El proceso político venezolano es producto de un hecho histórico sin precedentes. Se erigió un gobierno popular antiimperialista, en contra del capitalismo, enfrentado a la oligarquía interna, sin tomar el poder por las armas. Ese elemento no puede dejarse de tomar en cuenta, para comprender la candente diatriba en el diario acontecer nacional.
No es verdad que se ha destruido la estructura del capitalismo en Venezuela, aquí en nuestro país, está muy vital la dinámica del mercado y la mercancía, como mecanismo económico y permanecerá por mucho tiempo. Porque es una realidad evidente la existencia y coexistencia de dos formas de concebir la sociedad y la polarización producida por ello. La diatriba, se mueve en torno a debilitar al contrario, el escenario parlamentario nacional así lo demuestra, los dirigentes de oposición no dan la talla ante una consolidada bancada del chavismo. ¿Pero… esto asegura el cambio?
Las revoluciones conocidas, sin excepción, se desarrollaron mediante la lucha armada y el acceso violento al poder político. El ejemplo más cercano es el de la República de Cuba, nación hermana del Caribe y Latinoamérica, la cual recientemente cumplió cincuenta y cinco años, desde la llegada de los jóvenes revolucionarios a Santiago , la Habana, Santa Clara, liderizada entre otros por Fidel y Raúl Castro, Ernesto Guevara de la Serna (El “CHE”), Camilo Cienfuegos. Sin embargo actualmente, se aplican reformas económicas y sociales, para asegurar la continuación del proyecto de la revolución, el bloqueo no ha debilitado la fuerza del pueblo cubano.
Uno de los problemas en el avance de la transformación propuesta en Venezuela, es la ineficiencia de una gran cantidad de gobernadores, alcaldes, diputados, concejales, ministros y funcionarios de diferentes calibres, que demuestran una práctica totalmente divorciada del discurso socialista y humanista. Personas que hoy ostentan bienes inalcanzables con el sueldo que reciben y no dan explicación alguna de cómo los obtuvieron. Las investigaciones en la Asamblea Nacional, también deben dirigirse hacia los camaradas acusados de corruptos.
El estado venezolano se caracteriza hasta hoy como humanista, tal como lo establece la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, es realmente un Estado de bienestar, propende a saldar la deuda social adquirida de la cuarta República que empobreció a la ciudadanía y la sometió a una desigualdad bárbara, propia de los países coloniales sujetos a la dominación de otras naciones y así era, nuestro petróleo beneficiaba a una minoría del país en Venezuela y desarrollaba a la gran potencia norteamericana. Somos independientes, Venezuela contribuyó y es el alma de los organismos internacionales que permiten avanzar hacia la transformación nacional y de nuestra América: La CELAC, UNASUR, La ALBA, El SUCRE, PETROCARIBE, son estructuras internacionales defensoras de nuestra soberanía. El Socialismo está muy a la distancia, las Comunas se quedaron y quedarán en el tiempo, es un intento fallido dentro de una época donde el capitalismo se globalizó ideológicamente, tanto, que los exponentes de ese sistema, los encontramos en las filas de nuestra propia revolución. La ética revolucionaria debe prevalecer.
orlandobalbas27@gmail.com