“Yo nunca pienso en el futuro; llega demasiado aprisa”
Albert Einstein
Situarnos en la historia, es entrar en eso que fuera de nosotros es enigmático o desconocido, i adentro se convierte en nosotros mismos. Lo único que sentimos o tenemos de él, es el tiempo egológico que, a veces logramos sentir que transcurre sin cesar i el futuro nos está siempre llegando hasta el presente. Por eso, gran parte del ser, se compone de pasado i necesitamos evocarlo para saber cómo ha transcurrido la vida, ciertos de la verdad que expresó Machado: “Ayer, es nunca jamás”.
Por ello, aceptando la gentileza de PDVSA al invitarme a “bocetar” una etapa de la historia petrolera, especialmente en estos sitios a las orillas del Lago de Maracaibo, acaso por mi inclinación a la historia, aunque no un conocedor de la historia petrolera como muchos otros pueden hacerlo mejor, me permite, sin embargo, aproximarme e momentos del pasado de gran significación para el país, cuando para el resto del mundo era tan desconocido para países avanzados e historiadores de oficio.
He revisado unos gruesos tomos sobre la historia de América i especialmente del siglo XX, i la patria de Miranda i de Bolívar, venezolanos universales, no había seguido sus rutas, especialmente la del segundo cuando ya fue Libertador. En otras grandes historias, el mismo vacío; la misma ausencia de identidad.
Para el año de 1905, el mundo se ocupaba solamente de los acontecimientos que tuviesen trascendencia para los grandes países del “mundo occidental” o bloque cultural de occidente. Preocupaba los acontecimientos de guerra i revolución en Rusia, la muerte de Julio Verne, la celebración de los 300 años de la aparición del Quijote, el record mundial de velocidad en automóvil establecida en Ginebra por el francés Dufaux (152,52 Km. por hora), el terremoto de San Francisco (USA) el 18 de abril de 1908; la Boda de Alfonso XIII en España i el Premio Nóbel de medicina para Santiago Ramón y Cajal; los Juegos Olímpicos en Londres i el cruce en avión del canal de la Mancha por Bleriot , etc., i apenas si una solitaria noticia sobre Venezuela: “Venezuela rompe relaciones diplomáticas con EUA y con varias potencias europeas”. I todos los acontecimientos señalados, supeditados quizá al más grandioso acontecimiento científico de principios del siglo XX que inició la Revolución de la Física Clásica, como fue la aparición el 17 de de marzo de 1905, de la TEORÍA DE LA RELATIVIDAD de Einstein.
La única noticia internacional sobre Venezuela, fueron aquellos conocidos acontecimientos protagonizados por Cipriano Castro quien, demostrado un gran sentido nacionalista, se opuso a los actos de fuerza de gobiernos extranjeros, mientras aquí en el Zulia nunca le quisimos, puesto que fue el autor de la clausura de nuestra Universidad del Zulia en 1904.Por esos años, desde 1905 hasta 1910, entre nosotros, sucedieron los problemas con Mérida por el puerto de Palmarito i la toma de una franja de tierra por capricho de Castro, firmándose un tratado que siempre ha sido rechazado. Murieron personalidades como Joaquín Esteva Parra fundador de los Estudios Médicos en el Zulia i el Dr. Francisco Ochoa, distinguido abogado que fue el primer Rector de la Universidad en 1891. Sin embargo, para 1908, Maracaibo sintió júbilo o alborozo por la ausencia el 28 de noviembre de 1908, del “Cabito” Cipriano Castro, viajando al exterior por problemas de salud, dejando encargado del país al vicepresidente Juan Vicente Gómez, quien posteriormente daría un golpe de estado, con el apoyo de Norteamérica, i comenzaría la era gomecista, la más cruel de todas i por casi 27 años, hasta fallecer en 1935.
