La hegemonía de las grandes potencias económicas, apoyadas en el orden que impone la globalización-imperial, engendra en la dialéctica de las relaciones internacionales un modelo económico expoliador, en este proceso, se puede constatar la naturaleza depredadora que impulsa la dinámica del capital por medio del intercambio desigual de mercancías, donde la acción de las transnacionales se convierte en una eficiente fuente de fuga de: divisas, recursos y soberanía.
En tal sentido vale la pena mencionar, el papel que juegan en el orden mundial las transnacionales del petróleo, de la comunicación y financieras, que tratan de afianzar la unipolaridad en las relaciones mundiales y nos muestran que la integración bajo el credo del neoliberalismo, sólo nos permite constatar la división internacional del trabajo y la doble moral, impulsada por las grandes potencias que en su afán de apropiarse de los recursos estratégicos del planeta, reducen el mercado mundial a la simple interacción asimétrica, entre explotadores y explotados.
En esta perspectiva, para desmontar los distintos procesos que desde la explotación económica oscurecen el pensamiento humano y colocan al hombre en un papel secundario en la historia, la dialéctica y sus distintas categorías, permiten insertar al pensamiento en el carácter dinámico, heterogéneo y cambiante, que caracteriza a la realidad en los procesos que definen la interacción de las partes que la componen. Con respecto, a la realidad señala Kosik, Karel “es un todo estructurado y dialéctico” teniendo en cuenta que ese todo, no se presenta ante los hombres de manera inmediata, sino que requiere del movimiento y tratamiento de las partes para poder captar “ la cosa misma”.
Así mismo, apoyados en la dinámica del pensamiento dialéctico desarrollaremos un conjunto de ideas que en el marco de las características, dimensiones e instrumentos de la política exterior, nos permiten estudiar el caso de Libia y la correlación de fuerzas externas e internas, que produjeron las condiciones necesarias y suficientes, para que la OTAN decidiera invadir la República Yamahiria Socialista, situación que en el espiral de acontecimientos nos muestra los oscuros intereses que guardan las grandes potencias e instituciones, que sostienen el orden mundial en favor del control de los recursos del planeta. Para el tratamiento de dicho planteamiento nos abocaremos a los siguientes aspectos: Revolución Yamahiria Socialista, Importancia Geopolítica de Libia, Guerra de Cuarta Generación (Formato Libia), ONU-OTAN y Mercenarios.
Revolución Yamahiria Socialista:
A principios del siglo XX, el desarrollo del imperialismo como política del capital financiero reprodujo el fenómeno de la neo-colonización, en la cual la repartición del continente Africano, no escapo de la garra imperial al fragmentarse a manos de los intereses de las potencias europeas, dentro de este contexto, el norte de África representa una zona de vital importancia estratégica para el intercambio desigual de mercancías y la acumulación de riquezas en la Europa occidental. Por tal motivo, cabe destacar que la política exterior como “ el conjunto de actividades doctrinales, acciones u omisiones de un Estado en sus relaciones con otros Estados y demás actores, en búsqueda de alcanzar objetivos externos,...” (Wong, Ernesto. S.F), resulta estratégicamente esencial para garantizar la supervivencia del Estado y el manejo de los distintos recursos, que en cierta forma permiten una distribución equitativa de la riqueza en favor del bienestar de la población, pero en la correlación de fuerzas que arrastra a los actores que aceleran la dominación imperial, está lógica naturalmente es contraria a los intereses económicos de las clases dominantes y los grandes monopolios depredadores, que no descansan en su afán de apropiarse de los recursos del planeta.
En este antagonismo de fuerzas, que desencadena la dominación imperial y las formas de resistencia que se oponen a tal yugo, el 1ero de septiembre de 1969, producto de un conjunto de hechos eslabonados surge la Revolución en Libia, comandada por el coronel Muamar el Gadafi, representante del ala izquierdista del ejército quien nombra una junta militar revolucionaria y conforma un nuevo gobierno, que tiene como desafío emprender una lucha contra los acentuados intereses imperialistas en suelo Libio, en la cual las primeras acciones están destinadas a la expulsión de bases militares inglesas y norteamericanas, y a un proceso de nacionalización de las principales fuentes de ingresos del país, para evitar la fuga de divisas que producen los intereses foráneos por medio del capital transnacional. Esta situación, sin duda que represento un muro de contención a la dinámica de aperturas, libre mercado y reducción de la capacidad del Estado, que impulsa la democracia liberal para el control de los recursos.
