Este sábado 05 de abril, quedará marcado en la historia de los EEUU como un día de dignidad nacional, un día de rechazo nacional al gobierno fascista de Donald Trump. 150 grupos y organizaciones populares se manifestaron por millones en 1.200 puntos o calles de los 50 estados del país. Los organizadores de las protestas a través de folletos informativos, manifestaron las motivaciones de su protesta, siendo éstas: «Ya sea que le movilicen los ataques a nuestra democracia, la reducción de empleos, la invasión de la privacidad o el asalto a nuestros servicios, este momento es para usted. Nos proponemos generar un rechazo nacional masivo y visible a esta crisis». En dicho comunicado, exponen tres demandas específicas para el Gobierno estadounidense: «Poner fin a la toma de poder multimillonaria y la corrupción desenfrenada de la Administración Trump; poner fin a los recortes de fondos federales para Medicaid, Seguridad Social y otros programas de los que dependen los trabajadores; y poner fin a los ataques a los inmigrantes, las personas trans y otras comunidades». Demandas todas, como sospechamos, que el Gobierno de Trump no está dispuesto a evaluar y mucho menos conversar pues Trump, está harto convencido que lo hecho hasta ahora le conviene a EEUU. Además, los organizadores acusaron a Trump y a Elon Musk de considerar que: «este país les pertenece» (…) «Están apoderándose de todo lo que pueden: nuestra atención médica, nuestros datos, nuestros empleos, nuestros servicios, y desafían al mundo a detenerlos. Esto es una crisis y es hora de actuar», comunicaron los organizadores de la protesta masiva. La respuesta de la Casa Blanca, provino de la subsecretaria de prensa, Liz Huston, una funcionaria de bajo nivel, quien aseguró que: «la postura del presidente Trump, es clara. Él siempre protegerá el Seguro Social, Medicare y Medicaid para los beneficiarios elegibles. Mientras tanto, la postura de los demócratas es otorgar beneficios del Seguro Social, Medicaid y Medicare a los inmigrantes indocumentados, lo que arruinará estos programas y aplastará a los adultos mayores estadounidenses». «-¿Hablar? ¡Cuando dejen de matar…! -Oiga, que ya no matan -Pues cuando declaren un alto el fuego… -Oiga, que ya lo han declarado -Pues cuando el alto el fuego sea permanente -Oiga, que ya es permanente -Pues cuando… pidan perdón a las víctimas…y ellos mismos se entreguen a la policía… y ellos mismos se detengan… […] ¿Hablar? ¡Cuando dejen de matar…! -Oiga, que ya no matan -Pues cuando declaren un alto el fuego… -Oiga, que ya lo han declarado -Pues cuando el alto el fuego sea permanente -Oiga, que ya es permanente -Pues cuando… pidan perdón a las víctimas…y ellos mismos se entreguen a la policía… y ellos mismos se detengan… y ellos mismos se torturen… y ellos mismos se encarcelen…y ellos mismos se suiciden… -Oiga… ¿usted quiere la paz?» Por Koldo | 24/03/2006. Diálogo de sordos, evidentemente que sí.
Después de las masivas protestas, Trump habló nuevamente y anunció su paquete de aranceles recíprocos para varios países, llegándose así la hora que los mercados hablasen pues los mercados bursátiles del mundo se hundieron en un «lunes negro», así de racista son los periodistas occidentales, era 07 de abril. Los aranceles recíprocos de Trump, contemplan 10% para la mayoría de los países, 20% para la Unión Europea y 34% para China. Asia, es una de las regiones más golpeadas por los aranceles de Trump; China, Vietnam y Camboya, los principales afectados. Además, ese lunes, Trump pidió a la Reserva Federal (Fed, por sus siglas en inglés) que baje los tipos de interés y acusó a China de ser el «mayor abusador» por haber respondido con represalias a los aranceles del 34% que le impuso. Y qué esperaban, la otra mejilla y golpéame. Así no funcionan las cosas cuando te conviertes en la primera potencia del mundo.
