Cómo se parecen a Pat Robertson algunos obispos criollos

Seguramente al leer esta nota algunos de mis lectores pensarán que la tengo tomada con la alta jerarquía de la Iglesia Católica venezolana; pero es que se me parecen tanto al gringo Pat Robertson, que no puedo dejar de asociarlos.
La estupidez, desde mi punto de vista, es la primera característica que vincula al gringo con los políticos de sotana que dirigen el gran negocio venezolano llamado Iglesia Católica.

El mundo conoce de la mentalidad retrógrada, ultraderechista y fascista de los fundamentalistas religiosos vinculados al Partido Republicano en la patria de Mickey Mouse, pero las apariencias han sido, por años, cuidadosamente guardadas. Sólo a un estúpido como Robertson se le puede ocurrir usar la fe para hacer un llamado público al asesinato.

Pero no crea usted que están muy lejos de ese pensamiento hombres como Castillo Lara, Lücket, Porras y otros. ¿Acaso no fue una estupidez de Castillo Lara aquellas declaraciones dadas en el Vaticano donde afirmó que los pobres venezolanos eran unos muertos de hambre, que habían vendido su voto por sesenta dólares?¿y que de aquella otra más reciente, sobre el baño de sangre que cubriría a Venezuela si Chávez no era sacado del poder? ¿No es acaso una estupidez que un líder de la Iglesia haga hecho suyas las consignas de los militares de Altamira e invocado el derecho a la rebelión, en una más estúpida interpretación del artículo 350 de la constitución venezolana?
¿Y qué de aquellos festejos con el dictadorzuelo, mientras el Presidente estaba secuestrado y corría peligro de muerte?
Estúpidos, mil veces estúpidos son estos pseudolíderes que ni siquiera tienen la inteligencia para evitar mostrar su rostro de frustración, odio y maldad ante quienes creyendo que son verdaderos pastores del Señor, los siguen.

El desprecio por la feligresía es otra de las características que asemeja a la dirigencia católica venezolana con hombres como Robertson. El yanqui considera que su posición de poder lo autoriza a hablarles en unas oportunidades a sus seguidores de amor, solidaridad y la ley de Dios, y en otros de aplicar la doctrina Monroe con esos seres inferiores de Latinoamérica o de asesinar a un Presidente latinoamericano para ahorrarse unos dólares. Los feligreses para él son seres que no se detendrán a pensar en las contradicciones del mensaje.

Los de Venezuela coinciden con esa manera de ver a la feligresía. Para ellos, el pueblo que asista a misa está obligado a calarse, sin chistar, sermones llenos de mentiras y mensajes antigobierno. Esa dirigencia prepotente y reaccionaria está convencida de que el pueblo no tiene por qué preguntarse qué relación existe entre el papel que debe jugar la Iglesia y la complicidad de sus dirigentes con unos golpistas que pusieron al país al borde de la quiebra y sometieron a penurias a la población… el desprecio por la inteligencia del pueblo los hace coincidir con el telepastor de gringolandia.

La vinculación con factores de poder que defienden la concepción imperialista y neoliberal es otra de las semejanzas entre hombres como Castillo Lara, sus colegas venezolanos y el Robertson amigo de Bush.

Nadie ha escuchado una sola condena del pastor gringo a la inhumana e inmoral ocupación norteamericana a Irak, ni a la política de violación de los derechos humanos de mister Danger; por el contrario, su militancia e influencia en el Partido Republicano lo obliga a defender los intereses de las grandes corporaciones petroleras que promovieron la guerra y hacerse el sordo ante la matanza indiscriminada de civiles y la oposición de todos los pueblos del mundo.

Lo propio ocurre con una dirigencia católica que en Venezuela hace campaña contra la integración suramericana, cuestiona la Misión Robinson, se burla de las denuncias de magnicidio; llama populismo a una política destinada a favorecer a los más humildes y cierra sus escuelas para apoyar el sabotaje petrolero y sus "guarimbas democráticas"
¿Quién ha escuchado a uno de esos políticos con sotana defender el derecho de los suramericanos a tener una televisora que como Telesur nos ofrezca una visión diferente a la de CNN? … nadie, absolutamente nadie puede decir que lo ha hecho. Cómo van a hacerlo, si es precisamente a través de medios como esos, como lograron vender el "sueño americano" y apaciguar las ansias de libertad y justicia de nuestros pueblos.

¿Se da cuenta amigo lector? por ello es que decidí titular esta nota: ¡cómo se parecen a Pat Robertson algunos obispos criollos!


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Alexis Arellano


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