La tumba de Boves

Por siempre Herrera Luque:

¿Nadie sabe a ciencia cierta quién ultimó a Boves en las inmediaciones de Urica. Se ha dicho que fue Zaraza, pero éste nunca lo terminó de aseverar. Otros dicen que fue un capitán Belisario, con quien tenía viejas cuentas. Horacio Sifontes afirma, y yo también lo he oído, que fue un indio llamado Chiramo, que le servía de espaldero. Así como los nombrados son más de seis a quienes la conseja señala como el homicida de Boves. Juan Uslar Pietri en su famoso libro Historia de la Rebelión Popular de 1814 trae a cuento otra versión muy poco conocida sobre la misteriosa muerte del caudillo. Antes sin embargo, es conveniente que digamos algunas palabras sobre el no menos feroz e implacable lugarteniente de José Tomás Boves, Tomás José Morales?.

Entre Boves y Morales a diferencia no hay más.

Que uno se llama Tomás José.

Y el otro José  Tomás.

Tomás José Morales, canario de nacimiento y sucesor del Caudillo hasta el advenimiento de Pablo Morillo, a quien acompañará como segundo a lo largo de toda su gestión guerrera, era un hombre que, sin tener el carisma del asturiano era de una crueldad inaudita. Luego de muerto y enterrado Boves, circunstancia a la que nos referimos en esta historia. Morales reunió tropa y oficialidad y preguntó con voz clara e inteligible.

Oigan bien, quienes me escuchan. Habiendo muerto nuestro invicto jefe coronel José  Tomás Boves, el ejército del rey ha quedado prácticamente sin jefe. Aunque soy el segundo en mando y pudiera de una vez por todas asumir la conducción del ejército, no he querido hacerlo sin antes consultar a ustedes quien ha de ser el nuevo jefe de los ejércitos realistas. Por eso pregunto: Quién de los presentes se cree con derecho a ocupar la jefatura del ejército de Boves.

1: Yo me siento.

Morales: Muy bien, ¿Quién más?

 2: Yo también, me creo con méritos.

Morales: De acuerdo. A ver, ¿hay otro?

3: Anóteme usted entre los pretendientes.

4: Y a mí también.

5: y a mí.

Morales: ¿Nadie más se cree con derecho a disputarme la jefatura?? Son cinco nada más?

Muy bien, muchachos, cumplan su oficio, y córtenles la cabeza.

Morales: ¿Hay alguien más que se crea con derecho a discutirme la jefatura del ejército real?

Este monstruoso hecho de afirmación política, propia de un príncipe medieval, se conoce en la historia como el Acta de Urica. Las cinco cabezas fritas en aceite y llenas de salmuera fueron enviadas a Caracas y se exhibieron en una esquina del centro de Caracas que por algún tiempo se llamó la esquina de las Cabezas, y que hoy es la popular esquina del Gobernador? Haciéndonos una idea de la clase de asesino que era Morales tomemos el tema de la muerte de Boves.

La noche del 5 de diciembre de 1814, Urica y sus alrededores estaba cubierto de cadáveres y Boves desaparecido, temiéndose entre los suyos que hubiese caído prisionero del enemigo o se encontrase muerto o malherido en medio de la oscuridad de la noche. Morales dio órdenes de recorrer el campo con el objeto de encontrarlo. Él mismo, empuñando un fanal, iba reconociendo el rostro de los caídos. Si pertenecía al ejército patriota era ultimado enseguida.

Versión de Juan Uslar: De pronto en el sitio donde está la Cruz del Perdón, donde suponemos que está la tumba de Boves, Morales se topó con Boves muy mal herido.

Morales: Coronel Boves, ¿como se siente?

Boves: Muy mal?  pero todavía vivo? Menos mal que me encontraste? Ayúdame?

Morales: Dirá  usted para mal, porque ya me cansé de sus injurias y me entraron las ganas de ser jefe.

Morales, con la célebre capa del asturiano, le cubrió la cara y no cesó de apretar hasta asfixiarlo por completo.

Cierta o falsa esta versión, es perfectamente verosímil, tratándose del autor del Acta de Urica.

