El esfuerzo que ha hecho el gobierno bolivariano, desde que el Presidente Hugo Rafael Chávez Frías fue electo en diciembre de 1998, para adecentar la administración pública, fue un proyecto que no podía lograr erradicar un elemento estructural del Estado Burgués y el Capitalismo, como lo es la corrupción. Sumado a la naturaleza intrínseca del sistema capitalista donde prevalece el mercantilismo, el negocio sobre el interés superior del colectivo, del hombre mismo y de la naturaleza, ha estado el carácter de semicolonia sometida a la monoproducción petrolera y una consecuencia de este modelo una cultura clientelar y corrupta tanto de una burguesía nacional parasita del Estado Petrolero y de los gestores y actores políticos que ocupaban cargos públicos.
Si bien muchos de los que llegaron a ocupar cargos públicos en el gobierno bolivariano tenían la convicción de ser eficientes y honestos, todo el conjunto de funcionarios bajo su gestión podían ser o no ser objetos y sujetos susceptibles de estar sumidos en esa cultura, y si no eran los más conocedores de las prácticas clientelares y de corrupción, siempre podrían aprender. El imperialismo, la burguesía nacional parasitaria y que luego de las políticas neoliberales difundidas por la mal llamada globalización, profundizo su profunda inclinación a entregar por completo al país y los intereses nacionales, como nunca antes, comprometiendo las migajas que el neocolonialismo norteamericano les permitía, pasando de burguesía parasitaria, a burguesía asalariada con el único empleo de tramitar la entrega del país, su ocupación por parte de Estados Unidos de Norteamérica, claro está con algunas regalías adicionales desde que nuestro Comandante Hugo Chávez empezó a transitar junto a su pueblo el mutuo conocimiento de lo que es la acción revolucionaria.
En el mismo orden de ideas el gobierno bolivariano fue inseminado desde sus inicios por funcionarios, amigos, y ofertas engañosas y metálicas en diferentes esferas y niveles de la administración pública. No puedo exculpar a aquellos funcionarios que teniendo poca base ética y moral por iniciativa propia han incurrido en practicas de corrupción o clientelares, que son lo mismo. Al igual que el entorpecimiento y colocar trabas a los procedimientos es también corrupción. La administración de las colas, la toma de decisiones donde se favorece la elección de un contratista de bienes y servicios para el Estado, la retención de pagos, la demora y el incumplimiento de pagos a proveedores son todas prácticas de corrupción y clientelismo.
Para agravar este contexto los ciudadanos venezolanos que no están inmersos en esta cultura de corruptelas y clientelismo no denuncian porque prefieren el silencio cómplice a iniciar un proceso que no se logra únicamente con declarar verbalmente. Sin pruebas no prospera una denuncia.
Diferente es la práctica de los gestores y operadores de la “burguesía “asalariada y otros gestores y operadores asalariados del capitalismo que actúan en nuestra Venezuela, quienes denuncian sin pruebas y se divierten fabricando mentiras, actualmente con estrategias decadentes y absurdas, repeticiones balbuceantes de clichés fracasados.
Es lógico pensar que estos factores mostrarían pruebas, aunque no en todos lo casos las mostrarían ya que muchos funcionarios del gobierno, aun reivindicándose como seguidores del proyecto bolivariano, son colaboradores de la burguesía, de la mafia y del imperialismo, muchos activistas revolucionarios han hecho público evidencias de esto, también aun existen colaboracionistas encubiertos.
Se han estado realizando reuniones entre el gobierno y sectores de la burguesía en estos pocos meses del gobierno encabezado por nuestro Presidente Nicolás Maduro Moros. Los Trabajadores y Trabajadoras, el pueblo en general, los movimientos sociales, los revolucionarios, activistas sociales todos debemos cerrar filas para exigir que detengan estos mecanismos de negociación a espaldas de las masas y los trabajadores con los representantes de la burguesía asalariada o cualquier otra cara o máscara que se coloquen con el gobierno nacional, esto como principio.
En segundo lugar, hemos estado a la defensiva en estos 14 años para impedir que la conspiración nacional e internacional nos haga retroceder. Pero es el momento de pasar a la ofensiva, profundizando la acción política y la movilización a fin de conquistar un Estado Obrero, donde la gestión cerrada daría paso a la gestión abierta y sujeta no al control y la toma de decisiones por parte de los trabajadores y trabajadoras. La construcción de este modelo solo puede ir de la mano de la constitución y el trabajo creador de procesos constituyentes en los diferentes frentes de trabajo de los trabajadores y trabajadoras.
