16D: el liderazgo mediático opositor vuelve a salir derrotado

Hay gente que cree que con una cuña política que dice “vente pa' tu casa”, “la vieja política” o “vota o calátela”, puede revertir el peso en la política venezolana, producido por un pésimo liderazgo de los medios de comunicación. No quieren aceptar que las riendas de la oposición política al gobierno venezolano lo llevan, principalmente, los medios de TV, prensa y radio. Las Colomina, Carla Angola, Nitu Pérez, Alberto Federico Ravell, Enrique Otero, Leopoldo Castillo y muchos otros más, llevan 14 años disfrazando como democráticas, acciones que buscan satisfacer los intereses y las intenciones de los dueños de los medios de comunicación. Más de una década induciendo, exhortando, manipulando y hasta declarando abiertamente, qué debe hacerse para sacar a Chávez del poder. Han sustituido ilegalmente y en forma autocrática el liderazgo político real y éste, lo ha permitido bajo el acuerdo de disponer de una fácil promoción en caso de requerirlo.

Chávez quien jamás se plegó a esa línea de acción, es famoso además por haber conquistado el poder y haber derrotado al “punto fijismo”. Pero más que eso, ha pulverizado la perversa intromisión, casi siempre oculta, de los medios de comunicación y del poder económico; poderes que en nuestros días llegan a formar uno solo y suplantan al político. Algo más de esta situación, es que a diferencia de los partidos políticos tradicionales, cuando un medio de comunicación, como Globovisión, sale derrotado en una elección, como sucedió el 7O, no se ve obligado a rectificar u modificar su estrategia o comportamiento. Frente a una debacle tal, un partido político debería plantearse sustituir su liderazgo y recurrir a otros individuos que ejecuten ideales alternos, pero con los medios ello no sucede y hasta se mantienen los mismos “anclas”. Uno se cansa de ver a Carla Angola, diciendo disparates e idioteces noche tras noche, presentando como opiniones o ejercicio real del periodismo constantes llamados a votar por una opción política contraria a la del gobierno actual más, tras un rotundo fracaso electoral ni siquiera pide disculpas por las sostenidas falsedades y equivocaciones que cometió en su mala praxis diaria. Eso no ocurre y muy por el contrario, la señora Angola se limita a invitar a una docena de políticos y preguntarles, como quien está ajeno al asunto: “¿qué falló?” o “¿cuáles fueron las equivocaciones que cometió la oposición?”. Luego, 2 o 3 semanas más tarde, reincide en el mismo proceder. En eso ella lleva 14 años continuos y nadie pide su salida o sustitución.

Lo mismo sucede con la mayoría de los otros presentadores, anclas y falsos entrevistadores, que han hecho del ejercicio del periodismo una deleznable profesión. Y mientras este maligno esquema se repite una y otra vez, los medios favorecen algunas voces políticas que sin la menor experiencia ni juicio político, proclaman cualquier disparate como por ejemplo, asegurar que el sistema electoral es perverso. Pero que, 4 o 5 semana más tarde, esos mismos actores políticos se inscriben como candidatos o salen a votar temprano en cualquier contienda ante el mismo sistema electoral que denunciaron previamente, demostrando con hechos la incoherencia de su creencia y pensamiento.

De modo que yo defiendo al elector, opositor que se negó a votar este domingo 16 de Diciembre. No se le puede acusar ligeramente de desidia, desinterés o comodidad. Su pasividad puede haber sido un “basta de decirme mentiras una y otra vez, para que en un par de semanas más tarde, se divulgue una cuña televisiva que me diga vota o cálate callado lo que ocurra”. Así pues, no se le debe señalar fácilmente, dado que se le aseguró una victoria el 7O innumerables veces. Más tarde se le dijo que la derrota era producto de un fraude ventajista, y que el sistema era injusto e inapropiado. Por lo tanto, el gran culpable de esta nueva derrota de la oposición es el pésimo liderazgo que tiene. Un liderazgo irresponsable, descoordinado, oportunista, sin experiencia, mentiroso y descarado, que no puede ni podrá convocar, motivar, influenciar, más allá de aprovecharse del odio al presidente que los mismos medios han inoculado en la población por más de 5000 días seguidos de programación. Un liderazgo usurpado por los grandes medios de comunicación, con la desvergonzada aceptación de los verdaderos políticos.

Razón tenía Séneca cuando expresó: "Cuando un hombre no sabe hacia dónde navega, ningún viento le es favorable".

alberto_salazar_2007@yahoo.com


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