Una vez más el pueblo de Venezuela dio muestras de una gran conciencia cívica y salió a votar, cumpliendo con el deber y derecho que nos está consagrado en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. Negar este hecho equivaldría a proclamar la ilegitimidad del gobierno de EE.UU., o el rechazo al sistema electoral de ese mismo pueblo, cuando en elecciones presidenciales, de segundo grado por cierto, alcanza cifras de abstención muy similares a las registradas en Venezuela en esta ocasión.
Históricamente y no sólo en Venezuela, sino en el ámbito mundial, los comicios para las Juntas Parroquiales o Municipales motivan suficientemente al electorado. Bien porque no se siente representado por las candidatos/as postulados/as, o por el desconocimiento mismo de la importancia que estas elecciones tienen para llevar a cabo los planes y necesidades de la colectividad de estos municipios o parroquias. Ámbito donde se pondrá de manifiesto la Contraloría Social para determinar el buen funcionamiento de las escuelas, centros de salud, atención al ciudadano, medio ambiente y conservación del mismo.
Indistintamente de sus preferencias ideológicas y soportando durante años, el bombardeo hacia el Consejo Nacional Electoral (CNE) por todos los medios audiovisuales y escritos. Conductores de programas de opinión, quienes prácticamente y sin la menor ética y mesura, con o sin ningún conocimiento de la realidad política transformadora hacia donde se está conduciendo el país, se empeñaron en bombardear la participación, llegando al paroxismo de estimular a sus entrevistados a derramar su odio y veneno sobre este cuerpo rector. No faltaron, incluso, llamados a la violencia o la desobediencia civil. Cualquier epíteto resultó corto para tratar de desmoronar la imagen del CNE y en especial, la de su Presidente, Dr. Jorge Rodríguez.
Elecciones impecablemente organizadas por el CNE, un ente qué, como nunca antes, ha sido tan vituperado, difamado, agredido y vilipendiado, también como nunca antes, vinieron al país observadores internacionales tanto del continente latinoamericano como de Europa. Tuvieron pleno acceso a los centros de votación y vieron como se condujo el proceso comicial. Igual y pleno acceso tuvieron todos los medios de comunicación, aún aquellos que el mismo día de los comicios se montaron sobre la estrategia de desestimular la participación ciudadana.
Lo más vergonzoso es que aquellos que se llaman “oposicionistas” llamaron al NO VOTO ¿? Activo,.pero los tarjetones, ¡ay los tarjetones!, los llenaron con diferentes candidatos. No obstante ello y después de haber sufragado tuvieron la desvergüenza de presentarse algunos de estos en los medios de desinformación para manifestar “su desconocimiento del CNE”, ¿mayor descaro? Imposible. Ya tenían algunas proyecciones, porque la intención de voto no es secreta, aquí todo el mundo sabía por quien votaría el pueblo. Encuestas de la misma oposición dieron los mismos resultados que hoy está proporcionando el CNE Lo que ocurre es que estos personajes permanecen obsesionados por el poder, no terminan de acostumbrarse a la idea de que Venezuela cambió para siempre.
Por más que se apoyen en medios, recursos inagotables o la mentira, de algo estamos seguros: NO VOLVERÁN. Primero, por que son bien conocidos por este pueblo que los soportó por más de medio siglo y segundo, porque no los escucha nadie o sólo una porción de ellos mismos, que aún está sufriendo por las consecutivas derrotas que se les ha propinado y tercero, porque se repiten, no cambian el discurso en cada una de las emisoras radiales o audiovisuales desde donde hacen política sin pisar un barrio. Siempre los mismos personajes, sin crédito alguno y sin nada que buscar ni que ofrecer...aunque sí...algo buscan y siempre encuentran: ¡una derrota más!. Los voceros de estos penosos personajes se veían frente a las pantallas de televisión: demudados, tristes, con la mirada pérdida y causando más pena ajena que cualquier otro tipo de sentimiento adverso.
En previas elecciones para Juntas Parroquiales y Municipales el pueblo no tenía el mínimo conocimiento de la importancia de ejercer este derecho de votar por aquellos candidatos de su preferencia, quienes serán sus representantes directos en los municipios o parroquias. Las excelentes campañas divulgadas por el CNE, tanto por los medios audiovisuales como escritos, fue un elemento de vital importancia para su conocimiento, por eso, aunque les duela se bajó la abstención en más de siete puntos porcentuales. Cierto que no se obtuvo el nivel de participación que exige una democracia como la nuestra. Habrá que analizar el asunto. ¿Triunfalismo?, ¿Mala gestión en esos niveles?...quizás. Debemos hacer un análisis profundo y verdadero para que en futuros comicios pongamos el corazón y más esfuerzo para salir a votar y para mantener este proceso.
Para finalizar, debemos recordar que Roma no se hizo en un día...y el proceso de transformaciones sociales, políticas, económicas, culturas y de cualquier índole, no sólo debemos SINO QUE TENEMOS QUE LLEVARLAS A FELIZ TÉRMINO...
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