Espartaco puso a temblar el aparente invencible imperio romano. Su rebelión de esclavos llegó a las puertas de Roma. Y allí fue vencido por las legiones imperiales. Quizás fue aquella la primera vez que se supo la posibilidad de que aquel imperio había dejado de ser invencible. Después todos conocemos la historia: Roma se fue cayendo a pedazos, muriendo lentamente de sus propias conquistas. El imperio gringo ha comenzado también a caerse a pedazos. Su última aventura guerrerista destruyó la gran biblioteca del legado ancestral mesopotámico. Ha derramado la sangre de los niños, de las madres parturientas de Irak. Y ese crimen es como una pava renovada que anuncia con sonido de cacho de mandrágora su ya cercana debacle.
Ahora el imperio vuelve su mirada de buitre acalambrado hacia lo que considera su patio trasero. Su departamento de estado manifiesta preocupación por el gobierno de Hugo Chávez. Ha expresado que el veguero de Sabaneta es una fuerza negativa en la región. y creemos que en efecto es más que eso: nuestro comandante es nefasto para las pretensiones imperialistas del gobierno de los estados unidos en Venezuela y en Latinoamérica. por primera vez en mucho tiempo el Pentágono siente y está convencido, de que ya no controla la situación venezolana, y que en general se le comienza a escapar de las manos el control de América Latina. Desde algún tiempo ensaya una escaramuza de micrófonos que por supuesto ha perdido con la contraofensiva de nuestro gobierno revolucionario. La vocería mamarracha de la casa blanca ha hecho el ridículo. Y no ha sido capaz de explicar, cómo es que un Pueblo que ellos consideraban obnubilados con su famosa American on Line, los ha mandado a bañarse con jabón de bolas. Se quedan mudos ante el apoyo que nuestro bravo Pueblo tributa a su presidente Chávez (más del 75% de la población). Esta es la verdad que ellos quieren ocultar. Esa es la razón por la cual, antes de salir Telesur, ya lo están atacando. Y con el cuento de pegar primero para pegar dos veces, ya aprobaron la resolución para invadir nuestro espacio radioeléctrico. Se volverán a ir de jeta como se va de bruces su Homero Simpson cuando el diabólico Bart le atraviesa un garrote al pie de la escalera, después de haberle agarrado el trasero, y escupido la comida. Más nunca volverán a ponerle sus pezuñas a la riqueza nacional. Esa estación televisiva que ellos pretenden endosarle a nuestros oídos revolucionarios, quedará para hacer bailar a las cucarachas que sueñan con ser cucarachas yankees.
¡Vade retro halcones que más bien son zamuros de la vergüenza de la especie humana!
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Si no fuésemos capaces de construir un mundo mejor, entonces nuestra vida sería suceptible de ser revisada por aquellos que están trabajando en ese noble propósito.