Al oponerse fuertemente a la democracia liberal, la Revolución Yamahiria cuya traducción expresa al “Estado de las masas”, empieza a generar profundos cambios en la dinámica del sistema político interno y por ende en la doctrina de política exterior, consolidando en el Libro Verde, los fines y principios que marcaran el rumbo del proceso de refundación, promoviendo una forma de democracia directa basada en los comités populares, impulsando una fusión entre el socialismo, el islamismo y el nacionalismo Árabe, este proceso de manera dialéctica, desarrolla cambios profundos que permitieron modificar la estructura política, económica, social y cultural, en el mencionado país, “ dando respuesta al problema de la democracia con la autoridad del pueblo, al problema económico con el socialismo y al fundamento social con la tercera vía Universal”, concretamente, la Revolución en Libia presento significativos avances convirtiendo a la democracia en un verdadero instrumento de poder para el bienestar de las masas, en la cual se establecía que “ los congresos populares son el único medio de la democracia popular ”, uno de los aspectos que sin duda muestra el proceso de transformación es el crecimiento económico de Libia, cifras que presentan un “ PIB en 2010 con unos estimados, 76.577mil millones de dólares, con crecimiento anual de 6,7% y unas reservas nada despreciables de 200.000 millones de dólares que respaldan una deuda de apenas 5.521 millones de dólares”, la combinación de estos indicadores que siempre encantan a los tecnócratas y analistas económicos, tenían como resultado “un PIB per cápita de 14.534$ y el más alto IDH de toda África, con una expectativa de vida de 74 años, la mortalidad infantil es de 18 por 1000 y el analfabetismo de 5,5 %, el gasto en Educación es de 2,7% del PIB mientras que el de defensa no excede el 1,1% del PIB”.
De acuerdo con esto, en el análisis estás cifras económicas nos muestran que a lo largo de la Revolución Yamahiria, hubo notables cambios en la correlación de fuerzas internas y externas, dichas condiciones permitieron el aprovechamiento de las potencialidades del territorio para el desarrollo integral. Cabe destacar, que desde esa perspectiva la política exterior de Libia, fue diametralmente opuesta al imperialismo lo que produjo el señalamiento constante de algunas potencias occidentales, que a través, de sus distintos aparatos de dominación empezaron a socavar las bases del proceso revolucionario emprendido por el Coronel Gadafi, a modo de ir germinando un conjunto de amenazas desde distintos teatros de operaciones convencionales y no convencionales, para generar las condiciones necesarias y suficientes, que agudizan las falsas representaciones que crean las matrices de opinión e impulsan la desestabilización, en la que las instituciones encargadas de velar por la paz mundial, muestran abiertamente la doble moral que orienta sus acciones.
Importancia Geopolítica de Libia:
La geopolítica representa a la “ciencia que estudia a los Estados”, en este sentido comprende un conjunto de conocimientos estratégicos, que de cierta forma en el marco de la globalización, para las grandes potencias económicas tienden a sostener una lógica de dominación, que coloca al servicio de los grupos dominantes el aparato comunicacional, científico, tecnológico y militar, en apoyo al control de los recursos del planeta y a la reproducción constante de las bases estructurales que consolidan el andamiaje del sistema capitalista, esta situación, indudablemente que arroja una serie de elementos antagónicos, que forjan una constante lucha entre los pueblos que emprenden el camino de la revolución, la auto-determinación y la recuperación de la soberanía. Dentro de esta perspectiva, la importancia geopolítica de Libia debe ser entendida desde las dimensiones geo-estratégicas que se desprenden del Norte de África (Magreb), en la cual el factor energético, unifica elementos antagónicos tales como: “ los Estados productores, las transnacionales y los gobiernos de los países productores”, esta interacción en el norte de África, puede condicionar a la dependencia a algunos actores que se introducen en el estratégico movimiento de piezas que avivan la dinámica de supervivencia en las relaciones internacionales.
