Las organizaciones humanas han creado estructuras piramidales, supra sociales, que han respondido en todos los tiempos a las necesidades de la élite que dirige y conduce la sociedad. La dinámica económica, la forma en que se producen los bienes para la vida y la reproducción del modelo imperante, están integrados en un engranaje permanente para darle vigencia a la desigualdad, la riqueza y la pobreza.
Uno de los instrumentos utilizados históricamente hablando en la dominación de una minoría sobre la mayoría de la población, ha sido la represión brutal, el miedo y el individualismo. La esclavitud, por ejemplo, en nuestra América, se impuso con el látigo, el castigo, la muerte. Las sociedades africanas fueron destruidas, desapareciendo parte de su cultura, por la desmembración de sus comunidades, el secuestro de familias y su destierro a territorios desconocidos, convertidos en mercancía y calificados como desalmados. Su libertad obtenida fugándose de las haciendas, significaba su propia muerte o su organización para la resistencia en Cumbes, Quilombos o Rochelas, recibiendo el nombre de Cimarrones. Esos luchadores, como José Leonardo Chirinos, Andresote o el negro Miguel, representaron poder popular para cambiar la situación de esclavitud, contra un régimen inhumano y contranatural, convertidos en objetos de trabajo y enriqueciendo a sus amos con la producción de cacao, café, caña de azúcar. Los reyes de Europa y el poder de la iglesia católica, imponían cárcel e inquisición a los que retaran los mitos y mentiras difundidas en la edad media y perseguían a los que decían verdades que contradecían al poder monárquico, como lo hizo Galileo Galilei, quien afirmó que la tierra se movía y fue condenado a muerte, de no se retractarse. A los reyes los sostuvo la religión católica, mientras condenaba a los que se le oponían. Esa misma estrategia surtió mucho efecto con la agresiva, despiadada y genocida conquista y colonización en este continente. Pero había un poder subyacente, que se expresó y accionó con fuerza y sabiduría, la resistencia indígena de nuestra América, contra los ejércitos españoles diseminados por toda la geografía del nuevo mundo.
Los hijos de españoles nacidos en tierra americana, conocieron de revoluciones, donde se hablaba de igualdad, fraternidad y libertad. Francia dejó el mensaje de la ilustración a Venezuela y toda la patria latinoamericana. Los Estados Unidos, dieron el ejemplo contra Inglaterra y los expulsó de esa región. Nuestros libertadores, nuestros patriotas, emprendieron una larga guerra en el siglo diecinueve, por la independencia y contra el imperialismo español, pero la participación del pueblo humilde, pobre y desposeído al lado de ellos, determinó el rumbo de esa revolución y la derrota del ejército de España. Siempre las informaciones descalificadoras hacia los patriotas, crearon dudas en la población.
Hoy, se desarrolla la revolución bolivariana en nuestro país y su dirección la decidirá el pueblo mayoritario, cuando supere los mensajes del otro poder: el poder de los medios de comunicación y su campaña desmedida y premeditada contra este proceso de transformación y cambios que vive Venezuela.
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