tal punto que las familias comenzaban a decidir cuál de sus hijos iba a estudiar y cuál no, por supuesto el que no iba a estudiar habría que ponerlo a trabajar o simplemente agarraba vida de calle y ya conocemos los resultados. ¿Construir viviendas en Caracas?, ¡imposible! La construcción de viviendas en la capital del país se les dejó a las empresas inmobiliarias privadas. Resultado: mayor exclusión. Se alentó la construcción de viviendas es las montañas al margen de la ciudad: El Valle, 23 de Enero, Catia y Petare se convirtieron en urbanismos improvisados por los pobres, tratando de dar refugio a sus familias, sin importar si habían o no servicios disponibles, si habían calles o no. Después se les proveía de agua y electricidad para que al menos vivieran. La telefonía (CANTV) no tocaba estos lugares, menos el correo público (IPORTEL). Las tres principales necesidades de la población no estaban cubiertas. Vivienda, salud y educación: las verdaderas utopías para los pobres de la IV República.
Una revolución consiste en transformar, no en reformar. La Revolución Bolivariana es transformadora. Ya no son los intereses particulares, empresariales o extranjeros lo que impera. Ahora es el colectivo, el pueblo que ha sido abandonado, los excluidos, el trabajador y la trabajadora, la mujer que trabaja en el hogar por sus hijos, el adulto y la adulta mayor, las personas con discapacidad que fueron olvidados y ocultados. Ahora todos existen, ahora el pueblo manda. Pero no podían resolverse todos sus problemas con la institucionalidad vigente: la burocracia se come las buenas intenciones. Era necesaria la acera de enfrente, había que crear misiones para la gente.
Fue necesario atender primero la salud del pueblo, no se puede vivir sin salud. ¿Cómo hacerlo? Tenemos aliados y podemos conseguir convenios estratégicos. Nace Barrio Adentro. La salud dentro del barrio. Gracias a la relación hermana y estratégica con Cuba, duélale a quien le duela. Entonces se estableció como el modelo a seguir, para poder penetrar y permear en los estratos sociales más desfavorecidos. Salud preventiva, gratuita, pertinente, permanente y personalizada, salud en el barrio. Barrio Adentro ya tiene cuatro niveles que se corresponden con el tipo de atención –desde la atención primaria hasta la especializada–, que garantiza el acceso a la salud para toda la población venezolana.
La exclusión produjo desigualdad en el acceso y en los derechos. Cada vez era mayor el número de personas que no sabían leer y escribir. La Misión Robinson se dedicó a la reducción del analfabetismo en Venezuela, logrando en 2005 declararnos “Territorio Libre de Analfabetismo”. Esto no era suficiente y se crearon las misiones Ribas y Sucre, dirigidas a completar el bachillerato y aumentar significativamente el acceso a la educación universitaria, respectivamente. Ahora sí tenemos acceso a la educación, sin obstáculos, liberadora. Incluso ahora se entregan los libros, tanto en las escuelas como en los liceos públicos, y los escolares reciben una computadora portátil ‘Canaimita’.
Más recientemente se crean las grandes misiones, con el fin de resolver los problemas estructurales del país. Entre ellas se encuentra la Gran Misión Vivienda Venezuela, que ya ha entregado más de 250.000 viviendas entre 2011 y 2012. Hablamos entonces de la integración de las misiones, trabajando en armonía por el Hombre y la Mujer nuevos, con valores para la vida.
Vivir viviendo, no vivir muriendo ni morir para vivir. Se trata de aumentar nuestras capacidades como seres humanos y vivir en plenitud. Las misiones sociales eliminan la exclusión y disminuye las desigualdades sociales. Y es que se trata de unas 30 misiones vigentes y más de 40 que se han creado durante los últimos 10 años. Por ello deben continuar las misiones, por ello la Revolución Bolivariana debe continuar y para ello debe ser reelecto el candidato de la patria. Por la continuidad de las misiones y para que tales cumplan sus objetivos. Así iremos desde el Vivir Viviendo hacia el Buen Vivir.