Libia y su ubicación en la zona media del Magreb, a parte de su privilegiada posición geográfica alberga recursos petroleros y acuíferos, que por las ventajas que ofrece su salida al mediterráneo representan la incorporación de estos y otros recursos provenientes de áreas de influencia de zonas de control imperial, a las potencias occidentales (principalmente países de la U.E y los EE.UU.), pues en el marco de la premisa de maximización de las ganancias que impulsa el capital, el control de recursos y la facilidad de vías de acceso para el transporte siempre contribuye a la articulación de un aspectos que abaraten los costos, para que las ganancias del capital transnacional y la pérdida de soberanía de los pueblos, sean condiciones que promueve el mercado mundial donde la resistencia a las pautas asimétricas que impone la lógica imperial, genera relaciones de conflicto que puede alinear el poderío tecnológico y militar, que aunado a los desgastados parámetros internacionales, parecieran mantener entre sus intereses la refundación constante del neocolonialismo.
La geopolítica de dominación imperial que conforma bloques económicos y desarticula gobiernos autónomos, a través, de sus distintos mecanismos de dominación el fortalecimiento de la seguridad, defensa y el desarrollo, constituyen un elemento esencial en el camino a la auto-determinación, independencia y manejo soberano de los recursos , debido a que si algo dejan claro las potencias imperialistas en medio de las distintas crisis sistémicas que envuelven al capitalismo, las medidas interventoras parecieran oxigenar al sistemas para su impulso y reproducción, es por ello, que donde haya recursos estratégicos hasta allá llegaran las fuerzas imperiales para apropiárselos, no podemos olvidar que Libia, a parte de sus recursos energéticos, acuíferos y privilegiada posición geográfica en medio de plena crisis financiera, la Revolución Yamahiria también poseía unas reservas internacionales de 200000 mil millones de dólares, en bancos extranjeros.
Guerra de Cuarta Generación (Formato Libia):
La unipolaridad es la expresión espacial, mediante el cual las grandes potencias (EE.UU-U.E), imponen su modelo de dominación en el planeta, por tal razón, la naturaleza depredadora del sistema económico genera que desde los centros de poder todas las fuerzas científico-tecnológicas-militares, estén destinadas a las un tanto “más sutiles” formas de neo-colonización. En esta dinámica, se produce la interrelación dialéctica entre la hegemonía (países dominantes) y la autodeterminación (países dominados). Es por ello, que en su lógica y esencia explotadora, crea un conjunto de apariencias en la cual el lenguaje de sus aparatos de dominación generan falsas representaciones sociales que de manera paradójica mantienen una sistemática aceptación en la conciencia, apoyadas en el papel de las transnacionales de la comunicación y la plataforma tecnológica, que tiene como fines actuar sobre las mentes y moldear la opinión pública, a través, de las distintas matrices de opinión que se desprende del aparato de propaganda, asignándole forma y contenido a la Guerra de Cuarta Generación, sostenida por el desarrollo a ritmo acelerado de las telecomunicaciones, la informática, el internet y las redes sociales, toda una plataforma de medios de comunicación masivos para imponer su mensaje de dominación.
La Guerra de Cuarta Generación en el Formato de Libia, y su aplicación por parte del poder de los medios de difusión masiva, genero un constante es bombardeo de falsas representaciones, a modo de estrategia de baja intensidad para sistemáticamente contribuir a la agudización de diferencias internas y a la modificación de la correlación de fuerzas en favor de la paz, con la finalidad de sumergirlos en las arenas movedizas de la desestabilización en la que los señalamientos y diferencias de la Revolución Yamahiria, con la naturaleza del sistema internacional fueron generando en el plano de las creadas matrices de opinión tanto internas como externas, las condiciones que auspiciaran la intervención militar por la OTAN, bajo la supuesta preservación e inexplicable preservación de los valores de la democracia.
