La dependencia económica representa para nuestros pueblos, la concreción y la unidad, de elementos antagónicos en los que dialécticamente nos envuelven las relaciones desiguales que tipifican al mercado mundial, en las distintas fases de expansión del sistema capitalista.
Dentro de esta perspectiva, es necesario acotar que bajo el proceso histórico de articulación al mercado mundial, se vienen consolidando las bases estructurales que muestran las particularidades de la dependencia en el espacio geográfico nacional, en la cual la interrelación dialéctica de fuerzas externas e internas, constituyen una economía de puertos, una industria en su mayoría de ensamblaje y toda una infraestructura que bajo la lógica del capital, no incentiva a la producción, generando con ello, patrones de poblamiento totalmente asimétricos.
Ahora bien, cada uno de estos señalamientos en el caso venezolano, históricamente son alimentados por los dividendos de la renta petrolera que durante casi un siglo, dominada por los intereses y la fuga de divisas que imprime el capital trasnacional, contradictoriamente contribuyo a que la riqueza petrolera que emanaba de nuestro subsuelo, se convirtiera en el motor acelerador y reproductor de la pobreza en el territorio nacional.
Por tal razón, cada uno de estos fenómenos desde el punto de vista de la genoestructura agudizan y profundizan las desigualdades sociales, que apoyadas en la dinámica de las leyes del capitalismo, impulsan la mercantilización de la vida inoculando los valores de la sociedad de consumo, donde la categoría valor de uso valor y de cambio, muestran la tendencia hacia la tercerización de la economía, situación que contribuye a la concreción de una economía improductiva que no satisface la demanda nacional.
En este sentido, no se puede pasar por alto lo que señala Marx, cuando expresa que; “ el proceso capitalista consiste esencialmente en la producción de plusvalía, no debe olvidarse jamás que la producción de esta plusvalía es el fin directo y el motivo determinante de la producción capitalista”, está premisa en el momento actual nos muestra finalmente, que bajo la ley de maximización de las ganancias la necesaria plusvalía que el sistema capitalista agrega a las mercancías que no se producen en el territorio nacional, encuentran en la especulación un círculo vicioso que engendra grandes desequilibrios al funcionamiento de la economía.