“Seamos libres, lo demás no importa nada”, decía el Libertador a sus paisanos en la gesta más gloriosa que encontró a los sudamericanos unidos bajo un ideal común: la independencia y la unidad. Bolívar desde el norte de sudamérica y San Martín desde el sur, cruzaban sus banderas liberatrias para terminar con 300 años de vasallaje y colonialismo.
No otro fue el proyecto de los grandes libertadores -incluyendo a Artígas en la Banda Oriental, Morazán en Centroamérica, el cura Hidalgo en México, entre tantos-, que alcanzar la unidad de la Patria Grande y la justicia social. Ese sueño, el de los hombres y mujeres que acompañaron la primera gesta independentista, no pudo hacerse realidad por causa de una minoría poderosa económicamente, que antepuso sus privilegios e intereses mezquinos, a los del pueblo y de la Patria.
Y esa minoría, vendida a los intereses extranjeros, la misma que derrotó el proyecto sanmartiniano, es la que actualmente impide que nuestro país se desarrolle con soberanía y justicia social. Es por eso que la consigna fundamental, ayer como hoy, sigue siendo: “Patria o colonia”, “Liberación o Dependencia”. Por un lado, la gran mayoría de los argentinos y por otro, “la maldita oligarquía” -como la llamaba Evita- aliada a los intereses imperialistas.
Es por eso que hoy, los argentinos patriotas, tenemos que volver a San Martín, aprender de sus enseñanzas, actualizar su vigente mensaje revolucionario y retomar su lucha consecuentemente.
La oligarquía argentina deformó, ocultó, tergiversó la doctrina sanmartiniana. Hizo todo lo posible para desvincular al verdadero San Martín de su pueblo. Nos lo presentó simplemente como un militar exitoso, nunca como un político patriota y revolucionario como tal cual fue.
¿Sabía usted, amigo lector, por ejemplo, que San Martín nació en cuna humilde, que su padre era hijo de labradores, que su madre sufrió pobreza y privaciones para educar a sus hijos?
¿Sabía usted que San Martín se educó en la escuela pública, tanto en Buenos Aires como en España y nunca en Escuela de Nobles como cuenta la historia oficial?
¿Sabía usted que el Libertador nunca aceptó lujos ni privilegios y que donaba gran parte de su sueldo a la causa patriótica?
¿Sabía usted que San Martín siempre confió en los gauchos, los indios y los negros como principal sostén de la lucha emancipadora?
¿Sabía usted que San Martín se enfrentó contra la oligarquía vendepatria porteña que claudicaba ante las potencias de turno?
¿Sabía usted que San Martín siempre puso el ejemplo en trabajo, sacrificios y disciplina como ningún otro de sus subalternos?
¿Sabía usted que el Libertador expropió y confiscó a la oligarquía y a los enemigos de la Patria para construir el Ejército Libertador?
¿Sabía usted que San Martín defendió la cultura nacional y popular como ningun otro en su época?
¿Sabía usted que San Martín liberó a los indios de la servidumbre, liberó a los esclavos y dignificó la vida de los paisanos trabajadores?
¿Sabía usted que San Martín impulsó y protegió la industria nacional, el crédito accesible para los productores y el criterio de que el que más riquezas posee más tiene que contribuir en impuestos?
¿Sabía usted que el Libertador no sólo combatió al colonialismo español sino que también ofreció su espada para combatir a Inglaterra y Francia cuando estos países pretendieron humillar a nuestra Nación?
¿Sabía usted que San Martín admiró hasta su muerte al Libertador Simón Bolívar porque compartía el ideal de la Unidad de la Patria Grande?
El verdadero San Martín, aquel que batalló con los pobres y por los pobres, debe ser recuperado por el pueblo. Su voz todavía señala el camino, su doctrina debe ser incorporada como pilar fundamental en la tarea de construir una Patria justa, libre y soberana.
Es por esto que, conociendo y reconociéndonos en el general San Martín, adquiriremos la base doctrinaria para la conformación de una auténtica fuerza nacional, popular, patriótica y revolucionaria que rompa las cadenas que nos sujetan al imperialismo. Marchar hacia la segunda y definitiva independencia es la tarea.
Es así que San Martín volverá con los verdaderos patriotas y revolucionarios. Los gauchos, negros e indios que acompañaron su gesta son hoy el pueblo pobre de la Argentina. Y ese pueblo argentino tiene el coraje necesario que requería el Libertador para encarar las grandes empresas. San Martín vuelve, porque como bién él decía: “Mi misión es proteger al inocente oprimido, favorecer al desgraciado... yo vengo a poner fin a este tiempo de miseria y desgracias...” .