Crónica de una evasión anunciada. Esto tenía tiempo gestándose. Desde tempranas horas de la mañana se incumplieron con todos los requisitos para aquellas personas que se encuentran privadas de libertad por ser criminales y haber sido juzgados y sentenciados a las penas que les corresponde –aunque muchos de éstos merecen cadena perpetua- por los crímenes cometidos. Es una pena que en Venezuela aún no exista esta condena habiendo tantos criminales que se la merecen.
Estando sometidos al régimen condenatorio en un recinto militar, se suponía que habría mayor seguridad. Craso error.
Con la complicidad de los guardias que supuestamente estaban encargados de su custodia, estos criminales se pasaron tres puertas de seguridad, aproximadamente entre las 12 y 1 a.m. Con un plan perfectamente concebido y después de haber pagado a sus custodios –por la plata baila el mono- tuvieron la bicoca de 12 a 13 horas para escapar, con toda la logística perfectamente concebida, ya que una vez que se volaron las puertas de seguridad, seguro está que un rústico de última generación, nuevo, de paquete, los aguardaba para trasladarlos, bien a las costas falconianas o al Estado Táchira, que es donde se vuelan todos los evadidos de la justicia venezolana, como lo hizo Carmona Estanga en su ocasión y otros militares golpistas que viven en la Hermana República, sin faltarle comodidad alguna.
Es por ello que el Presidente Chávez hace tanto énfasis en la CORRUPCIÓN. No sólo tomar unos dineros del Erario Nacional, sino que la falta de valores morales y por ambiciones personales se prestan para cometer delitos de esta naturaleza.
No es justo que estos criminales hayan optado por burlar la justicia bajo los auspicios de la embajada de USA. Bien seguro que allá van a ir a solicitar asilo político, pues están empeñados en que no son criminales sino presos políticos y no políticos presos que es muy diferente.
Lo que me dio tremendo gusto fue ver que después de la euforia y transmisiones en directo por Goblovisión ¿sería que sabía?, y convocar a una marcha de solidaridad contra estos delincuentes, siendo el de mayor relevancia el sindicalista analfabeto Carlos Ortega, no por sindicalista ni analfabeto, sino por criminal. Convocaron a la Plaza Altamira, -El Muro de Lamentaciones de los golpistas- y cual no sería la sorpresa que aparte de algunas personas que se encontraban en la plaza por razones de recreación, los que se acercaron a la gran protesta no pasaban de 10 a 20 personas.
Todavía no han comprendido que nadie quiere nada con estos criminales, y como un regalo del cielo, cayó tremendo chaparrón, no les quedó otra alternativa que irse con sus carteles fascistas, a refugiarse en sus respectivas casitas. Ni siquiera los eternos medios televisivos y radio eléctricos golpistas se acercaron a la plaza, pues como que intuían que ese llamado no tendría eco.
Ahora le resta a las autoridades competentes llevar esta averiguación hasta las últimas consecuencias y la captura de estos criminales y de ser posible, redoblarles la pena que ya les había sido impuesta.