Me preguntaba qué pensará Néstor Francia, tan criticado por mí en anteriores artículos, cuando por este portal intercambiamos jab´s y upper´s verbales, qué pensará, repito, al leer este texto que quiere llama la atención sobre su recién publicado artículo para que sea leído como lo que considero una acertada apreciación de un momento tan peculiar en nuestra accidentada relación con Colombia. Uno que otro aspecto del mismo que no termina de cuadrarme no desdicen, sin embargo, (y debo reconocerlo) del buen tino con el que Néstor aborda tan delicado tema, tocando aspectos no considerados por otros que también han tratado el asunto.
Irse de las primeras para desatar la arrechera ante lo que a todas luces es una provocación bien orquestada por el imperio y el presidente colombiano, es justamente lo buscado por ellos para mal ponernos ante la opinión pública internacional como los insensatos, recalcitrantes autoritarios y agresores ante lo democrático, diplomático, soberano, entre otras sandeces, que esgrime Globovisión. Trato de entender, aunque no justifico, las airadas protestas de quienes están al frente del gobierno nacional, empezando por el presidente Maduro, pero es realmente criticable -de los que quedan en los medios públicos orientando la opinión nacional-, deslices como la etiqueta lanzada por Pérez Pirela y a la que hace mención Néstor en su artículo.
¿Pero será verdaderamente un desliz? La rapidez con la que se suceden las noticias no es impedimento para razonar un poco y buscar la mejor forma de presentarla a la teleaudiencia. La responsabilidad que tienen los conductores de programas de televisión, como el aludido, es tal que no pueden permitirse ese tipo de ligerezas que desvirtúan el hecho noticioso y predisponen al televidente a lo emocional en detrimento de lo racional, mas si se trata de posicionar una idea a escala mundial por un medio tan limitado en cuanto a sustentarla racionalmente. La expresión de disparo al blanco equivocado dice más de la benevolencia de Néstor que del yerro cometido.
Claro está que este señalamiento se enmarca en una andanada de noticias y artículos donde prevalece el ataque frontal contra Santos y que peligrosamente digo peligrosamente, recordando los estragos que pueden causar las desviaciones de izquierda- se van inclinando y tomando rumbo hacia la descalificación del gobierno nacional por no ser más beligerante, aún cuando fueron propiciadas por las declaraciones, un tanto estridentes para mí, de los camaradas Diosdado, Jaua y Maduro. ¿Cuáles son los objetivos fundamentales a perseguir y cuál nuestro enemigo principal? Creo que quedan bien definidos en el, por lo demás bien planteado, texto de Néstor Francia: ¿Uribe manda a Santos? ¡Errando el blanco! http://www.aporrea.org/venezuelaexterior/a167027.html
Quedaría por aproximarnos a una posible respuesta a la pregunta que flota en el aire: ¿entonces debemos meternos la lengua en el bolsillo? Creo que de parte de quienes escribimos en este y otros portales, se debe hacer un mayor esfuerzo por el análisis y su sustento teórico, de los moderadores que quedan en VTV preocuparse más de la orientación política del televidente que de su narciso vedetismo y de parte del camarada Maduro y su tren ejecutivo hablar menos y hacer más. Estoy convencido que con sólo dos acciones simples emprendidas sin sobresalto alguno hubieran dado la señal a Santos de que no estamos chupándonos el dedo: la primera; (ya se hizo, lástima que haciendo pública las intenciones) llamar a consulta a Chaderton y la segunda; anunciar al país el inicio del proceso por medio del cual se le da asilo político a Julián Conrado, que por lo demás debe verse como justicia y no como carta debajo de la manga.
Este último párrafo expresan opiniones de mi total responsabilidad que, aunque conclusiones de un texto que se apoya en el de Néstor, no tiene él porqué subscribirlas.
Saludos