Rosalio Castillo Lara, mejor conocido en los bajos fondos como zamuro negro, llamó este fin de semana a una emisora de Miami para contribuir con la campaña de descrédito que Bush y sus halcones han emprendido contra el gobierno venezolano.
Chávez, en una posición que considero correcta, optó por no responderle. Ya le había dicho la semana anterior lo que tenía que decirle y no iba a enfrascarse en un debate con un alcahueta como el retirado Cardenal… águila no caza moscas.
Pero yo no soy Chávez, y mi siento indignado por la posición de quien se supone es un líder espiritual; por ello, voy a intentar en el poco espacio del que dispongo, fijar posición sobre el tema.
Zamuro negro al afirmar que en Venezuela ocurrirá "un baño de sangre" si el Presidente no es derrocado, intenta colaborar con el gobierno gringo en su campaña por aislar a Venezuela y crear las condiciones para una invasión.
Justo cuando los gringos afirman que Chávez intenta desestabilizar Bolivia y ha creado un canal de televisión para difundir mensajes en contra de Norteamérica, Rosalio llama a una emisora de ese país para echarle leña al fuego. Razón tiene el Premio Nobel de Literatura, José Saramago, cuando afirma que las acciones de la oposición venezolana sólo inspiran desprecio.
Asco le agregaría, este humilde aprendiz de columnista, al sentimiento que inspira un opositor como Castillo Lara, quién por su condición de religioso, está llamado a defender a los humildes, a llevar el mensaje de Cristo por todos los rincones y ha promover la solidaridad y la paz; pero que por el contrario se dedica a ofender al pueblo, a promover la desobediencia civil y a inducir a acciones que según él mismo afirma conducirán a un baño de sangre.
Ese zamuro negro que dio declaraciones a la emisora gringa, es el mismo que el 16 de agosto de 2004 me motivó a escribir un artículo titulado: Más Vendida será su Madre, señor Cardenal; pues ante la avalancha de pueblo que salió a la calle a defender con su voto el líder de la revolución venezolana, no se le ocurrió mejor idea que insinuar que somos unos muertos de hambre sin conciencia, capaces de vender nuestro voto por cincuenta dólares… así, igual que los líderes de pacotilla que tiene la oposición, actúa Rosalio.
Pero no siempre, zamuro negro, ha sido tan combativo. Difícil, para un pueblo mayoritariamente católico como el nuestro, será olvidar la indiferencia con que actuó Rosalio ante la matanza que ordenó Carlos Andrés en aquellos tristes días del 27, 28 y 29 de febrero de 1989.
Silencio, total silencio e indiferencia fue la respuesta de quien en ese momento era el segundo hombre más poderoso del Vaticano. Hoy intenta justificar su apoyó tácito a aquella matanza, argumentando estúpidamente que no se encontraba en el país. Acaso ¿no se encontraba también fuera del país (en Roma) cuando no perdió tiempo para afirmar que el pueblo venezolano estaba contra Chávez, pero que su conciencia era tan pobre que había vendido el voto por cincuenta dólares? … no sea cobarde Cardenal, asuma con dignidad la responsabilidad de sus actos.
Hoy Castillo Lara afirma categóricamente que no se trata de un pronóstico sino de un hecho concreto, el que en Venezuela ocurrirá un baño de sangre. Conociendo al sujeto creo que hay que prestarle atención, pues desde hace mucho tiempo ha estado vinculado a delincuentes capaces de destruir y asesinar, si con ello obtienen algún beneficio político o económico. No hay que olvidar que tanto estuvo vinculado a aquellos hechos que comenzaron con el desvío de una marcha contra la cual usaron, posteriormente, francotiradores para generar dolor y muerte; sólo con el fin de justificar un golpe de estado contra el presidente Chávez.
No tenemos quienes abrazados estamos a sueños de justicia, libertad e inclusión motivos para provocar un derramamiento de sangre en Venezuela; por el contrario anhelamos paz y oportunidades para trabajar en beneficio de las grandes mayorías. Tampoco tiene la oposición la capacidad de movilización para generar una situación de caos que pudiese culminar con un baño de sangre… ¿por qué está tan seguro entonces, zamuro negro?
Algo oculta el satánico obispo, en alguna conspiración ha de estar involucrado; mas conveniente para él y sus aliados es que sepan que no habrá pedazo de tierra, ni piedra bajo la cual ocultarse si intentan un magnicidio contra nuestro comandante.