La mayor objetividad en el análisis parece estar en relación directa y proporcional con la distancia a la que se desarrollan los sucesos analizados, o por lo menos en buena parte depende de ello. La cercanía del fenómeno permite sopesar un gran número de variables que quizás escapen al observador lejano por muy acucioso que este sea. Por eso es que la ponderación aconseja, a los asomados como yo a la política pero que vivimos en el interior del país, a no precipitar opinión alguna, a menos, por supuesto, que lo que se persiga sea solo llamar la atención para lograr astronómicas cifras de lecturas, sin que importen desmentidos posteriores por parte del mismísimo aludido o defendido.
Es lo que ha sucedido en el caso del audio presentado por el diputado de oposición Ismael García y atribuido a Mario Silva en conversación con un supuesto agente cubano. Raúl Bracho se apresuró en publicar su artículo en Aporrea dando total crédito a lo afirmado por García en torno a la veracidad del audio y todo cuanto en él se dice, siendo desmentido al poco tiempo por Mario quien alertó que dicho audio era un montaje. Luego en su programa, de bodrio calificó la grabación y dijo además que algunos bolivarianos habían caído en la trampa creyéndose el cuento del audio en cuestión. Pero si a ver vamos el artículo del amigo Bracho, a pesar de lo apresurado, no está del todo descaminado y el desmentido de Mario resultó a medias. Veamos porqué.
La promesa de demostrar con pruebas la falsedad de la grabación de marras en su programa de La hojilla funcionó en la práctica solo como ardid promocional ya que el llamado rating debió subir sensiblemente por la cantidad de personas que con mucha expectativa sintonizamos el programa para ver rodar, de una vez por todas, la máscara de Ismael. Las cotufas se enfriaron y el trasnocho fue en vano porque no hubo tales pruebas. Mario, nos mentiste. Señalar que existe en la actualidad la tecnología necesaria para forjar un documento como ese no es prueba de su falsedad, la posibilidad de su forjamiento no es suficiente para desnudar las verdaderas intenciones de la MUD y el buen trabajo de los técnicos del Mossad y la CIA.
No digo que demostrar la falsedad de esa grabación sea sensillo. No se me pasó por la mente que tuvieras en el estudio a un técnico de estos debidamente amarrado y que con dos bofetadas empezaría a cantar todo cuanto y cómo hicieron para engañarnos con ese supuesto informe que pasaste al castrocomunismo, pero fuiste tú quien ofreció pruebas contundentes que no llenaron las expectativas creadas. Tampoco es válido enfatizar el desprestigio de Ismael para restarle credibilidad a la denuncia que implica dar a conocer el audio, ya que una cosa no tiene nada que ver con la otra, y sus efectos son contraproducentes al crear más confusión y dudas en torno a la persona que se defiende con semejante argumento (ataque falaz ad hominem le llaman los entendidos).
No es que no crea en lo que afirmas del jaqueo de tu computadora, de la dirección en Europa y todo lo demás, no. Más bien creo que con toda la tecnología que maneja el enemigo imperial aún no han hecho (no te han hecho, por fortuna) nada y siguen cifrando las esperanzas en esa cuerda de bandidos ineptos que se agrupan en la Mesa de la Ultra Derecha, lo que creo es que deben afinarse los mecanismos de defensa para ser más convincentes y cortar así el flujo de votos que de a poco va apuntalando a la oposición.
Que tú eres el foco de la oposición que busca, a como de lugar, quitarte del camino, para dejarlo algo más despejado en su ataque, primero al presidente Chávez y ahora al presidente Maduro, es algo que nadie duda. Que los dirigentes de la MUD se devanan los sesos buscando la mejor forma de desaparecerte, es del conocimiento de todos. Que tu representas una llaga difícil de curar para las clases dominantes de este país es vox populi. Que tu has venido haciendo el trabajo sucio que muchos le sacaron el culo, tu lo has dicho y yo afirmado desde el principio de tu programa. Pero nada de eso me da armas para darle en la madre a tanto escuálido que me rodea y, por el contrario, me obliga a callar ante el señalamiento del peligro que llega a representar para cualquier proceso revolucionario la persona que le toca ventilar la mugre.
Pero te cuento, mantuvimos la atención en tus comentarios, las del profesor Arenas y de Ricardo Durán y condescendimos en la idea de documento falso, toda la primera hora de tu programa, hasta que al filo de la media noche, aún no sé si fue inconsciente o conscientemente escogida la hora, con marcado dramatismo de pausas y mirada -como tu tan bien has cultivado en tu programa-, soltaste aquello que terminó por materializar en nuestra mente la duda que, hasta ese instante vacilaba en extinguirse como débil llama ante el soplo de brisa: No le debo disculpas a nadie y todo lo demás. Carajo Mario, con eso no desnudaste a nadie, hiciste tu propio estriptis y si hasta ese momento Raúl Bracho se había equivocado al dar crédito a la veracidad de la grabación, a partir de allí resultó muy asertiva su creencia en las afirmaciones que en ella supuestamente tú haces.
A estas alturas del partido, no solamente Bracho piensa que son tus palabras. A juzgar por lo dicho por otras personas que, involucradas o no en el audio aludido, han opinado por diversas vías: Aporrea, tweets, TV. etc. parece que reconocen tu voz y la línea del discurso coherente con lo que has venido expresando y defendiendo en estos años de revolución y quién sabe cuántas cosas más manejaran allá en la capital que por estos montes uno ni se entera. Pero lo más grave Mario es que la mayoría piensa que todo no pasa de ser un gran chisme, una sopa viscosa y maloliente que corroe y debilita los cimientos de este proceso.
Pero tranquilo que todo lo aquí expuesto es tan especulativo como todo lo publicado hasta ahora, incluyendo tus reflexiones que no teniendo el mismo origen semántico terminan relacionándose.
Todo chismorreo palaciego y cuanto pueda venir en adelante es consecuencia lógica de la forma personalista en que hasta ahora se ha llevado este proceso, que en 14 años (poco tiempo en realidad para la verdadera transformación histórica social) no termina de abrir las compuertas para incorporar a la gente, al pueblo en todos los niveles de la administración del Estado incluyendo ese medio en el que tu te manejas tan propicio para la formación de divos, poderosos narcisos, peligrosas estrellas. La revolución definitiva se hará única y exclusivamente con la participación y protagonismo popular. Admito que no será fácil, pero tampoco un chisme. Es el propio pueblo haciendo su revolución la única garantía de triunfo. Tremenda tarea de por medio tiene nuestro presidente Maduro. ¿Le damos una mano?
Saludos
Valencia, 22 de mayo de 2013
Juan Torres Rodríguez.