Con una gran tristeza he podido observar, luego de la alocución del presidente Chávez con motivo de su enfermedad, como personas de oposición han hecho fiesta en las redes sociales sobre la nueva recaída del Comandante. Así, hemos observado diversos comentarios que desdicen profundamente de los más elementales valores y principios humanos. Ahora bien, esta actitud, cuestionable en lo ético y moral, nos deja ver un conjunto de elementos que necesariamente hay que analizar. En primer lugar, algunos de tales comentarios, fuera de todo asidero y completamente descontextualizados, simplemente reflejan algo que coloquialmente se ha expresado como: "Chávez los tiene locos". Y es que ciertamente hay opiniones que denotan un desespero tal que raya en la pérdida de la cordura. Esta es una de las secuelas de todo un grupo de derrotas que se consolidaron el pasado 7 de octubre y de las cuales todavía muchos, que asumen la pugna política desde la óptica del fanatismo, no se recuperan.
En segundo lugar, el comportamiento de ciertos opositores demuestra un gran odio contra la figura del Presidente y todo lo que a él se le parezca; un odio que se ha manifestado de manera organizada en tiempos pasados. El paro petrolero, el golpe del 11 de abril, las guarimbas, la toma de la Plaza Altamira, entre otros, son ejemplos de cómo el odio puede incitar acciones radicales de toda índole, sin importar las consecuencias. En este sentido, hay que estar alertas frente a sectores de la ultraderecha, quienes nunca han creído en el escenario electoral fundamentalmente porque no les permite liberar su odio, que pudieran estar fraguando nuevas conspiraciones. No obstante, la madurez política del Gobierno y del Pueblo hoy, no es la misma de otros tiempos, por lo que la capacidad de respuesta igualmente ha cambiado. Ojalá y estos derroteros no sean los que nos vienen por delante.
Otro elemento que surge en esta actitud de la derecha venezolana frente a la enfermedad de Chávez, es un profundo sentimiento clasista, racista y sectario. Para la oposición, el Comandante siempre ha sido un "indio", un "mono", "un niche". Una de las cosas que más les afecta en términos emocionales, es que ese campesino de Sabaneta, con reales y orgullosas raíces indígenas, que rompe a cada rato el protocolo para abrazar a su pueblo y hablarle en su idioma, no solo llegó al poder hace 14 años, sino que les ha ganado una tras otra todas las contiendas electorales en las cuales su figura ha estado en juego. Además, esa actitud de Chávez, manifestada también en su acción de Gobierno en defensa de los más humildes, de los excluidos de siempre, le ha llevado a ganarse el amor sincero de todo un pueblo como nunca antes ningún otro mandatario lo había hecho. Y si eso fuese poco, el que ellos llaman "pata en el suelo" se ha convertido en un líder mundial, reconocido en todos los países, que ha unido una buena parte de la América Latina, que ha integrado a Venezuela en mercados internacionales y que ha roto en gran medida con la dependencia de los Estados Unidos, abriendo nuestra patria hacia un mundo multipolar lo cual ha permitido, entre otras cosas, el inicio de la conquista del espacio exterior.
Finalmente, la posición que han asumido elementos contrarios a la revolución, al enterarse de la recaída de Hugo Chávez, demuestra que la opción del magnicidio sigue para ellos vigente y que en nuestro país hay un exceso de libertad de expresión. Resulta realmente lamentable leer en Twitter o en Facebook, como personas abiertamente le desean la muerte al Presidente. Luego dicen aquí y fuera del país, que en Venezuela se vive una dictadura, que la gente no puede expresarse abiertamente y toda una serie de mentiras a ver si, repetidas muchas veces, logran transformarse en una verdad, incluso para ellos mismos. Habría que preguntarse cuál de sus modelos de gobiernos permitiría cosas de este tipo: ¿será que alguna persona en Estados Unidos podría desearle la muerte a Obama sin consecuencias? Así como ellos, muchos otros, de cuello blanco y en el silencio para guardar las apariencias, apuestan a que Chávez muera planteándose un futuro negado de vacío de poder y una huída en desbandada de los sectores revolucionarios. Craso error. No solo porque el sentimiento mayoritario en este pueblo y en los pueblos del mundo es la sanación del Presidente, sino porque esta revolución ya tiene logros materiales e inmateriales que son irreversibles. La conciencia popular, la capacidad de organización y de respuesta de los sectores populares venezolanos, son las armas más potentes con que cuenta este proceso bolivariano, garantizando que no hay vuelta atrás. Como ser humano ante todo, como un hombre formado en la izquierda desde antes que apareciera Chávez en el escenario político, apuesto por la salud y recuperación de nuestro Presidente, llamo al rescate de los principios humanos por encima de cualquier diatriba política y confío en el futuro de esta revolución contra todos los enemigos que le vengan. ¡Viviremos y estamos venciendo!
afarina46@yahoo.com
Doctor
Departamento de Biología
Núcleo de Sucre de la Universidad de Oriente. Cumaná.
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