Nadie debió sorprenderse de las incendiarias, irresponsables y anti-evangélicas declaraciones del tele-evangelista Reverendo Pat Robertson, anfitrión del programa religioso televisivo “CLUB 700” dados sus antecedentes. Pero el mundo se escandalizó por las poco cristianas declaraciones de un reverendo evangélico que pidió a Estados Unidos asesinar al presidente constitucional de Venezuela, Hugo Chavez.
El fanatismo y prejuicios ideológicos de Robertson contra todo lo que huela a Revolución en Latinoamerica están muy bien documentados desde hace décadas. El tele-evangelista cobró notoriedad internacional en 1982 cuando se asoció estrechamente con el ultra-derechista dictador guatemalteco general Efraín Ríos Montt.
El dictador guatemalteco se había convertido en el primer presidente “cristiano” de Latinoamérica y eso tenía eufórico al locuaz predicador, pese a multiples denuncias que señalaban a Ríos Montt como responsable del asesinato de miles de indígenas guatemaltecos y de graves violaciones a los derechos humanos, sindicánlo como culpable de crímenes de Lesa Humanidad.
En Junio de 1982, el asesor presidencial de Rios Montt, Francisco Bianchi, se reunió con altos funcionarios de la administración Reagan y dirigentes de la Derecha Evangélica norteamericana, incluyendo a: William Middendorf, embajador de Reagan ante la OEA, el asesor presidencial Edwin Meese (quien posteriormente se vió forzado a revelar el escándalo Irán_Contras), el Secretario del Interior James Watt (prominente laico de las Asambleas de Dios), Fred Chapin, embajador estadounidense en Guatemala, el propio Pat Roberton, el controversial Jerry Falwell y Loren Cunningham, de Juventud con Una Misión, organización religiosa inspirada en el celo del Komonsol, institución de las juventudes comunistas de la ex-Unión Soviética.
Subsecuentemente, el Departamento de Estado informó a los dirigentes de la Derecha Evangélica de la necesidad que las iglesias evangélicas fundamentalistas norteamericanas con “trabajo misionero” en América Central, apoyaran privadamente la política de la administración Reagan en la region y la guerra contra el gobierno Sandinista de Nicaragua.
En su programa televisivo Club 700, Robertson urgió donaciones para la Iglesia Cristiana El Verbo a la cual pertenecía Ríos Montt. Muchos feligreses de esta iglesia, patrullaban junto con el ejército guatemalteco las montañas durante las brutales campañas de exterminio de los indios Mayas y Quichés en Guatemala.
Como resultado del cabildeo de Robertson, el 8 de Enero de 1983, la administración Reagan suspendió el embargo sobre ayuda militar a Guatemala impuesto por el presidente Carter debido a violaciones a los derechos humanos por parte del gobierno guatemalteco.
“El Evangelio en Guatemala”, un documental de la cadena PBS, reveló la complicidad de la iglesia“Gospel Outreach” (Alcance del Evangelio) de Eureka, California, en la administración de campamentos de refugiados resultantes de las masacres contra-insurgentes contra los indios Maya-Quichés.
En 1988 Robertson intentó infructuosamente obtener la nominación para ser el candidato a la presidencia de Estados Unidos por el partido Republicano, pero George Bush padre se le adelantó. De poco le sirvió alegar en su favor que Dios mismo le había dicho que se lanzara a la conquista de la presidencia. Huelga decir que su pronostico no se cumplió.
No contento con ser el “padrino” del dictador guatemalteco, Robertson tambien extendió su ala protectora al trístemente célebre coronel salvadoreño Roberto D’Abruisson, fundador de los escuadrones de la muerte y autor intelectual del asesinato del arzobispo católico de San Salvador, Monseñor Oscar Arnulfo Romero. “Es un tipo muy amable” dijo Robertson a su teleaudiencia.
El predicador Roberton acogió como suya la causa de los Contras nicaraguenses. Su condición de pastor no le impidió pasar revista a las tropas somocistas del coronel Enrique Bermudez en sus campamentos en Honduras. Durante un sermon dirigido a los “paladines” de Reagan, Robertson llamó a los ex-guardias de Somoza: “Ejército de Dios.”
Pocos meses despues Robertson se encontraba en Managua, en donde ofreció un babilónico almuerzo en el mas elegante hotel de la ciudad a un grupo de humildes pastores evangélicos, a quienes arengó sobre la urgente necesidad de salvar a Nicaragua del comunismo ateo con el mensaje redentor de Jesucristo.
Con semejantes antecedentes no debería asustar a nadie que Robertson, en su celo evangelizador haya pedido el asesinato del presidente Hugo Chavez. Su discurso confrontativo, conservador y seudo-espiritual es aceptado ampliamente tanto en Estados Unidos como en Latinoamérica.
Nadie se congratula mas sobre la influencia de Robertson en cierto sector religioso del electorado estadounidense que Karl Rove, el principal estratega de Bush. Durante la última elección presidencial Bush ganó gracias al voto evangélico conservador movilizado por Roberton.
No todo ha sido color de rosa para Roberton. A su fallido intento por alcanzar la presidencia de Estados Unidos por órdenes de Dios, hay que agregar que un discípulo latinoamericano intentó seguir su ejemplo corriendo igual suerte. Durante las elecciones presidenciales en Nicaragua en 1996, el pastor, Guillermo Osorno anunció tambien su candidatura asegurando a sus seguidores que Dios le dijo que sería presidente. Osorno jamás logró su objetivo y terminó en un distante tercer lugar.
Por mucho que los auto apodados "sectores democráticos" quieran tomar distancia de estos falsos profetas, la verdad es que Enrique Bermudez, Pat Robertson, Guillermo Osorno y todo el rebaño pastoreado por la embajada estadounidense en Managua, son "zorros del mismo piñal." que predican la intolerancia, la hipocresía y el fariseísmo, al grado que solo ven los muertos de un solo bando y al enumerar a los asesinados por razones políticas, olvidaron mencionar nada menos que a Pedro Joaquín Chamorro.
Ante los exhabruptos de Roberton, la Casa Blanca está en apuros. Tambien los evangélicos venezolanos que pertenecen a la iglesia de Robertson y que nada tienen que ver con su ilegal discurso, podrían ser los grandes perdedores.
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* Carlos Escorcia Polanco es analista político nicaraguense.