Los puntofijistas en carne y hueso

“El presidente Caldera no pudo darse cuenta, hubiera sido imposible, que tras su decreto había algunos aplaudiendo agazapados, los corruptores, los empujarían en adelante a los funcionarios de leve moral a delinquir, los que serían los responsables del fracaso de la posibilidad de dar a todo el país una vida digna. Serían estos, los que nunca han sido juzgados, muchos de cuyos nombres casi nunca han aparecido en los expedientes, los que frustraron, en comandita con los políticos que han ejercido el poder, las posibilidades del desarrollo de Venezuela”.

Será a partir de 1974 cuando la corrupción se adueña del país. Cuando pasó a convertirse en una fina y transparente hebra que une todos los casos para conformar el Gran Caso Venezuela… Ciertas instituciones parecían tener en sí mismas el gen de la corrupción… más allá de la corrupción, existió una proverbial incapacidad administrativa y una profunda ingenuidad venezolana que nos dejó a la deriva de los manejos y argucias de las grandes multinacionales, acostumbradas a promover corrupción en las almas “débiles’’ fuera de sus fronteras… la corrupción ha ido creciendo paulatinamente, autónomamente, sin frenos ni cortapisas. A medida que se avanza de 1959 a 1998, el material se va haciendo más y más abundante… Podríamos decir que en la corrupción no existe una voluntad individual, pero sí una racionalidad colectiva evidente.

En estos tres hechos está vigente un alarido colectivo contra la corrupción, contra la vacuidad del lenguaje de los políticos, a favor de la moralización de la administración pública. Es también un llamado a los honestos para que vuelvan a ejercer las funciones públicas, ya que ante la presencia de los corruptos los honrados se han ido.

No era reuniéndose en Miraflores para defender la “democracia…” sino efectuando el viraje de 180 grados que tenía que dar el “gobierno Caldera” para poner de lado la clase política incompetente y corrompida e incorporar en esos últimos años a la gente honesta y capacitada para sacar al país del atolladero… Es doloroso admitirlo pero es cierto que la gente que estaba a favor de la situación que existía era muy poca… El problema… lo encontramos en el hambre que el pueblo pasaba, en la inseguridad y el terror que se vivía…

Como se ve, el problema era político. Su enfermedad era corrupción. Sin desterrarla nada sería posible lograr. Y es también la corrupción la que explica el desborde delictivo que existía (existe heredado) en el país. Ya ni siquiera la vida tenía un valor en nuestra tierra. Y esto lo decimos porque era la delincuencia de arriba la que explicaba la delincuencia de abajo. Y esto porque toda nación es una pirámide. Si en su punta hay honestidad en su base la habrá también. Pero cuando arriba no sólo había delitos sino estos eran impunes y como consecuencia no había ejemplo de moralidad, la ética de la base de la pirámide también estalla.

De allí que tampoco haya que inculpar al pueblo de mentir cuando acusa a los corruptos. Era el pueblo el primero en percibir el delito, mucho antes de que un juez haya actuado. O como lo dijo el Libertador Simón Bolívar, el 15 de junio de 1823, en carta a su querido amigo el poeta José Rafael Arboleda (1795-1831): “es el escándalo el que acusa, y el escándalo es la voz pública horrorizada del crimen”.

Bullía el descontento social en un pueblo estable. Así, el rechazo al llamado “paquete económico” era clarísimo. Nuestro pueblo no necesitaba de él. Para reorganizarlo económicamente bastaría con haber arrebatado y juzgado a los corruptos. Con el dinero por ellos saqueado al país éste hubiera podido ponerse en normal marcha. No había que sacrificar al pueblo. No había por qué pedirle sacrificios a quienes poseían su derecho propio, la posibilidad de vivir con dignidad. No había por qué establecer una economía de libre mercado —impracticable entre nosotros—, eliminar los subsidios, liberar los precios en vez de controlarlos, obligar a muchos a pagar por su vivienda propia cantidades que no habían sido acordadas a la hora de la compra.

Todo ello ha llevado a un hondo malestar social, una protesta continua, solapada si se quiere, silenciosa si así se le desea llamar, pero evidente, constante, diaria. Y más grave parecía el llamado “paquete” cuando era evidente que fue creado para copiar un modelo externo a espaldas de nuestro pueblo, para complacer a un grupo de economistas (a las órdenes de la burguesía, del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional) quienes no conocían el sesgo político de lo económico, a quienes se les entregó la economía para que como químicos dentro de su laboratorio experimentaran a ver dónde llegaban. Era evidente dónde han llevado al país. “O inventamos. O erramos” dijo el viejo Simón Rodríguez (1769-1854). Y otra vez los politiqueros se han equivocado, con grave deterioro de todo el país. El gobierno libremente electo por amplia mayoría de votos, en comicios legítimos, había fracasado. Y el revés del gobierno constituyó el descalabro de todo el pueblo.

La situación del país en esos días no podía ser más grave. No bastó con implementar unos paliativos. Estos de poco sirvieron. El pueblo estaba sufriendo, estaba pasando hambre, había perdido, como consecuencia del “paquete”, sus viviendas propias, porque mucha gente debió venderlas para no perder lo invertido, evitando así que les fueran rematadas. El pueblo ha tenido que sufrir la intensa especulación que se ha cernido sobre el país al eliminarse el control de precios; y Vivía mal mientras los especuladores obtenían (obtienen) márgenes altísimos de ganancias, mientras el dólar fluctuaba libremente. (Fluctúa según la medida impuesta por esos mafiosos) Y cada día que el dólar sube la comida del pueblo era (es) cada vez más cara.

“Siempre por todas, la pobre gente del pueblo, entregado a unos antropófagos más o menos hábiles, sirvió de juguete a todas las ambiciones, de pasto a todas las tiranías. Siempre y por todas partes se ha dominado al pueblo con bellas palabras: Jamás y por ninguna parte se han obtenido las cosas con las palabras. Desde hace mucho tiempo la burguesía nos repite con hipocresía: hombres y mujeres todos(as) somos iguales, y desde tiempo inmemorial, la desigualdad más deshonrosa y dolorosa pesa insolentemente sobre el pueblo.
¡Gringos Go Home! ¡Libertad para los cinco cubanos héroes de la Humanidad!
¡Hasta la victoria siempre, Comandante Chávez!
¡Independencia y Patria socialista!
¡Viviremos y Venceremos!
¡Bolívar Vive!



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Manuel Taibo


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