Nuevamente se abre el debate nacional en torno a un tema trascendental para cualquier proceso político y mucho más para uno de Liberación Nacional: “la eficiencia”.
Definida como la capacidad de disponer de alguien o algo para conseguir un efecto determinado, es otro concepto que no escapa a la “parcialidad” política, así sin “neutralidad”; por extensión la eficiencia debe ir entonces en plena correspondencia con los objetivos y metas perseguidos y serán estos en definitiva los que darán “apellido” a esa palabra.
Por ejemplo, si una empresa transnacional, y por ende parte integrante del sistema imperialista mundial, habla de “eficiencia” lo está haciendo para alcanzar un efecto determinado (según la definición), “efecto” que además conocemos y el cual será lógicamente diametralmente opuesto a la “eficiencia” a la que debe hacer referencia la Revolución y en eso aún queda mucha tela que cortar en nuestro país.
Quien puede negar que el proceso bolivariano ha generado e impulsado muy buenas iniciativas en materia social y económica que de haberse ejecutado con mayores niveles de eficiencia sus resultados serían realmente impulso para la consecución de objetivos superiores, también sabemos que no son pocos los ejemplos que cualquiera pudiese dar en este sentido.
Por todo lo anterior es que se hace realmente urgente no volver a desperdiciar la oportunidad de abordar el tema cayendo en lugares comunes, en repetición de consignas o superficialidades que deben ser superadas, el tema de una gestión de gobierno revolucionaria eficiente debe profundizar necesariamente en como puede ser ejecutada desde un Estado capitalista altamente burocrático y hasta saboteador de muchas de las decisiones acertadas (aunque no todas lo son) que impulsa el proceso desde la palanca política que es el Gobierno Nacional, este análisis nos llevará a conclusiones que están de “anteojito” pero que no siempre podemos ver.
Sí queremos un gobierno revolucionario realmente eficiente lo primero que hay que hacer es construir un Estado Revolucionario porque las metas de la revolución no van a ser impulsadas por un Estado capitalista como el que tenemos, es la respuesta más sencilla a lo que mucha gente se pregunta: ¿por qué ideas y proyectos tan buenos no se cumplen o se ejecutan con un nivel de saboteo e ineficiencia que se hace merecedor de medidas ejemplares que además no se toman?.
Queremos y necesitamos eficiencia revolucionaria; es decir, acciones que lleven a cumplir los objetivos del proceso político bolivariano para poder avanzar a plantearnos otros más altos.
El autor es: Militante del PCV
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@edgarmelendez79