De la historia petrolera, sabemos que la presencia de eso extraño i fabuloso que brota del suelo, los indios lo llamaron mene i los empleaban para como asfalto, para calafatear sus canoas, i como brea para afirmar sus tejidos de cestas i las pareces de sus habitaciones en ranchos i llegados los conquistadores se declara que nadie puede trabajar las minas en tierras que eran propiedad del rei. De manera que la historia de los primeros asomos de la riqueza petrolera del subsuelo, es larga i antigua, pero es hasta el 29 de marzo de 1893, cuando la palabra petróleo se emplea por primera vez. I en 1894, en el Cojo Ilustrado en Caracas, se habla de que el gas i la electricidad (recordemos que la primera ciudad que la tuvo fue Maracaibo en 1888) han desplazado a los derivados del petróleo para la iluminación de la ciudad. El petróleo ya estaba metido en la historia del país i en 1901, el escritor Ramón Ayala publica la novela Lilia, donde se hacen las primeras referencias al petróleo venezolano, obra que no he podido conseguir. Igualmente me obligo a resaltar que, ya en 1904, se usa por primera vez la palabra hidrocarburos. Son curiosidades atractivas para los que revisamos la historia i debo confesarles que, ando tras la pista de una comprobación llamativa: parece ser que la frase tan celebrada en la segunda mitad del siglo XX i lo que va del siglo XXI, como lo es “sembrar el petróleo” parece que tiene un precursor i no es original del destacado venezolano Arturo Uslar Pietri. Es una investigación que está andando.
Desde 1905, año que me han señalado de inicio de este lapso que va hasta el inicio de la Primera Guerra Mundial (1914-1918) coincide con el posible primer anuncio mundial sobre los asfaltos venezolanos, hecho por Richardson en Londres, calificando los con los nombres de “Bermúdez” i “Maracaibo”, con estudio de su composición química, características físicas i mapas de ubicación, citado por Aníbal Martínez, aunque no tengo conocimiento de esos mapas, por demás interesantes para saber su correcta posición en la costa oriental del lago. Año también en el cual, el gobierno de General Cipriano Castro –que el año anterior había clausurado la Universidad- promulga el Régimen de Ley de Minas, instrumento jurídico para otorgar concesiones petroleras diversas, porque la Constitución Federal había concedido al Estado la propiedad del petróleo i el general Jorge Sutherlan, presidente del Estado Zulia otorga la primera concesión petrolera en Venezuela, al norteamericano Camilo Ferrand, con derecho i privilegio exclusivo, por 10 años, pero por muchas irregularidades, desacato de impuestos, etc. el contrato caduca antes que transcurriera un año.
Para estos años, la costa oriental del lago prácticamente debió tener caseríos o pequeños pueblos, puesto que Maracaibo mismo no era otra cosa que una pueblo grande, pese a que desde 1891, ya el Convento Franciscano al lado del templo de estilo español, no gótico como se le transformó luego, era el recinto de la Universidad del Zulia i ya cerrada se convirtió en el Colegio Federal de Varones i existían varias casonas coloniales alrededor de la Plaza Bolívar (antes, plaza de La Concordia), la Casa de Gobierno, la Escuela de Artes i Oficios (luego Asamblea Legislativa previo a otras destinaciones) i el Estado Zulia, según se dice en la obra de Juan Besson, tenía unos 120.000 habitantes; ningún municipio llegaba a 10.000 (todos por debajo de esa cifra) pero en otras obras se dice que 151.000 habitantes. En realidad, en la obra Geografía Médica del Estado Zulia se habla de 118.000 habitantes, por lo que eclécticamente podemos admitir que estaba entre esta cifra i la que menciona Besson i el distrito Bolívar, así como Miranda también, en unos 8.000 habitantes cada uno. Por ello, cuando se inicia el negocio petrolero en los lados de Mene Grande, extendido hacia el norte i el sur bordeando la orilla pantanosa del lago, se viene gran cantidad de gente desde los Andes i desde Margarita, pues ya por aquellos lugares, en el Estado Sucre i Monagas, también se iniciaba la explotación petrolera. De este auge poblacional, surge Cabimas i Lagunillas i la costa oriental empieza a hundirse entregando su riqueza petrolera, por lo cual Cabimas fue el Municipio más rico del mundo, pero la mayor injusticia de nuestra historia económica del siglo XX. Aquellos eran paraje verdaderamente inhóspitos, con fauna peligrosa i sobre todo zancudos i las enfermedades corrientes trasmitidas por estos vectores. Los métodos eran rudimentarios todavía i en regiones como lo que es hoi Bachaquero i Machango, se desforestaba quemando, por lo cual mi amigo escritor i poeta, i en un tiempo empleado petrolero i después ganadero de un pequeño fundo, Manuel Martínez Acuña, con su talento de escritor i pensador, me dice que su idea sobre la etimología del término Machango, proviene de los “gringos” que al arrojar un fósforo para quemar los montes, i salir corriendo, decían: ¡Mach and gooo!
