Como periodista y como ciudadano, seguro de coincidir con un gran número de venezolanos, me siento obligado a manifestar públicamente el descontento por la salida del aire del programa Dossier, conducido por el periodista Walter Martínez, quien no solo estaba dando cátedra de cómo ejercer con mística y profesionalismo el periodismo, sino que además tuvo la valentía de decir verdades que pocos se atreven a murmurar en TV.
La televisión venezolana por muchos años ha venido degenerando en sus contenidos por muchas razones, y ello no se evidencia únicamente en los canales privados como se argumenta de una manera simplista. Se trata de un problema que nace en nuestras escuelas de comunicación social y que se agrava si observamos el desastre el en sector educativo en los últimos cuarenta años. Sin embargo, permitir que un programa de información y opinión, que se destaca por el trabajo minucioso de su investigación, sea sacado del aire sin mayor explicación, es una bofetada al televidente y un hecho inaceptable para un proceso de transformaciones, que muchos acompañan en discurso más no en acciones.
Si la decisión es sacar del aire el programa, la gerencia del canal debe dar explicaciones públicas. Si la decisión es del propio periodista Martínez, no solo es lamentable, sino que urge una explicación a su audiencia. En cualquier caso, sabemos que es difícil cambiar paradigmas y mucho más en el sector comunicacional, y mucho más en la televisión, donde el ego de las mentes brillantes dificulta el arte de crear, y donde a juicio de la programación, es obvia la necesidad de algunas clases de televisión y de periodismo.
No se trata de ser fanático de un programa, y perder el juicio haciendo críticas simplistas. Pero no deja de ser descortés, el que una gerencia sea incapaz de controlar su programación, su personal y de llevar adelante un proyecto de televisión diferente. Pues hasta en los canales privados hay una férrea disciplina en su proyecto destructivo del gobierno. Si de críticas se trata, para VTV hay muchas, por ejemplo, el programa Preñado de Buenas Intenciones tiene un moderador de calidad y sus debates, además de interesantes, son didácticos y pertinentes, no obstante su horario parece un tratamiento para el insomnio. A Dios gracias lo elevaron a las siete de la noche. Pero critiquemos más, el periodista Ernesto Villegas en su programa En Confianza muestra un buen carisma para la TV, pero su investigación para cada entrevistado deja mucho que desear y algunas de sus preguntas nos sugieren que es un periodista mal informado. En el caso de la telenovela Amores de Barrio Adentro, la trama no sólo carece de conflicto, sino que los personajes se desdibujaron en unas crónicas sin línea dramática, mientras que en el aspecto técnico, es evidente de que no hay profesionales en su edición. Pero critiquemos más, la política informativa del noticiero parece cambiar cada semana, y los periodistas mantienen un estilo diferente entre ellos, algunos echan chistes y juegan con la narración de las noticias con un acento amanerado, otros tartamudean de manera irritante y la duración de algunas notas, francamente “caliches”, son casi eternas. Ver el canal 8, en ocasiones parece una sobredosis de discursos políticos, donde los hay buenos, malos y francamente fanáticos.
Lo más grave, es que se trata de un momento de la historia venezolana en la que se desperdicia la oportunidad de cambiar. No juzgo los cambios ni las ideas, pues no sería una crítica, sino un ataque demagógico. Deseamos lo mejor para las personas que dirigen el canal de todos los venezolanos, sobre todo, porque la administración pública es un monstruo que puede tragarse al profesional más capacitado. Sin embargo, parece pertinente un “mea culpa” en la gerencia del canal, un “mea culpa” en los trabajadores del canal y una visión más crítica en la audiencia del canal. De lo contrario seguiremos contaminando a la sociedad con una cultura audiovisual grotesca, intolerable y descaradamente demagógica.
Exigimos que vuelva Dossier, por ser el único programa digno de esperarse a altas horas de la noche. Exigimos disculpas públicas de quienes generaron este conflicto sin sentido. Y hacemos un llamado de conciencia a los incapaces, pues si no pueden con el cargo, háganse a un lado. Y obviamente todo el apoyo, para quien dentro del canal, como héroes anónimos libran una lucha intestina por hacer valer la mística y el profesionalismo.
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