A esa oposición que lidera zamuro negro (léase Castillo Lara) se le ven las costuras a distancia, y no es para menos; la peor combinación que puede existir en política es la carencia de inteligencia unida al desespero, y esas dos "cualidades" son congénitas en los dirigentes del partido PUPU (Partido Unitario Púrpura).
Los pupuseros iniciaron su accionar pidiéndole a sus 2167 seguidores que rezaran todas las tardes, a las cinco, para que Dios los ayude a salir del maluco de Chávez, pero al mismo tiempo anunciaron que para el 30 de octubre (noche de brujas) es la cosa.
En lo que bien puede definirse como ridiculez a la enésima potencia , los pupuseros y sus asesores gringos desarrollan un estrategia (supuestamente de terror) basada en elementos asociados a las noches de brujas.
Primero fueron los rezos ya mencionados, luego le siguieron los esqueletos contaminados, más tarde marchas con disfraces de brujas y cadáveres, estimuladas con la consigna "Chávez go out", y ahora calabazas alumbradas con velones que simulan ser explosivas.
Supongo que el siguiente paso es que el abuelito de los Monster o Antonio Ledezma, como se le conoce en Venezuela, se le aparezca a Chávez con su pinta de vampiro y le diga: "renuncia o te asusto".
La que si no puede negarse de esta estrategia de los pupuseros es la consistencia en el uso de los muertos. Por más de cuatro décadas los llamaron a votar cada cinco años; muchos siguieron cobrando salarios y pensiones después de enterrados; otros, insepultos, ocupaban cargos de dirección; y ahora, convertidos en pupuseros salen a marchar por las calles caraqueñas diciendo buuuuu y soñando con derrocar a Chávez.
Hay quienes sostienen que la estrategia mortuoria fue diseñada por zamuro negro y fundamentan esta apreciación en el conocimiento y la afición del Cardenal, a los ritos del exorcismo. Otros ven en el uso de las brujas, calabazas y escobas la participación de Martha Colomina y Patricia Poleo y que para sentirse en familia. Algunos afirman que Tulio Álvarez impuso la tesis de que rostros vampirescos como el suyo, resultarían atractivos a los opositores sedientos de sangre chavista, pero la mayoría sostiene que Ledezma impuso su mayor experiencia política, para que la campaña se realizara en una especie de coreografía similar a la de los Monster, dado su parecido con el abuelito de esa serie televisiva.
Para este humilde columnista, sin embargo, el responsable de la similitud entre la campaña de los pupuseros y los ritos diabólicos, es el propio presidente Chávez. Él los relacionó con el diablo en la campaña del referendo y los gafos se la tomaron en serio.
Es hora pues, de que dada la afición de los pupuseros a los cadáveres, brujas y demonios; desenvainemos el verso de Florentino y les cantemos nuevamente:
Zamuros de la barrosa
del alcornocal de abajo
ahora verán señores
al diablo pasar trabajo
arellanoa@pdvsa.com