Mi mensaje a esta juventud del siglo XXI

“Censúrase a los jóvenes el creer que

antes que ellos no existía el mundo. Y a

menudo creen los viejos que el mundo ha

de acabarse cuando ellos mueran.

¿Quién es peor?

Hebbel



Existen quienes piensan que ninguna otra edad, como la juventud, ha sido más exaltada, cantada i poetizada, pero igualmente censurada, como lo es esta etapa bella i fugaz, que hace frente a los retos, a los mitos, a lo desconocido i, acumulando dudas i persiguiendo verdades i conocimientos, acumula valores para desarrollar una filosofía del mundo i de la vida –una weltanschaung como se dice en alemán− un conjunto de creencias, patrones morales tradicionales (que luego con pensamiento creador convertimos en éticos) i sobre todo forjamos nuestra propia identidad, para vivir cerca de la naturaleza, o sea, tener idea de quien es, a donde van sus pasos i cuales las posibilidades para llegar a un destino promisor, que abra caminos de libertad, de justicia i amor, para los que vienes detrás. La brevedad de este período de la existencia, como es breve toda la vida humana así alcance una avanzada edad –siempre recurro a la metáfora de ser la vida, como la sombra del vuelo de una gaviota sobre la arena de la playa− lo que precisamente nos induce a no desperdiciar el tiempo. El tiempo es lo más precioso e irrecuperable en la existencia.

I así como un destino ignoto, escogió esta tierra para ser cuna del Primer Ciudadano del Mundo; la escogió igualmente para ser la patria de la libertad de América i llevar su bandera tricolor de luz i de soberanía por seis países de nuestra amada América; i así como la espada del Libertador i especialmente su pensamiento, sigue siendo la inspiración de estos pueblos, hoi enfrentados al más malvado, terrible i planetario Imperio, tal parece que con otra nueva inspiración libertadora, la de esta Revolución Bolivariana Pacífica de Venezuela liderizada por el Presidente Hugo Rafael Chávez Frías, i ya convertida en Latinoamericana siguiendo el ejemplo que Caracas dio, parece que germina en muchísimos otros pueblos del mundo; i el destino “cómplice con la verdad, la dignidad i la justicia” nos presenta ahora a esta recia juventud Americana i Mundial, para decirnos que comparte los ideales del Libertador Simón Bolívar, quien pensaba que la verdadera patria era América. Por esto, muchos venezolanos que no deseamos ser nunca “ruinas del tiempo” i que el futuro es de la juventud i las generaciones que le siguen, estamos de todo corazón con esta brillante i hermosa rebeldía de la juventud presente, i participamos alborozados con lo que parece paradójico pero no lo es, con la juventud reflexiva de nuestra vejez; porque por fortuna, para algunos, solamente envejece el físico, pero no la mente ni las ideas. Al respecto dijo Rabindrabath Tagore, ese maestro de la prosa poética: “La juventud de la madurez, es juventud libre. Ha cruzado ya las aguas del placer y está a la vista del país de la alegría pura. No pretende comer el fruto, sino darlo”.

La sociedad burguesa i capitalista que lo ha comercializado i trivializado todo, tomaba las edades del hombre para uno de sus tantos engaños, igual que lo hacen las religiones. La juventud para ellos era etapa de fiestas fatuas, de “mayoría de edad” o de tener ya llave de la puerta, o de pasar a ser accionista de los grandes monopolios u oligopolios del padre o la familia. Adoraban al fetiche del dinero i empezaban a ser los poderosos grandes empresarios de los destinos del mundo. Fiestas, mujeres, licor, tarjetas i olvido; olvido total de otro mundo de miserias, quebrantos e injusticias. Ahora, con el cambio que ha venido por años tratando de hacer las juventudes pobres o marginadas, se toma en cuenta a una juventud no trivial, una juventud a la cual la revolución ha abierto o dado la llave de la puerta, para los estudios a todos los niveles i principalmente para la universidad. Allí están todas esas misiones portentosas; allí están los frutos que soñaron Bolívar i su Maestro Simón Rodríguez. Los hombres que no se sienten envejecer, hasta siguen prendados de la belleza física i espiritual de las muchachas jóvenes, i no padeciendo nostalgias del pasado ni sueños desmesurados del futuro. Al respecto decía Goethe: “Se burlaron del hombre entrado en años porque le gustaban todas la mujeres jóvenes.


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Roberto Jiménez Maggiolo


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