Wall Street, la bolsa de Nueva York, se desplomó en la apertura de las operaciones de este «lunes negro», como la mayoría de los mercados mundiales, ante la inflexibilidad del presidente Trump, sobre los aranceles a sus socios comerciales. El Dow Jones cayó 2.85%. El tecnológico Nasdaq perdió 3.91%. El S&P 500 bajó 3.24%. Los principales mercados de Asia se desplomaron ante el temor de que la guerra comercial iniciada por EEUU, lleve a una recesión global, con caídas históricas de hasta 13%. La bolsa de Tokio se hundió cerca del 8% y el índice Nikkei cayó un 7.83%, su tercera mayor caída. Las plazas chinas de Shanghái y Shenzhen cayeron 7.34% y 9.66%, respectivamente. La bolsa de Hong Kong cerró con una caída del 13.22%. En el Sudeste Asiático, Singapur cayó 7.46%. Las Bolsas de Europa, se desploman en lunes negro. Las principales bolsas de Europa, registraron pérdidas de alrededor del 6%, luego del desplome de los mercados en Asia y ante el creciente temor de los inversores a que la política arancelaria de Trump provoque una recesión global. El Petróleo, oro y bitcoin, también afectados. El barril de petróleo Brent, cotizó en 63 dólares, el nivel más bajo desde abril de 2021, con un retroceso del 3.93%. La onza de oro bajó 0.42%, hasta tres mil 025,5 dólares. El bitcóin perdió 3.2% para cotizar en 76 mil 300 dólares. El terremoto de la economía global alteró absolutamente todo. Respondieron voceros del equipo económico de Trump: «no se debe contar con un alivio de último momento de los llamados «aranceles recíprocos». Lo cierto era que no se esperaban esa respuesta. Cuando se improvisa, es la lógica respuesta de un gobierno que está improvisando. De acuerdo con el medio Axios, «los inversores perdieron más de 6 billones de dólares el jueves y el viernes cuando las acciones se hundieron ante el nuevo y radical plan arancelario del presidente Trump». El secretario de Comercio, Howard Lutnick, declaró a un medio local que «los aranceles están por venir. Lo anunció y no bromeaba. Los aranceles están por venir, claro que sí». Por su parte, el secretario del Tesoro, Scott Bessent, respondió a otro medio local cuando se le consultó si Trump estaba dispuesto a negociar los aranceles: «No, no, no. Creo que tendremos que ver el camino a seguir. Porque, ya saben, después de 20, 30, 40, 50 años de mal comportamiento, no se puede hacer borrón y cuenta nueva», aseveró Bessent. Economistas citados por el medio, advirtieron que si no son eliminados los aranceles, estos causarán un aumento de la inflación y una caída del crecimiento, lo que podría conducir a la nación norteamericana y al mundo a una recesión. Valga decir, el efecto será todo lo contario de una de las principales promesas del candidato Donald Trump, en su primera entrevista televisiva nacional después de las elecciones, Trump dijo que debía su victoria a la ira de los estadounidenses por la inmigración y la inflación, específicamente el aumento en el costo de los alimentos: «Cuando compras manzanas, cuando compras tocino, cuando compras huevos, duplicaban y triplicaban el precio en un corto período de tiempo», le dijo a NBC. «Y gané una elección basada en eso. Vamos a reducir esos precios considerablemente». Hasta ahora, su enfoque ha sido contra la inmigración, que describió como su «problema número 1» después de tomar posesión del cargo. La inflación, cuál inflación? Es la respuesta de Trump, cuando le mencionan su promesa electoral. Con sobrada razón, el VIX, conocido como «índice del miedo», escaló hasta un 39 %. No se veía una volatilidad semejante desde octubre de 2022. Hoy, Trump simboliza el miedo que sienten los estadounidenses ante un futuro incierto.
