Antes de asistir a una conferencia dictada por el Dr. Heinz Dieterich en el auditórium de la Procuraduría General de la República, cuyo título “Socialismo del Siglo XXI”, se convirtió en expectativas interesantes dado el nivel del conferencista, quien de alguna manera es considerado uno de los ideólogos del Presidente Chávez. Recorrían por mi cabeza muchas ideas acerca del socialismo del siglo XXI, o de nuevo tipo, o adaptado a las nuevas realidades nacionales e internacionales.
La disertación hubo de encontrarse consigo misma, cuando se tocó la temática interna y los factores que deberían estar preparados para adelantar el proyecto revolucionario y que no estaban constituidos en una vanguardia segura y confiable, requisito indispensable fuera de los partidos políticos para consolidar el proceso, este planteamiento desnuda una realidad del proceso político venezolano actual que es urgente superar. En pocas palabras toda revolución aunque sea democrática y en libertad requiere de la formación de una vanguardia que sirva de eslabón entre los ciudadanos y su gobierno, que interprete realmente sus necesidades y coadyuve a resolverlos.
Plantea además el Dr. Dieterich, que no hay tercera vía, el dilema está entre el neoliberalismo y el capitalismo social de Estado, lo que por supuesto reduce la discusión a terrenos más concretos, pero abre curiosamente otra ventana que tiene que ver con la forma y el fondo del concepto de socialismo que deberíamos manejar y la praxis de lo que queremos para Venezuela.
Por otra parte, el expositor se refirió a un aspecto que se viene manejando a nivel de algunos círculos de discusión y que si se quiere forma parte importante de la agenda individual de muchos compatriotas, como lo es, la circunstancia de control de poder que se origina en el seno mismo del gobierno, inclusive con la presencia de lo que se ha denominado una derecha política ideológica de concepción adversa al planteamiento de socialismo, esto dicho de esta manera a efectos de separar y comprender lo que está pasando.
Por supuesto que esto último es de extrema gravedad y permite aclarar algunas cosas que están ocurriendo acerca de la eficiencia para tomar decisiones de gobierno y que estas lleguen a los ciudadanos. A título de ejemplo y esta es una señal que habría que analizar con detenimiento y quienes conocen de la materia presupuestaria lo comprenderán de mejor manera, que al cierre del mes de junio del presente año se ha ejecutado tan solo el 8% (promedio) , del presupuesto nacional. Al respecto no queremos participar por ahora de la diatriba que esto seguramente producirá, lo único que podemos decir es que es preocupante tal nivel de gasto si evaluamos por ejemplo lo que está ocurriendo con el atraso en la construcción de viviendas por solo mencionar uno de los programas que llamaríamos bandera del presidente Chávez.
Volviendo al asunto conceptual, algo común a dos hechos históricos marcó definitivamente mi concepción del asunto con respecto al tipo de socialismo y los alcances de éste, me refiero al acompañamiento de las grandes masas en la construcción de ambos modelos. En el caso de la URSS, el poder se convirtió en un cenáculo de cerca de 4000 personas constitutivas del Comité Central del Partido Comunista y otros círculos allegados que literalmente secuestraron la experiencia socialista, al respecto que diferencia sustantiva como dice Dieterich existe entre esto y los 4000 o más dirigentes empresariales en EEUU que controlan la economía mundial y el poder de decisión de los gobiernos en Norteamérica, quizás ninguna desde el punto de vista del análisis político económico que podamos hacer.
En el caso cubano la historia y la experiencia es otra y radicalmente opuesta, nunca ha habido alejamiento de la imbricación con el pueblo, por ello, el imperialismo no ha podido derrotar la férrea unidad de los cubanos y el apoyo a su líder máximo. Creo que son realidades incontestables que nos sirven en principio para hablar de estas cosas.
El Presidente de Uruguay, Dr Tabaré Vásquez, hace una descripción taxativa del Socialismo, al referirse al equilibrio entre la Libertad por una parte y la Justicia Social por la otra, requisitos indispensables, cuyo equilibrio lo llama socialismo. Como pueden ver la interpretación del socialismo aplicable en América Latina puede tener muchas lecturas, lo que nos dice que no hay nada definitivo en cuanto a entender el socialismo en el contexto capitalista, porque hasta ahora nadie salvo algunos personajes de la izquierda tradicional se han referido al socialismo posible y utópico en contravención o antagonismo con cualquier forma de expresión burguesa.
Indudablemente que hay entonces un largo trecho entre el concepto de socialismo que se quiere y el que se ha de aplicar obedeciendo en estricto a lo conocido hasta ahora sobre el socialismo científico y utópico. A nuestra manera de ver, la contradicción está planteada en varias aristas que pueden ser irreconciliables, digo esto, si agregamos lo dicho por Dieterich acerca de las alianzas en Latinoamérica y el Caribe, cuando describe el que pasará si Fidel muere, si Lula definitivamente da el giro hacia la derecha de centro, si Kirsner en Argentina tuerce el brazo hacia la cada vez mayor presión de los factores de poder tradicionales en Argentina y lo propio ocurriera con Tabaré Vásquez en Uruguay, aunado al papel que comienza a jugar Colombia en el ajedrez impuesto por el imperio. Por supuesto un panorama elocuentemente pesimista pero no descartable del todo y al que hay que considerar en el análisis de estas cosas, más, cuando el proceso integrador se convierte en uno de los aspectos fundamentales de la política de nuestro gobierno.
La pregunta de siempre, se hace presente de nuevo, luego de exponer los planteamientos anteriores, es obligante reflexionar sobre algunas interrogantes, es posible el socialismo en Venezuela, qué alcances pudiera o debiera tener, qué tipo es aplicable, la construcción de una vanguardia efectiva es posible en el corto plazo, el nivel de conciencia revolucionaria que no existe actualmente es posible implementarlo como acelerador de la vanguardia, cuál es el papel del líder, de los partidos del cambio, quiénes deben conformar la vanguardia. En definitiva son asuntos internos al proceso que deben ser resueltos internamente y de manera expédita. Si esto no se logra los supuestos anteriores pueden cumplirse y la revolución tendería a convertirse tan solo en una democracia social, burguesa, quizás antiimperialista pero sumamente aislada en el campo internacional y allí, sí es verdad que vemos el real verdadero peligro, comparable solo con lo que pudiera ocurrir internamente y de lo cual hablamos con anterioridad.
No quisiera terminar sin antes tocar otro aspecto importante que debemos no perder de vista, me refiero al tipo de gobierno que tenemos, la forma de alcanzarlo y el nivel de respaldo electoral y de masas. El gobierno su constitución y fines está enmarcado fielmente en la Constitución Nacional, se alcanzó por la vía electoral, lo que ha de repetirse consecuencialmente, los programas sociales y misiones se han constituido en la fortaleza. Pero, y esto hay decirlo y repetirlo cada vez que sea necesario, las misiones no deben ni pueden ser permanentes, deben ser sustituidas o mejor dicho consolidadas como políticas de Estado, es decir parte de él, el desarrollo del aparato productivo con la incorporación efectiva de la población es un norte sin abandono y allí en nuestro concepto está el éxito inacabable del proceso si lo queremos seguir llamando revolucionario.
Por último, queremos agregar, que esta fuente de discusión debe cada vez más dar aportes desde todos los sectores del proceso para salvarnos de la derecha que acecha en lo interno del país y de la revolución y de los factores externos que aúpan a los anteriores.