Los pueblos latinoamericanos caribeños parecen decididos a retomar las luchas independentistas del siglo XIX.
Todo indica que el modelo neoliberal impuesto a partir del Consenso Washington está en decadencia. La ofensiva imperialista de las décadas del 80 y el 90 entró en una etapa crítica.
La acción de los pueblos, la resistencia a las recetas fondomonetaristas y la irrupción de gobiernos dispuestos a defender la soberanía nacional, abren una nueva oportunidad a los latinoamericanos caribeños para marchar hacia la unidad y la segunda independencia.
Las justas consignas de "otro mundo es posible" y el rescate de las "utopías" fueron lemas progresistas y avanzados frente al aluvión neoliberal, el "pensamiento único" y el individualismo exacerbado. Pero ante los desafíos del presente, de la actual etapa, parecen insuficientes y extremadamente defensivos.
¿Cuál utopía defendemos? ¿A qué otro mundo nos referimos? Hoy, somos concientes y estamos unificados en torno a la sociedad que no queremos, que rechazamos. Pero ¿estamos de acuerdo en qué sociedad proponemos y a qué humanidad aspiramos?
El actual desarrollo de las fuerzas productivas puede garantizar, para todos los habitantes del planeta: 1) Alimentación, 2) Educación, 3) Salud, 4) Trabajo, 5) Vivienda, 6) Vestido, 7) Cultura, 8) Deporte, 9) Recreación y 10) Turismo.
Entonces ¿cuál es el sistema alternativo a este perverso modelo actual? Evidentemente, aquel que garantice a la población los diez puntos señalados anteriormente; que podemos afirmar, sintetizan las condiciones básicas para alcanzar una vida digna, en armonía con la naturaleza y sustentados en el más llano igualitarismo.
El desafío de las organizaciones populares, patrióticas, democráticas y revolucionarias de Nuestra América entonces, será el de ofrecer, al pueblo en su conjunto, un programa realista y concreto de medidas y pasos a adoptar para lograr esos objetivos. Esto implica, sin duda, la confrontación con los sectores opresores: las oligarquías locales y el imperialismo norteamericano y europeo. Aquí la tarea esencial, ya no meramente contestataria, sino propositiva: elaborar el boceto de la sociedad que queremos y debemos construir, que unifique al pueblo bajo una misma bandera.
La lucha por la unidad latinoamericana caribeña será un paso esencial en la lucha por una nueva sociedad mundial, la derrota del imperialismo está asociada directamente a esta empresa. La conformación de un movimiento revolucionario a nivel continental, que ofrezca las verdaderas razones para la lucha y constituya una suerte de Estado Mayor de la revolución latinoamericana caribeña, será obra de las organizaciones populares y de los programas unitarios tácticos y estratégicos. La unidad se debe construir sobre sólidas bases propositivas que expongan a los pueblos las verdaderas razones de la lucha revolucionaria y patriótica.
Fernando Bossi
Periodista. Director de la revista Cuadernos para la Emancipación.