En un artículo reseñado por AVN, se expresa que, “ Los tanques, fusiles y cañones que disparan los “pacíficos manifestantes” en Libia, no son las únicas armas que utiliza EE UU y demás potencias occidentales para derrocar a Muanmar Gadafi y apoderarse de su inmensa riqueza petrolera, ya que además usan el arma de destrucción masiva de la guerra de Cuarta generación, más letal que todas las usadas a lo largo de la historia”, (Mena, Hernán.2011) tal situación, nos permite corroborar los distintos escenarios, que se van desprendiendo de las fuerzas del sistema económico capitalista, y los actores de poder que incorpora cuando se trata de la dominación de los recursos y zonas geo-estratégicas, que mueven los íntereses de las grandes potencias, donde los avances del pueblo Libio fueron ocultados y sustituidos por la manipulación de noticias que titulaban, por ejemplo: “Los Aviones de Gadafi bombardean a manifestantes, Gadafi desata un baño de sangre en Libia, El reinado de terror de Gadafi debe terminar, La ONU debe intervenir militarmente en Libia, Escenas de terror se vive en las ciudades libias”, estos eran algunos de los titulares, que le daban la vuelta al mundo a través de la plataforma comunicacional. En tal sentido, la guerra de cuarta generación nos inserta en un teatro de operaciones que está regido por la batalla de las ideas, teniendo impacto a través de los aparatos de dominación masiva sobre la opinión pública, y apoyada bajo la lógica del capitalismo fragmenta la realidad y satura de “desinformación” al cerebro para generar una reflexión neutra en el análisis dialéctico que muestra la explotación del hombre por el hombre, y así de esta manera, contribuir al cambio de la correlación de fuerzas de algunos actores del escenario internacional para aprobar un conflicto desde instituciones que deben estar alineadas a preservar la paz mundial.
ONU, OTAN y Mercenarios:
Las organizaciones mundiales, tienen un papel fundamental como instrumento de las grandes potencias potencias para establecer el orden mundial, correspondiéndose en muchas ocasiones a orientar su poder en el proceso de toma de decisiones, en favor de los intereses imperiales, con respecto a esto en declaraciones ante la ONU señala Gadafi, Muamar, lo siguiente: “La comunidad internacional debe tener puntos de encuentros y desafíos, como lo son: el cambio climático, la crisis internacional, deterioro económico, terrorismo, epidemias naturales o creadas como la AHN1, hipocresía, el miedo y la inmoralidad,...”en el mismo discurso también expresa, que “la ONU, fue creada por 3 o 4 países, que constituyeron un Consejo de Seguridad que concedió a esos países el veto permanente, situación que sucedió en ausencia de unos 160 países, otro aspectos, es que el preámbulo difiere de los artículos y las disposiciones. En el preámbulo todas las naciones son iguales, sean nuestros países grandes o pequeños, en el que se dice, que sólo se recurrirá a las Fuerzas Armadas en consenso con todas las naciones, y paradójicamente después de la creación de la ONU, han estallado más de 65 guerras, luego de creada la institución, acaso esas guerras están en función de los intereses de 3 o 4 países, eso países que disfrutan del derecho a veto, ingresamos a la ONU porque pensamos que éramos iguales”.
En el extracto del discurso, del coronel Gadafi, Muamar, se muestra una contraposición a la doble moral que desde las organizaciones mundiales fomentan las grandes potencias que se encargan bajo el enmascaramiento de derechos y libertades, de velar por sus esenciales intereses económicos, en las mismas palabras del Coronel, también se puede analizar el antagonismo existente que arrojan las relaciones del sistema político interno de la Revolución Yamahiria y el orden que se impone desde las organizaciones mundiales que pretenden garantizar la paz, sin duda que en tal expresión, desafía poderosas fuerzas dominantes que involucra a grandes potencias, que en medio de una gran maniobra diplomática y a pesar de las críticas, tendían alfombra roja y hacían grandes negocios con el coronel, convenciendo de que se desarmara, condición que en el plano de los geopolíticos tiempos que se le aproximaban lo convertían en un territorio vulnerable al momento de un ataque militar.
