Ya es noticia rutinaria: estalló un carro bomba en una ciudad de Irak o en un sector de Bagdad i hubo tantos muertos, entre ellos soldados norteamericanos; naturalmente (debería agregar la noticia en CNN) de “baja categoría humana” para Mister Bush, la Cobra Negra i el gabinete terrorista de Estado. La más reciente es la del fallecimiento de 95 soldados norteamericanos en un solo día, producto de la rebelión justificada de un pueblo sometido i vejado. Ya pasan de 2000 los muertos en una guerra perdida para “USA” i para una nación árabe pequeña, pero de importancia cultural de primer orden para la Humanidad, donde se ha destruido arte milenario i gran parte del inicio de la Historia del mundo, considerado por el vaquero alcohólico i analfabeto cultural, “un oscuro rincón del mundo” que tuvo la mala suerte de poseer petróleo. Por ello es guerra perdida también para ese pueblo, aunque da muestras de heroísmo.
Sin embargo, el todopoderoso emperador del norte i santo patrono, admirado i adorado por la oposición venezolana (porque les envía dólares que en gran parte van para sus cuentas bancarias), sigue descendiendo en picada en las encuestas de su país como un presidente estúpido i fracasado que ha desquiciado la economía con los gastos de guerra, que tiene pavor de enfrentar a una madre valiente que pide le explique por qué murió su hijo de 24 años en Irak, en una guerra sin justificación; pero que es guapo para tratar de someter a la gente de su patio trasero que, le han resultado más inteligentes i valientes que él i su cuadrilla terrorista. Aun así, todavía quiere fomentar más guerras, vejar más pueblos, tumbar gobiernos i violar derechos humanos en Latinoamérica, proponiéndose viajar hacia estos lares como para hacer una provocación o convencerse de que le pasará lo mismo que a la secretaria Rice (una gira sin penas ni glorias), pero que puede ser parte de una maniobra concertada para ver si le hacen un atentado fallido (de antemano programado así) i si es posible atribuírselo a nuestro presidente Chávez, quien ha sido el más recio, valiente i gallardo opositor a sus bajas pasiones. No faltará, sin embargo, las notas i reportajes de reconocimiento a su “alta investidura” por parte de los medios de comunicación, especialmente prensa i televisión vendida, o agrupaciones maléficas i conspirativas como Súmate, i quizá María Corina corra otra vez a ensuciarse la mano, lo cual es un honor para ella.
Mientras tanto, el vaquero deja en su país, otras 95 familias sumidas en el dolor de perder un miembro joven que, tal vez deja una viuda o una novia; deja padres desconsolados, hermanos enardecidos, hijos huérfanos, parientes adoloridos i aplastados de indignación, posiblemente negros o latinos en su mayoría. Ya sus secretarios pensarán en que forma disimular la tragedia, como han hecho ahora con la señora Park, haciéndole homenajes post morten, “por ser la iniciadora de la lucha racial, al negarse a darle su asiento en un autobús, a un blanco” i sacan la figura del joven Martín Luther King como glorificándolo, cuando ellos mismos lo mandaron a asesinar i, en pleno siglo XXI la discriminación racial es una realidad presente.
Realmente, no sé hasta cuando el pueblo norteamericano soporta a un energúmeno así que, de paso, ha ganado dos veces la presidencia con elecciones fraudulentas, con violación de derechos civiles, ante los lentes de cuero de ese payaso de señor Vivanco i que ahora, han dicho que adoptaran votaciones con máquinas electrónicas como en Venezuela, mientras aquí, una serie de gaznápiros de la oposición, claman por un retroceso cultural i científico, algo como rechazar las computadoras i volver a la máquina de escribir o rechazar los aviones para viajar en globos, volviendo a los votos en papelitos, urnas de cartón i actas matavotos, en lo que se hicieron especialistas en fraudes, tanto AD como COPEI. Todo, mui propio, de una oposición cuyos cerebros tienen en vez de cuerpo calloso que relaciona hemisferios, un hermoso escíbalo.
Todavía no se han percatado del extraordinario cambio que se está dando, no solamente en Venezuela, sino en el mundo entero i que el pasado es ¡Nunca jamás!