Caracas fue el asiento del deshumanizado y férreo poder español de la época cuyo signo de dominación entre otros es que la imprenta entró a Venezuela en el año 1808, en tanto que en México en 1523, ya hacían gala de las letras escritas y reproducidas, nativos y españoles invasores.
No obstante, la efervescencia de liberación del coloniaje español comenzó en la Caracas trescientos años después, en la Caracas rebelde con los pardos, con los negros, con los blancos que abogaban por descolonizar a Venezuela, entonces como por efecto de una mágica fuerza telúrica Caracas irradió y estremeció a todo un continente.
Cuando Simón Bolívar -líder insurreccional latinoamericano- y Pablo Morillo, el militar de más alta graduación enviado a aplacar la rebeldía en estos lares continentales se dieron el abrazo en Santa Ana de Trujillo, una vez concluida y a la despedida de la reunión se le dejó escuchar a Morillo entre labios: - Y pensar que este hombre tan menudo tiene revuelto la mitad del mundo.
Caracas fue el asiento también de gobiernos que desde entonces se conspiró contra El Libertador en vida y en su muerte. Cuán desgarrante sería para el hijo ilustre de Caracas que le fuera prohibida su entrada a su terruño, al país que lo viera nacer, imaginamos con cuántas ganas no se deleitaría Bolívar ver a esa ola brotada del mar como es su cordillera de la costa que bordea a Caracas, se le habrían puesto los ojos chiquitos, húmedos y se sabría el por qué.
Caracas siempre fue rebelde, fue y es centro político, los gobiernos de la IV empollaron sus huevos de serpientes en Caracas, la burguesía capitalina rodeó y apaciguó los discursos de líderes de la IV, sentó en sus mesas a los líderes de la IV, facilitó prebendas y no se midió en halagos a los líderes de la IV, mientras que de soslayo una veces y otras de frente, se apropiaron de las hectáreas de Caracas, y, como nunca el pueblo de la Caracas metropolitana se dejó colocar la yunta por parte de los coaligados de la IV y de la burguesía, los gobiernos de la IV castigaban a las y a los pobladores de Caracas quienes casi siempre nunca los favorecían con los votos electorales, la burguesía y los líderes de la IV vertiendo toda clases de improperios y perversos deseos contra los y las caraqueñas, a la vez que implementaban políticas públicas como con migajas, con lástima y odio, por eso es que Caracas está recuperando y construyendo la infraestructura que se merece, pues nunca pareció ni la proyectaron como Cuna de la Revolución Latinoamericana.
La infraestructura urbana de Caracas es reflejo de la desasistencia a la que fue víctima por parte de los gobiernos de la IV, el propósito era borrar y desencadenar la motivación del retorno de la población a sus sitios de origen, pero estas se resistieron y se guindaron de los aleros y pendientes de las montañas capitalinas.
Caracas, es una de las capitales latinoamericanas que no tiene casco histórico, los líderes de la IV quisieron borrar siempre la rebeldía, no les convenía, destruyeron por siempre la autoestima del pueblo, pisotearon lo más sagrado de una persona: su capacidad de imaginar y el motor espiritual que es la esperanza!
Seria impropio e injusto negar que la faz de Caracas no esté cambiando, el Comandante Hugo Chávez se ofrendó a Caracas, la cual amó como un dilecto hijo y exigió y exigió hacerle a Caracas, facilitó cualquier cantidad de recursos para lavar el rostro de Caracas y desde el Gobierno Capital, desde la Alcaldía de Caracas se acometen esos encargos y se continúa con el gobierno de Nicolás Maduro.
Está en deuda una ordenanza para regular las vallas publicitarias que convierten la capital de la insurrección latinoamericana en un gran mercado, donde el consumismo es la mayor motivación invisibilizando la bella paisajística capitalina.
Caracas posee el triángulo de la mayor energía patria si de magnetismo hablamos, ya sea que vienen del interior del país y de otras recónditas fronteras y latitudes y una vez en territorio nacional quienes visitan Caracas no preguntan dónde se come, dónde se duerme, sino más bien, cómo puedo llegar al Cuartel de la Montaña, dónde queda el Panteón Nacional y en cuál dirección me queda la Plaza de Bolívar, más de un o una patriota nacional o internacional vertirá sus lágrimas en el silencio de los recintos patrios y en el bullicio infantil de la Plaza Bolívar muchos niños y muchas niñas serán en un futuro como Chávez, como Bolívar, como Ana María Campos o como Luisa Cáceres de Arismendi o serán como la fiel rebelde hasta la muerte como Manuelita Sáenz Aizpuru cuyos huesos y tierra donde la sepultaron reposan al lado de su Libertador a quien tanto amó y por lo tanto fue la Libertadora del Libertador.
Uds. creen que Ismael García, Antonio Ledezma y demás especímenes de la oligarquía amarilla se conmoverán con estas palabras brotadas del alma y de amor por Caracas metropolitana. Qué va! Si por estos personajillos fuera, cartelizados –y no lo dudamos- repartiría puñetas a todos y a todas las caraqueñas de honor y de dignidad patria.