¿Qué esperar? En una situación muy similar a la que vive actualmente el pueblo estadounidense, fue la vivida por el pueblo venezolano en 1989. Carlos Ándres Pérez, CAP, acababa de ganar la presidencia con promesas a todas luces incumplibles de inmediato. El mundo de fantasía creado por CAP para convencer al electorado pronto, muy pronto, se fue desvaneciendo ante la realidad de las medidas antipopulares que iba tomando CAP. Pleno Empleo, prometiste pero porqué me despiden? Lo real era, que el país estaba al mando del FMI y sus políticas de ajuste macroeconómico. El 16 de febrero de 1989, Carlos Andrés Pérez anunció al país, estas medidas económicas, que comprendían decisiones sobre política cambiaria, deuda externa, comercio exterior, sistema financiero, política fiscal, servicios públicos y política social. No obstante, la liberación de precios y la eliminación del control de cambio, generó un reajuste demasiado violento para las personas de menores ingresos. El pueblo, estaba azotado por la escasez de alimentos, el acaparamiento y los altos precios de productos básicos como la harina de maíz, la leche y el café. Sin embargo, sólo días antes habían sido testigos, no de forma presencial, pero si a través de los medios de comunicación de un acto que fue de todo menos austero, que en nada estaba en sintonía con la difícil situación económica que atravesaba la nación. Venezuela registraba para 1988, un déficit público cercano a los 60 mil millones de dólares, equivalente al 7% del PIB. A pesar del alto endeudamiento, el gabinete económico de Carlos Andrés Pérez dejo de cancelar tanto intereses como capital de esa deuda externa, con las reservas internacionales casi agotadas, la nación sufría un real debacle financiero. La liberación de precios, el aumento de la gasolina, el desabastecimiento, la liberación de la tasa de cambio del bolívar, el incremento de las tarifas de servicios públicos como agua, luz, gas doméstico y telefonía, fueron los ingredientes de una bomba popular que estallo con «la bajada de los cerros» y una rebelión popular, que dejo cicatrices imborrables. El 26 de febrero, el ministerio de Energía y Minas anunció el alza en 30% de los precios de la gasolina, haciéndose efectiva ese mismo día y con ello, el incremento del pasaje del transporte público urbano e inter-urbano también en un 30%, a partir del 27 de febrero, válido para los 3 meses siguientes, después de los cuales podrían aumentarse hasta el 100%. El conjunto de medidas antipopulares, impuestas por el gobierno del presidente, Carlos Andrés Pérez, y la creciente tasa de pobreza, provocaron una rebelión popular espontánea, miles de personas saquearon comercios e incendiaron vehículos en protesta por el alza de los precios. La Policía y el Ejército, arremetieron contra el pueblo y dan muerte a más de 5 000 personas, originándose así la ola de violencia y masacre conocida como el «Caracazo». Esta parte del texto, la tomamos de Ecu Red. Fue, la primera vez que un pueblo se manifestaba contra el FMI y sus políticas de ajuste macroeconómico. El escritor, Pedro Berroeta, verbalizó por televisión lo ocurrido esos días de febrero como la propia noche de los saqueos: «El pueblo le retiró a la democracia la carta blanca que le firmó el 23 de enero de 1958» y no era esperable otra cosa. Tal parece que el pueblo estadounidense se está preparando para hacer lo mismo con el bipartidismo Made in USA. Por lo demás, el 27F, abrió camino a otros procesos como la Rebelión Militar del 4 de febrero de 1992, de la Juventud Militar Patriota Bolivariana, que encabezó nuestro Comandante Hugo Chávez, para bendición de nuestra tierra y futuro, y la Rebelión Militar del 27N de 1992. ¡La voz del pueblo es la voz de Dios! Sin la voz del pueblo no hay democracia y sin democracia no hay libertad ni derecho en una nación, facultades que deben conservarse para mantener la armonía entre el Gobierno y la población…
Caracas, 08-04-2025