La vida i la historia continuaba i aquella Maracaibo i aquellos pueblos de la costa oriental, en mayo de 1910, me refería mi padre que para ese tiempo tenía apenas 4 años de graduado de médico en 1906, que durante las noche, a simple vista contemplaban el Cometa de Halley e ir al otro lado del lago solamente era posible en lanchas de velas i posteriormente en aquellas piraguas a motor. Los habitantes de la ciudad “temperaban” en los hatos del Milagro i Los Haticos, o se iban hacia los pueblitos de la otra costa, para los baños de playa i los “aires sanos”, aunque al instalarse después la refinería de San Lorenzo (17 de agosto de 1917) i comenzar los embarques en tanqueros, empezó la contaminación de las playas i ya de niño, cuando mis padres me llevaban con mis hermanos a las playas cercanas a San Francisco, al hato vivero de plantas del viejito Montiel, era necesario cargar con una botellita de kerosén, para después del baño, quitarse el petróleo que flotando en pequeñas porciones o gotas grandes, nos manchaban la piel.
Los otros eran las diversas concesiones, la llegada de las transnacionales, la aparición de los “campos petroleros” i con la radio, empezar a tener noticias lejanas, lo mismo que con la aparición de periódicos, entre ellos un ícono zuliano como lo es PANORAMA, fundado en 1914, año en el cual estalla la Primera Gran Guerra en Europa, luego del asesinato en Sarajevo del Archiduque Francisco Fernando de Austria i su esposa, motivo esgrimido por la monarquía austrohúngara, con el apoyo del káiser Guillermo II de Alemania, quien moviliza sus tropas i declara la guerra a Rusia, conflicto que se extendería i constituiría la Primera Guerra Mundial. Mientras tanto, para América, quizá lo más importante fue la inauguración del Canal de Panamá.
En 1912, aparece entre nosotros el doctor Ralph Arnold, de la Universidad de Stanford, quien contratado por General Asphalt, en septiembre de ese año, presentó un estudio en el cual atestiguó que el área de Mene Grande, tenía depósitos de asfalto más grande que había visto, exceptuando los de Trinidad i el lago Guanaco. Fundado en esta observación, la Caribean Petroleum Company, empezó la perforación del pozo Zumaque 1, en enero de 1913, según la obra de Guillermo José Salas, i empezó a producir el 31 de julio de 1913 a razón de 250 barriles por día a una profundidad de 443 pies. “La producción de este pozo –relata Salas- marca el descubrimiento estructural de la gran cuenca petrolífera del Lago de Maracaibo”. I desde aquí, arranca toda una historia del petróleo en nuestra región, apareciendo, ya superada la gran guerra en Europa i con el advenimiento de los felices i alegres años veinte, en 1920 la primera Ley de Hidrocarburos de Venezuela.
Estos eran los inicios de nuestra industria i petrolera que, de cierto modo para muchos, frenó un poco o mucho la vida intelectual i artística que el viajero De Pons había observado en Maracaibo años atrás, con aquella inclinación a la cultura clásica, lo que explica el origen de tanto nombre marabino de origen griego. Por eso, en 1909, cuando se hizo el arreglo de la reclamación Crichfield, entre Norteamérica i Venezuela sobre la concesión minera de las Minas de Inciarte, comenzando el colonialismo de las transnacionales, en el gobierno anodino de José Ignacio Lares, el Zulia tuvo por otro lado una gran recompensa espiritual i patriótica: el talento de Udón Pérez i de José Antonio Chávez, otorgaban a la patria chica, la letra i la música del inmortal i bello Himno del Estado Zulia, poniendo en su escudo i su gloria, “palmas y lauros de oro”.
Luego, toda una historia, cuando ya el futuro, como dijera Einstein, nos llegó tan de prisa.