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Las morochas yaracuyanas
Un fresco día de enero de 2000, cerca del rio Yurubí, se reunieron en San Felipe el gobernador Eduardo Lapi, el jefe de Convergencia, Juan José Caldera y el jefe del comando electoral Mauricio Vásquez, y éste les explicó cómo debía ser la estrategia para las elecciones de julio: inventar un “nuevo partido”, presentar la plancha con Convergencia y los candidatos uninominales por circuito con el “nuevo”. El sistema alemán mixto que se empleaba en Venezuela obligaba a restarle a las listas los candidatos uninominales que salieran electos, la ley del sufragio de 1989 así lo contemplaba, y la ley de 1995 prohibía esos partidos comodines, pero los legisladores venezolanos de 1998 obviaron ese “detalle”, y por esa rendija se metieron antes que nadie estos tracaleros yaracuyanos.
El periodista Francisco Capdevielle me recordaba que el nuevo partido se llamó “Lo que Alcanzó Por Yaracuy”, de donde salió Lapy, pero fonéticamente era igual al apellido del gobernador, y gráficamente lo simbolizaban con un lápiz. En las elecciones de diputados a la Asamblea Nacional sacaron 54.000 votos contra 37 mil del MVR, pero al aplicar el sistema, como los mismos 50 mil y tantos se repitieron para Convergencia y Lapy, sacaron cuatro de los cinco diputados, el quinto le tocó al MVR. En circunstancias normales habría sido 3 y 2. En el Consejo Legislativo Regional obtuvieron seis de siete. Fue la primera deformación del principio de la representación proporcional.
El ejemplo yaracuyano fue tomado por el MVR y lo aplicó en las municipales, lo que le permitió ganar junto a sus aliados 85% de los concejales y juntas parroquiales con poco más de 60% de los votos. Hubo excepciones, en Maracaibo se la aplicaron al chavismo.
La oposición obtuvo 10 de los 13 concejales, y 77 de los 82 miembros de juntas parroquiales, con 74.378 votos frente a 36.587 de los chavistas.
Para las elecciones de diciembre a la Asamblea Nacional, el MVR y sus aliados repetirán esa fórmula, que, confían ellos, les garantizará más de las dos terceras partes, necesarios para el control absoluto y tomar decisiones que hoy requieren de mayoría calificada. En la oposición estudian presentar fórmulas similares para evitar otro descalabro. No existe disposición legal alguna que impida las postulaciones enmorochadas.
Modificar la ley para incorporarle una disposición limitativa es imposible porque ninguna reforma electoral puede aplicarse en elecciones que se celebren seis meses después.
Estamos frente a un sistema que no sólo es injusto, y que deforma la conformación política del electorado, sino que está reñido con el espíritu de la Constitución Bolivariana, que en sus artículos 63 y 186 deja establecido ese principio. En el 63 “La ley garantiza el principio de la personalización del sufragio y de la representación proporcional” y en el 186 “La Asamblea Nacional estará integrada por diputados y diputadas elegidos o elegidas en cada entidad federal por votación universal, directa, personalizada y secreta con representación proporcional...” .
Con este método es imposible que la nueva Asamblea Nacional sea una representación proporcional de las fuerzas político electorales.
¿Cómo hará el Poder Electoral para cumplir el mandato constitucional (Art. 293) que lo obliga a garantizar “... la aplicación de la personalización del sufragio y la representación proporcional” ?
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Los partidos
Algunos cambios en el ranking de los partidos, entre las regionales de octubre y estas del domingo.
No es novedad que el MVR siga siendo el primero con 1.332.354 votos, pero en comparación con sus votos de octubre 2004, (2.545538), perdió 1.213.189: 48% . Lo realmente novedoso es que el PPT fue el partido más ganador: sólo bajó 2,9% de su votación (de 202.325 a 198.695), fue el primero en un estado, segundo en cinco y tercero en dos.
Los seis partidos que más perdieron porcentualmente fueron Proyecto Venezuela: 85%, AD 60% . Copei 57%, MVR 48%, MPJ 41,79% y Podemos 39,6% . El PCV disminuyó 17,34%, con 118,587 es el 7º en el ranking.
Hubo otros que no figuraron en pizarra: MAS, con 51.446 votos, y Solidaridad, Izquierda Democrática y Polo Democrático, apenas llegaron a 5.000. Entre los regionales, subsisten UNT en Zulia, Migato en Monagas, Mi Gente en Delta Amacuro y Conpaco en Carabobo. Convergencia se volvió regional; todos sus 25.000 fueron en Yaracuy. La UPV de Lina Ron desaparece: de 81.807 a 1.559. En cambio, surgen Movare (64.927), el controversial Tupamaro (60.304) y la UPC en Carabobo (17.220).
No es malo que recuerden sus pérdidas globales del referendo de agosto a las regionales de octubre: el oficialismo bajó dos millones (33% ), y la oposición otros dos millones (50% ) Con todas esas cifras tienen material suficiente para sus respectivos análisis. Y los mea culpa.
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Tres de la abstención
UNO Hemos estado repitiendo que la gente no ha comprendido la importancia de los organismos representativos municipales y locales, los más cercanos al ciudadano y a las comunidades y con capacidad para atender sus problemas. Por supuesto, también lo escribí y compartí esas tesis. Pero no nos damos cuenta que esa misma gente no ve en los Concejos ni en las Juntas los organismos capaces de resolver sus problemas; los ve más allá, donde saben que sí pueden resolverlos:
a los alcaldes, después miran a los gobernadores y finalmente al Presidente.
Por esas razones, en las elecciones del domingo, los municipios donde menos abstención hubo fueron Achaguas, Apu, y Miranda, Car, donde también elegían a los alcaldes. E igualmente, el estado con más alto índice de votantes fue Amazonas, donde estaba en juego el poder de la gobernación.
La gente no es pendeja, sabe más que uno. Hay que repensar las causas de la abstención.
DOS Súmate ha dicho que la abstención fue de 78% .
Tenía que ser más alta que la del 2000 (76,3% ) porque así se lo prometieron al presidente Bush. El problema es que se sorprendieron cuando les llegó un e-mail desde la Casa Blanca preguntándoles cómo fue la abstención en La Cruz de Taratara, en Cocorote, y en Guasipati. Por supuesto, no lo sabían. Les dijeron que su 78% lo sacaron de 300 observadores que colocaron en igual número de centros de votación. Pero eran 30 mil mesas y 9 mil centros.
TRES Ni los grupo de oposición con algunos medios pudieron subir la abstención, ni mantener el 76,3% del 2000, ni impedir que bajara.
Ni los partidos del oficialismo tuvieron capacidad para reducirla sustancialmente.
De 76,3% llegó a 68.4% .
Unos y otros tendrán que revisar su capacidad de influir en los electores.