Ahora bien, aunado a los ataques por vía de la Guerra de Cuarta Generación, las maniobras diplomáticas y la bien llevada doble moral de las organizaciones mundiales, preparan el terreno generando las condiciones “necesarias y suficientes”, para que la OTAN desde lo externo y los mercenarios en lo interno, combinen el bombardeo aéreo y la guerra civil que agudiza la crisis interna, en la cual el papel de los medios de comunicación masivos apoyados en sus mecanismos de falsas representaciones se encargan de debilitar la imagen del País, ante los “supuestos jueces” imperialistas que pretenden representar la voz de la comunidad internacional, con el fin de anexar a los intereses geopolíticos del capital transnacional el territorio, los recursos energéticos y financieros, que estaban en control de la Revolución Yamahiria, esto sin duda, nos muestra cómo se desenvuelven las relaciones de poder en el escenario internacional, y la manera como las potencias apoyadas en su fuerza y desarrollo tecnológico, tienen la capacidad de penetrar las sociedades con ejércitos clandestinos bien pagados y armados, para promover el clima de desestabilización, y así reproducir las imágenes que requiere la plataforma comunicacional.
En este proceso de captar la realidad, la categoría desarrollo nos resulta esencial debido a que en ella encontramos “el potencial implícito” pero la potencia sólo recobra vida en el movimiento, en este sentido expresa Kosik, Karel “ la realidad se explica no por la reducción o algo distinta de ella misma, sí no por sí misma, mediante el desarrollo y la ilustración de sus fases, de los elementos de su movimiento”, apoyados en este planteamiento, podemos apreciar como la potencia y el movimiento que en el caso de Libia fueron articulando la guerra de cuarta generación, la ONU, la OTAN y los mercenarios, consolidan las fuerzas para la desarticulación de la Revolución Yamahiria, y se convierten en actores determinantes que modifican los elementos que intervienen en la realidad del mencionado País, en la cual nos pudiésemos preguntar: ¿Quién controla la producción petrolera el Libia? ¿Dónde están sus reservas internacionales? , en respuesta a estas interrogantes, se encuentra un cambio diametralmente opuesto al sistema político interno que le asignaba movilidad a la revolución en Libia, teniendo en cuenta, que una vez alcanzado los objetivos y asesinado el coronel Gadafi, los medios internacionales que publicaban noticias de manera continua y abrumadora, cesaron las matrices de opinión que alimentaban la desestabilización.
Consideraciones Finales:
En cuanto a la lógica que ofrece Stopino, con respecto a los nexos causales del poder “se considera que debería reformularse el concepto de poder de manera que se equiparara la noción de condición necesario y suficiente”, en este sentido, si analizamos los aspectos señalados anteriormente en el caso de Libia, debemos insertarnos en cada una de las partes que interaccionan entre sí, y en el desarrollo del pensamiento nos permiten avanzar hacia la síntesis, con ello, podemos asignarle forma y contenido a las categorías que generaron las condiciones necesarias y suficientes, para que lo OTAN decidiera y en sus acciones de poder alcanzo sus objetivos militares en Libia, donde el camino de la auto-determinación, sus virtudes geopolíticas en cuanto a recursos y posición geográfica, contribuyen a que las organizaciones mundiales, en este caso (ONU-OTAN), se orienten a la correlación de fuerzas que mueve a las potencias económicas por el control de los recursos y zonas geoestratégicas que alimentan las arcas del capital imperial, el desmantelamiento de la Revolución Yamahiria, indudablemente que no sólo es posible desde la articulación de las organizaciones si no que requieren de otros actores, que generen impacto en la escala internacional y nacional, tal como se combinaron la guerra de cuarta generación y los mercenarios infiltrados, que apoyados en imágenes que auspiciaban las falsas representaciones sociales, agudizaban la crisis interna e iba alimentando las condiciones que impulsaban el creado clima de confrontación y conflicto permanente. Finalmente la globalización imperial, y sus distintos mecanismos de dominación representan una amenaza constante para los recursos del planeta y los pueblos que deciden soberanamente tomar el camino de la autodeterminación, de allí, que en el momento actual la defensa y el desarrollo resulten esenciales para las naciones que tomen el camino de desafiar al “orden mundial”.