Para poder tener claridad en nuestro rumbo, que muy importante que todos los venezolanos tengamos conciencia: La superación de los mecanismos de destrucción de nuestro aparato productivo, provocados por el neoliberalismo, ya instalados en nuestro país, no es posible colaborando con inversión en industria nueva, ni dando colaboración a productores nacionales para funcionar y apostar a que se mantendrán, crecerán y en el peor de los casos para intentar que sobrevivan los que aun existen.
Y saber: Las relaciones comerciales entre los diferentes países, actualmente está condicionada por el lobby de las transnacionales, vengan de donde vengan. Siendo correcta la política de diversificar las relaciones comerciales, las relaciones con China, Rusia, por poner solo ejemplos, son relaciones con países que están condicionados por los intereses de las multinacionales que funcionan en ellos. Nuestros recursos energéticos son parte de intereses geopolíticos, que alimentan las tendencias, los peligros, las amenazas y también fortalezas, avances que tendrá nuestra nación en el futuro inmediato, a mediano y largo plazo.
Si pretendemos obtener aliados para centrar una oposición fascista, realmente es imposible que los aliados estén en el bando de la burguesía. Una perspectiva equivocada tendrá un alto costo, por lo tanto no podemos confiar en la conducción que el gobierno nacional tendrá en lo sucesivo, es imprescindible emplazar y movilizarse para lograr que los mecanismos de control y toma de decisiones por parte de los trabajadores y trabajadoras, se implante por parte del gobierno nacional y cesen las negociaciones a espaldas de las masas y los trabajadores, todo esto, de manera inmediata. Si bien es cierto, que solo podemos hablar de tendencias, amenazas y peligros por el tiempo de la actual gestión de gobierno, hay condiciones como la indicada en este párrafo que no pueden dejarse ni al azar, ni a la fé.
La restauración de un gobierno totalmente entreguista, y mucho peor aun un Estado de Terror y persecución, es un peligro repetidamente histórico, y más aun en el contexto mundial de crisis económica mundial. Por lo tanto la tarea histórica no es resistir, es hacer la revolución socialista.
En el sistema capitalista, y ni que venga papa dios, ni que Hugo Chávez o uno igual llegue a estar junto a nosotros, podremos ni siquiera mantener lo que hemos logrado, nos lo quitaran todo y más aun, como les está sucediendo a los trabajadores y trabajadoras de los países industrializados, en EEUU y Europa. A los países del tercer mundo, solo les queda que siga avanzando la barbarie en la cual ya están sumidos, con claros ejemplos en el desplazamiento de los sectores campesinos por el envenenamiento y muerte, debido a la fumigación masiva de escuelas y comunidades campesinas, la destrucción de las economías agrarias nacionales por parte de las multinacionales, entre otros horrores de los diferentes frentes de guerras encubiertas por parte del capitalismo mundial, para concentrar capital en cada vez menos manos y aumentar la ganancia frente a la caída tendencial de la tasa de ganancia, que es eje del sistema capitalista mundial y la única causa de la crisis económica mundial y causa y consecuencia de la eliminación de los competidores productores de bienes y servicios de los diversos estratos y niveles de empresas nacionales o gran nacionales, por tratar de explicarlo de la mejor manera, que a través de la historia ha tenido diversos nombres entre ellos ahora el neoliberalismo.
Enfrentamos un enemigo con muchas armas de dominación y control, solo la revolución socialista puede superar estas relaciones perversas. La revolución socialista no se puede hacer en un solo país, por eso es necesario la unidad de los pueblos para lograrlo. Las acciones progresivas no pueden cambiar el sistema capitalista, es necesaria para erradicarlo la acción contundente y definitiva de las fuerzas productivas y militares de las masas trabajadoras, para obtener el poder político, el poder militar y el control de los medios de producción. Las fuerzas que acumula el sistema capitalista y el entramado donde se soporta, solo puede ser derrotado por la fuerza, es la única forma de lograrlo.
He escrito estas reflexiones, porque el peligro de confiar en gobiernos nacionalistas, es ahora más que nunca, enfrentar la barbarie.