Cuando Boves estuvo en Caracas a mediados de 1814, el obispo de esta ciudad Narciso Coll y Prats, le ordenó a Morales que había que liquidar a Boves a la menor oportunidad, por orden del rey, por considerarlo éste un peligro para su imperio.

Por cierto que hay una confusión nimbada por una hermosa leyenda sobre el sitio donde está  enterrado Boves. Los mismos habitantes de Urica creen que su tumba se halla bajo la tosca cruz que hay a la entrada del pueblo, conocida como la Cruz del Perdón.

Según refiere la leyenda, cuando se intentó enterrarlo su brazo derecho en rígida extensión se resistía a entrar en el ataúd. Saltaba como un resorte cada vez que se pretendía reducirlo. Una anciana que contemplaba la escena y cuyo hijo había sido muerto en la batalla, pensó que Boves se resistía a ser enterrado hasta que los deudos de sus víctimas no le otorgarán el perdón. La viejecilla, excitando a las demás mujeres a que siguiesen su ejemplo, se arrodilló, diciendo todas a una:

Coro de mujeres: Te perdonamos, José Tomás Boves, por los hombres de nuestra casa. Descansa en paz.

Apenas las mujeres de Urica pronunciaron estas palabras, el brazo de Boves perdió su rigidez y pudo ser enterrado. Tan hermosa leyenda, muy propia de la compasión y bondad del pueblo venezolano fue lo que originó el nombre de la Cruz del Perdón.

Boves, sin embargo, no está enterrado ahí. El padre Llamozas, su secretario y confidente, como lo declara en su carta al rey, lo sepultó al pie del altar mayor de la pequeña iglesia de Urica. Al cabo de un tiempo la iglesia fue destruida por un incendio. Al remodelarse la iglesia el altar cambió de sitio y la primitiva tumba quedó a la entrada del campanario. En esa pequeña habitación hay un rectángulo de dos por tres metros donde los mosaicos son un poco más oscuros que los restantes. Allí exactamente reposa el terrible asturiano, también llamado el Urogallo.

Discursos de siempre en La Victoria:

A uno le enseñaron desde joven que en La Victoria fue sacrificada la juventud caraqueña, hasta el punto que los estudiantes del seminario ofrendaron sus vidas en aras de la libertad.

Sí, eso es verdad: pero eso era cuando uno era joven. Luego de estudiar con más detenimiento la verdadera historia y entre ellos a Laureano Vallenilla Lanz? Muchos dirán el testaferro, el déspota? Será lo que ustedes quieran moralmente; pero como intelectual fue uno de los mejores que ha producido Venezuela.

Pero yo siempre me quedo engalletado. ¿No y que eran jóvenes venezolanos los que estaban de lado y lado buscando la síntesis de la nacionalidad? Pero se me olvida que la historia de Venezuela es historia sagrada y al que discrepe del dogma lo agarra la Inquisición.

El Taita Boves no estuvo en la batalla de la Victoria, estaba herido en Villa de Cura.

El Taita Boves le dio origen a nuestro gentilicio y el legítimo derecho de ser venezolano; porque él era igual a cada uno de nosotros. Pasando a ser el líder indiscutible de aquellos valerosos y valientes lanceros venezolanos del ayer. Quien gracias a su fuerza, valor, destreza, convicción y don de mando desjarretaba un toro como cualquier hijo del inmenso llano.

¡Boves no era realista! ¡Boves odiaba la cultura greco-latina! ¡Boves no manipuló al pueblo! ¡Boves era conducido por él pueblo! ¡Boves es el arquetipo, es la síntesis nacional!

Boves fue el hombre que, en un momento determinado, despertó a las masas explotadas del país y aceleró un proceso igualitario que, en otros países hermanos, no ha comenzado todavía.

José Tomás Rodríguez de la Iglesia, (Boves) primer Comandante del ejército popular venezolano. Timonel y primer demócrata de la Libertad.

Consigna de Boves: Todo para los pardos, todo para los negros.

¡Boves es el Espartaco de nuestra América!

¡Pa?lante Comandante! Lucharemos, viviremos y venceremos.

Hasta la victoria siempre y Patria Socialista.

¡Gringos Go Home! Libertad para los cinco cubanos héroes de la Humanidad.

manueltaibo1936@gmail.com

                                                                                                                                                                                  



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Manuel Taibo


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