La muerte tambien guarda un respeto por la heroicidad de los hombres que trascienden la barrera de lo común, alentados por un sentimiento que tiene su natural asidero en el corazón de los Pueblos. A esta clase de hombres la parca no la desaparece en los limbos inescrutables del olvido, sino que se la lleva de viaje, los siembra para que retoñen en las épocas menguadas de la humanidad, para que vuelvan a despertar como guía incandecente de las muchedumbres que luchan por su redención.
Tal es el caso del camarada Rafael Cabrices, uno de los heroicos defensores del puente Llaguno en aquel día terrible cuando la oligarquía ponía en marcha el plan del golpe de Estado siguiendo instrucciones del imperio norteamericano. Nos preguntamos ¿Que hubiese pasado si este puñado de valientes no hacen armas en contra de la policía metropolitana siguiendo órdenes del facho Peña?
La valerosa jornada de Llaguno encendió la mecha de la defensa del comandante Chávez y de la Revolución Bolivariana. Es de Llaguno que parte aquel grito victorioso de la retoma del palacio de miraflores. Un grito de batalla para ganar la patria, se escuchó en Boyacá, en Carabobo, en Junín, en Ayacucho, en Pichincha, y ese día memorable de nuestra historia reciente, se escuchó en Puente Llaguno. Ahora que el camarada Rafael Cabrices ha partido de viaje, nos queda el compromiso de llevar adelante sus luchas por la profundización de la Revolución Bolivariana.
Decía en una de sus canciones el cantor de nuestro Pueblo Alí Primera que "los que mueren por la vida no pueden llamarse muertos", y así el camarada Rafael Cabrices estará vivo para siempre en los ojos brillosos de nuestros niños, pero también en la conciencia, en el espíritu de todo venezolano, comprometido con la construcción de la Patria Buena como también decía el trovador paraguanero.
Nunca te pudimos tocar camarada, pero todos te conocíamos, la imagen tuya disparando desde Llaguno vivira para siempre en nuestra memoria. Tu defensa desde el puente, te hizo Nacional y mundial y te convirtió en una referencia de nuestra profundización revolucionaria.
Huelgan las palabras, pero también huelga el silencio, para despedirte en el viaje que inicias hacia lo más profundo de nuestros corazones, está el bullicio de los pájaros, el ruido sonoro de las aguas chocando contra las piedras,bajando de las cimas.
¡Hasta la victoria siempre camarada Rafael Cabrices!
¡Socialismo o Muerte!
¡Venceremos!
